La Galería Freijo de Madrid exhibe ‘Killing Fields’, una muestra donde la artista mexicana Teresa Serrano y la costarricense Lucía Madriz dialogan a través de sus obras sobre temas de preocupante actualidad.

 

MADRID.- La amenaza que se cierne sobre la mariposa monarca en Michoacán, México, y el peligro que representan los cultivos con granos genéticamente modificados en distintas partes de Latinoamérica son el punto de partida de la muestra ‘Killing Fields’, abierta al público en la Galería Freijo de Madrid del 7 de marzo al 8 de abril.

Comisariada por la prestigiosa Berta Sichel, “Killing Fields”(campos de muerte o campos de exterminio) es una propuesta estética en la que dos artistas latinoamericanas de distintas generaciones, Teresa Serrano (Ciudad de México, 1936) y Lucía Madriz (San José, Costa Rica, 1973), dialogan a través de sus obras sobre temas de preocupante actualidad: la extinción, la producción industrial de alimentos con sus consecuencias y el biocolonialismo.

De acuerdo con Berta Sichel, los proyectos reunidos en ‘Killing Fields’ están vinculados con “el arte sostenible”; es decir, el arte que toma la estafeta del Land Art o el Enviromental Art de los años sesenta pero va más allá, incluyendo en sus expresiones principios como “la ecología, la justicia social, la no-violencia y la democracia de base”.

En el caso de Teresa Serrano, el tema central de su obra en ‘Killing Fields’ es el peligro que corre la mariposa monarca a raíz de la destrucción del entorno en el que suele alimentarse y reproducirse en Michoacán, México. El origen de esta destrucción se encontraría en dos hechos que son el resultado directo de la acción humana: por un lado, la devastación de algunos de los santuarios naturales de la especie al convertirlos en campos de cultivo y, por otro, los crecientes efectos del cambio climático, que impulsan a la mariposa a emigrar desde Canadá antes de que su alimento en México se encuentre disponible.

El tema central de la obra de Teresa Serrano es el peligro que corre la mariposa monarca a raíz de la destrucción del entorno. Fotografía: José Carlos Morales

Las obras de Serrano en esta muestra son una video-instalación titulada ‘Siempre el pasto del vecino es más verde’ (1997) y una instalación con 42 dibujos de mariposas monarca de distintas dimensiones y en los que se han usado distintos papeles y técnicas.

A pesar de que el origen de ‘Siempre el pasto del vecino es más verde’ se encuentra en una reflexión sobre la migración y la memoria de mediados de los años noventa, la artista mexicana considera que su propuesta es de una actualidad absoluta en la medida en que las migraciones son una realidad todavía presente, aunque agravada:

Estamos en un momento en el que la migración es un problema más grave. Por lo visto no aprendemos nada y cada vez repetimos las mismas historias. Así que sin duda esta muestra es muy vigente.

De esta manera, la obra de Teresa Serrano estaría sujeta a una reinterpretación o recodificación, en este caso proporcionada por el diálogo con otra parte de su propia obra pero también con la obra de la artista con la que comparte muestra.

Lucía Madriz, por su parte, reflexiona con su obra sobre los diversos peligros que se ocultan tras la biopiratería y el biocolonialismo; es decir, la apropiación por parte de empresas multinacionales de recursos orgánicos que en diversas regiones de los países latinoamericanos no solo representan la autosuficiencia alimentaria, sino también la autonomía y la identidad cultural.

La artista costarricense toma como punto de partida la gran relevancia que tienen granos como el frijol, el arroz o el maíz en la construcción de la identidad latinoamericana para denunciar un robo que no solo compromete el futuro alimentario de las comunidades sino también la existencia del ser humano en tanto ser orgánico.

En la obra de Madriz la representación de la biopiratería adquiere forma en “Jolly Roger 2018”, una instalación circular de alrededor de tres metros de diámetro elaborada con 40 kilos de alubias moradas y maíz y 13 kilos de arroz en la que puede identificarse, precisamente, la “Jolly Roger”, la conocida bandera pirata compuesta por un cráneo y dos tibias cruzadas.

La instalación es una referencia directa a la biopitarería, que es el robo del genoma de plantas y organismos vivos. A veces pensamos que los organismos transgénicos son solamente las semillas, pero no… también son las vacas, las ovejas, los pavos.

En este sentido, sería una alusión al robo de algo que es parte de nosotros, de nuestro organismo e incluso de nuestra cultura. La biopiratería consiste en patentar organismos vivos castigando, en consecuencia, el uso de otros, que podrían ser los autóctonos, los orgánicos.

Las obras de Teresa Serrano y de Lucía Madriz no son desconocidas en España. Además de haber participado en numerosas exposiciones colectivas, Teresa Serrano ha expuesto individualmente en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), en las Palmas de Gran Canaria (2012), y en el Museo Artium, en Vitoria-Gasteiz, País Vasco (2014). Por su parte, Lucía Madriz participó en la II Bienal de Arte Efímero “Spora”, en Granada (2009), y en la XXXI Bienal de Pontevedra dedicada a Centroamérica (2010).


Fotografías: José Carlos Morales.