Nicolás Rojas Renero regenta ‘La Catrina’, una fondita mexicana que intenta promover la auténtica gastronomía mexicana en Sevilla, con un ambiente cercano, donde la calidad del producto y el sabor de México marcan la visita al local.

La Catrina se encuentra en la Avenida de Finlandia, en una zona llena de restaurantes en Sevilla. Este local ha conseguido hacerse un hueco en una de las grandes ciudades para disfrutar de la gastronomía española, donde están consiguiendo mucho éxito a base de un trato personalizado con el que esperan acercar la autentica comida mexicana a los sevillanos.

El dueño, Nicolás Rojas Renero, natural de Puebla, México,  lleva 22 años en España. Desde los 14 se encuentra fuera de México, aunque intenta ir cada año. Ha trabajado en grandes cadenas hoteleras y en restaurantes de comida fusión en México, España y Estados Unidos. Habla francés e inglés y afirma que esto le ha abierto muchas puertas y le ha permitido trabajar en grandes cadenas hoteleras como la española Palace.

Al llegar a España entró en la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla, donde aprendió cocina fusión y conoció a muchos mexicanos que también están teniendo éxito al traer la gastronomía de México a la capital andaluza.

Rojas reconoce que siempre le ha gustado la cocina y que aprendió de su abuela, una indígena mexicana de Txacala, que está muy presente en este local. Su plato favorito de la carta, las carnitas, le recuerda a cuando iba a la esquina de su calle con ella a ver como se preparaban en un leño. Aún recuerda cómo iba con su abuela al mercado y veía cómo se hacían los guisos en piedra, unos recuerdos que han marcado su pasión por la cocina mexicana.

La idea de ‘La Catrina’ surgió hace unos cinco años junto con Herminia Canales, presidenta de la Asociación Mexicana en Andalucía y encargada de suministrar la materia prima al restaurante. “Siempre había pensado en esto”, nos cuenta Rojas. El año pasado por fin consiguieron hacer esta idea realidad y desde entonces han obtenido una muy buena acogida.

Hace 4 años regresó a México para trabajar en la cadena hotelera Oasis, en Cancún, pero a pesar de la calidad y el buen ambiente del trabajo, la inseguridad de México, a la que no estaba acostumbrada su familia, hizo que regresaran a Sevilla tras año y medio. Afirma que aún no quiere regresar a México pero que su mujer y él sueñan con jubilarse en Puerto Morelos, en la Riviera Maya.

Todo lo que se sirve en la catrina está elaborado por Nicolás y Andrés, su ayudante de cocina, desde los totopos hasta las salsas. Nicolás Rojas defiende la calidad del producto que emplean y afirma que su objetivo es ofrecer una cocina mexicana original, huyendo de la idea extendida de que la comida mexicana es sólo el tex mex. Cada fin de semana intentan ofrecer algo nuevo que permita al cliente conocer lo amplia que es la cocina mexicana.

Esta cantina no inventa nada, sólo trasladamos México acá”

Una fondita mexicana que vende “antojitos” mexicanos

Comer en La Catrina cuesta una media de 15 euros, con los que podemos permitir probar un gran surtido de sabores de México: guiso de tinga, tacos al pastor, cochinita pibil

Entre semana trabajan sólo Nicolás y Andrés pero los fines de semana necesitan ser hasta 5 personas para poder atender a la clientela. “A partir del viernes es como una feria”.

Este mexicano reconoce que siempre había querido tener una fondita mexicana que vendiera “antojitos mexicanos” y es lo que ha conseguido con La Catrina, que suma además el estilo de “tapeo” tan propio de Sevilla. Una ciudad que Rojas reconoce que le ha abierto muchas puerta y en la que nunca se ha sentido extranjero.

Para los nachos, también de elaboración artesanal, utilizan un queso que se elabora en Sevilla que se asemeja al queso Oaxaca de México.

El ambiente acogedor de la Catrina les permite centrarse mucho en el cliente y aceptar peticiones de todo tipo. “No tenemos límites en ese aspecto”, reconoce Nicolás. Nos cuenta cómo ofrecen tres tipos de salsas, cada una más picante: Guajillo, Tomatillo y Chipotle. Y para los muy amantes del picante una salsa Macha que Nicolás prepara delante del cliente.


Fotografías: Javier González Sánchez