Mara Polgovsky busca finalizar el último largometraje filmado por su hermano. El cineasta mexicano dedicó dos años de grabación a este proyecto que no pudo concluir y que se centra en la vida de un personaje marginal de la Ciudad de México.

MADRID.- Es la historia de un jardinero de la Ciudad de México, un hombre de orígenes humildes, pero lleno de sabiduría y con un pasado de violencia. Don Jesús es el protagonista de la última película en la que trabajó Eugenio Polgovsky, el director que reinventó la forma de hacer cine documental en México. Una obra que no pudo concluir antes de su fallecimiento en agosto pasado.

“Es la vida de un personaje marginal en la Ciudad de México. Un jardinero con un pasado de violencia. Un hombre sumamente carismático y sabio. Un sabio de la vida. De nombre don Jesús”, revela Mara Polgovsky, hermana del cineasta, en entrevista con Espacio Mex en Madrid, donde asiste al homenaje que DocumentaMadrid y Cineteca Madrid dedican este fin de semana al director mexicano.

Desde agosto, Mara ha tomado las riendas de la productora de su hermano, Tecolote Films, cuyos objetivos se convierten ahora en difundir la obra Eugenio Polgovsky, crear un archivo con su filmografía y continuar los proyectos que él dejó por hacer.

“Está este largometraje que él terminó de filmar completamente, con dos años de grabación, muchísimo material. Y luego hay por lo menos dos cortometrajes que están por editar”, dice Mara Polgovsky, consciente de que le llevará años poder terminar el proyecto.

Convencida al mismo tiempo de poder hacerlo, con la fuerza del compromiso fraternal con el que quiere mantener vivo el legado de su hermano.

“Muchos amigos de Eugenio y del Instituto Mexicano de Cinematografía se me han acercado para decirme que no estoy sola, porque es una tarea enorme”.

El hombre que reinventó el cine documental en México

El cariño y el reconocimiento del mundo del cine fue una constante en la vida de Eugenio Polgovsky. Muy emotiva fue la carta que el actor Gael García Bernal publicó en el diario ‘El País’ tras el fallecimiento del cineasta, con quien compartió innumerables batallas de juventud.

“Nuestra primera borrachera fue juntos: haciendo malabares nos conocimos mientras grabábamos ‘El Abuelo y Yo’. Ahí decidiste no ser actor, y aunque ya estabas convencido de ello hicimos juntos ‘De Tripas Corazón’. Ese cortometraje llegó a estar nominado al Oscar (¿Te acuerdas qué lejos se nos hacía eso? ¿Qué lejos se nos hacía el cine? Y tú me decías: ‘Se debe a ti, a tu trabajo, a lo que hacer’. Y carajo, Eugenio, teníamos quince años y me decías lo orgulloso que estabas de mí, como si tuvieras veinte años más”, escribió García Bernal.

Eugenio Polgovsky renunció a ser actor y pasó tras la cámara para convertirse en el hombre que cambió la forma de entender el cine documental en México.

“Hay cineastas que se me acercan y me dicen: ‘yo vi una película de Eugenio y a partir de ese momento entendí de otra manera completamente distinta el cine documental”, cuenta su hermana.

Algunos lo definieron como un “poeta visual” por su manera de entender el género y su sensibilidad. A través de la observación, trabajó la estética y logró producir narrativas mucho más ricas y abiertas en las que no daba lecciones a nadie. En lugar de caer en el subjetivismo de muchos documentales, sus trabajos son alegorías sobre los temas más escabrosos de la realidad en México.

En Ojo, Trópico de Cáncer, Los Herederos, Mitote o Resurrección se acercó como nunca nadie lo había hecho a la desigualdad, la pobreza, el trabajo infantil o la destrucción del medioambiente en algunos de los lugares más excluidos de México. Era un hombre comprometido con los problemas del país.

“Hacer Resurrección o Los herederos, para él era poner la carne en el asador. Él mismo decía que él en las condiciones actuales en México, no podría haber hecho ninguna de sus películas. Si hacemos un repaso, Trópico de Cáncer está rodada en el desierto de San Luis Potosí, que es ahora un lugar realmente y sumamente peligroso. Los Herederos, que él filma con los recolectores y con los que hacen la pisca en el norte del país, lo graba en zonas donde ahora no se puede entrar con una cámara. Si entras con una cámara, probablemente no sales”, señala su hermana.

Eugenio Polgovsky, en mayo de 2017. Foto: Juan Carlos Rojas. 

Abrió camino al cine independiente en México

La falta de apoyos al cine en México tampoco le fueron ajenos a Polgovsky. Vivió los últimos años en Londres, donde daba una cátedra de Artes Creativas en el Trinity College. Pero a diferencia de Alejandro González Iñárritu, Guillermo del Toro o Alfonso Cuarón, que han tenido que salir al extranjero para poder desarrollar todas sus capacidades y tener reconocimiento mundial, Eugenio Polgovsky, logró hacer todas sus películas en México y abrió un nuevo camino para el cine independiente en el país.

Ganador de cuatro Premios Ariel y más de treinta premios internacionales como fotógrafo, productor, editor y director, fue reconocido en festivales como Cannes, Berlín, Venecia, Rotterdam o Cinèma du Réel. Hizo la mayoría de sus proyectos como cineasta independiente. Los apoyos le llegaron a posteriori, después de hacer Los Herederos.

“Eugenio vivió un cambio en el panorama del cine mexicano. De una especia de abandono a los temas nacionales a un lento regreso a la creencia de hacer buen cine en México”, señala Mara. “Él luchó mucho, y lo dice junto a su amigo Everardo González, otro de los grandes documentalistas en México. Vieron la posibilidad de que se podían hacer número, y de la falta de apoyo total consiguieron que ahora haya proyectos de cine documental que sí se apoyan”, recuerda su hermana.

 Compromiso ambiental

En su última obra, Resurrección, aborda un auténtico desastre ambiental: la desaparición del salto de Juanacatlán, en Jalisco, un lugar que era considerado el “Niágara mexicano” en los años ’70. Turistas de todo el mundo iban a conocerlo hasta que se instaló allí el mayor corredor industrial de México. Hoy las principales multinacionales del planeta desechan sus vertidos sobre ese río.

“Eugenio llega a este proyecto invitado por Greenpeace, pero no se imagina sus dimensiones. Descubre que lo han invitado a hacer algo extraordinario, que es retratar la desaparición de un paraíso”, señala Mara Polgovsky.

Es la historia de un río y la recuperación de su memoria, pero también un depósito de esperanza de que a partir de las ruinas renazca ese espacio. Los protagonistas de la película son un colectivo de ambientalistas que se llama ‘Salto de Vida’ y que trabajan para la recuperación del lugar.

“Resurrección es un retrato del Apocalipsis, de alguna manera. Pero él era un optimista. Creía en la necesidad y en la posibilidad de una resurrección del espacio que habitamos, del mundo que vivimos. Una toma de conciencia para el renacer del medioambiente”, recuerda su hermana.

Esta obra y su forma de enfrentar los problemas ambientales han inspirado a DocumentaMadrid para la creación de un nuevo ciclo, denominado NATURA EN VILO, con el que se pretende abordar de forma crítica la posición del ser humano frente a la naturaleza.