Se estima que una donación de sangre puede salvar tres vidas. A pesar de tratarse de un proceso seguro, sencillo y sin dolor, la tasa de donación de sangre en México ronda el 3%. Se realizan campañas en todo el país para concienciar sobre la importancia de este gesto y para conseguir nuevos donantes. Para ser donante, los requisitos mínimos son ser mayor de 18 años, tener un peso superior a 50 kilogramos y tener un buen estado de salud general; en el caso de las mujeres, no deben estar embarazadas o en periodo de lactancia.  

Cada persona tiene en este preciso instante entre 4,5 y 6 litros de sangre circulando por en sus vasos sanguíneos, portando oxígeno, hormonas, células, tóxicos… La sangre representa el 7% del total del peso de una persona, y aunque pueda parecer una ínfima parte, las consecuencias de la pérdida de este tejido son catastróficas. Ya en el siglo XVI se conocía que una gran pérdida sanguínea podía reponerse mediante transfusión. En un primer momento, fue entre animales y posteriormente entre animales y humanos. Los resultados no fueron los esperados, por lo que fueron prohibidas las transfusiones. Ya en el siglo XIX se retomó la práctica entre humanos, aunque no todas funcionaban y no se conocían los motivos.

Grupos y Rh

Fue en 1901 cuando Karl Landsteiner descubrió la existencia de los diferentes grupos sanguíneos y encontró el porqué. Descubrió la existencia de tres tipos distintos de hematíes, a los que denominó A, B y O. Dos discípulos suyos descubrieron un par de años más tarde la existencia de un cuarto grupo, AB.  Por esto recibió en 1930 el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. La existencia de estos grupos se debe a la presencia en la membrana de los eritrocitos de unas moléculas denominadas antígenos que pueden ser del tipo A o B. Así una persona con grupo sanguíneo A, presentará en la membrana de sus glóbulos rojos antígenos del tipo A.  En el caso de las personas con grupo O, no encontramos ni A ni  B; y el caso contrario, los de tipo AB encontramos ambos antígenos en la superficie de sus eritrocitos. Así, nuestro organismo detectará como invasores aquellos eritrocitos que porten antígenos que no son similares a los nuestros. Por eso el grupo O constituye el donante universal. En 1940, el mismo Karl Landsteiner, junto con Alexander Wiener, descubrió un nuevo sistema de clasificación, el sistema Rh. Éste se determina como positivo (+) o negativo (-), y está basado como el sistema anterior en la presencia o ausencia de un antígeno en la membrana de los hematíes. Este sistema fue bautizado así pues se descubrió tras la administración de sangre del macaco Rhesus a conejos. Consecuencia de este sistema, un niño con Rh+ puede inmunizar a su madre si ésta es de Rh- durante el parto. Así, en un primer embarazo no existiría riesgo. Sin embargo, una vez inmunizada la madre tras el parto, los posteriores hijos de Rh+ podrían sufrir las consecuencias de la existencia de los anticuerpos frente a este Rh+. Esto puede provocar desde un aborto hasta la eristroblatosis fetal (enfermedad hemolítica en el recién nacido), que puede llegar a destruir casi la totalidad de las células sanguíneas del neonato. Varía la distribución de los cuatro posibles grupos (A, B, O y AB) y el Rh correspondiente a lo largo del planeta y de las poblaciones. El grupo más común es el O+, mientras que el más escaso es el grupo AB-. Esto nos puede llevar a establecer que, en determinadas poblaciones, hay grupos con mayor frecuencia; en  Asia el grupo B tiene una frecuencia mucho mayor que en Europa, América o Australia, donde es bastante escaso. Por su parte, en México, encontramos que el grupo más abundante es el O, y que el A (al igual que el B) son bastante escasos. Hace pocos días, se hacía conocida la historia del australiano James Harrison, que desde los 18 hasta los 80 recién cumplidos había donado sangre cada dos semanas. La razón por la que James donó casi 1200 veces a lo largo de su vida es el hecho de que es  productor de forma permanente de anticuerpos frente al antígeno Rh+ (anti-D), y aunque desconoce la razón, cree que pudiera tener que ver con las donaciones que con 14 años  recibió para salvar su propia vida. El anti-D sólo puede generarse a partir de donantes Rh- que hayan sido inmunizados contra el antígeno +. La importancia de todas y cada una de las donaciones es que gracias a sus anticuerpos, se estima que se han podido salvar 2.4 millones de niños y niñas. Con sus donaciones lo que se ha conseguido evitar es la inmunización por parte de la madre Rh-, atacando con los anticuerpos de James las células del recién nacido Rh+. La inyección de los anticuerpos anti-D se suele realizar entre las semanas 28 y 34 de gestación, y además en algunos casos se administra una segunda dosis en las primeras 72 horas postparto en toda mujer con un recién nacido sea Rh positivo.

Se estima que se han podido salvar 2.4 millones de niños y niñas gracias a sus donaciones. Imagen: Cruz Roja australiana

Sistema de donación

El próximo 14 de junio es el Día Mundial del Donante de Sangre, y es que este acto altruista permite salvar la vida de muchos pacientes de enfermedades crónicas, pacientes con leucemia o víctimas de accidentes. En una donación de sangre se extrae 450 mililitros, y ésta es posteriormente analizada para descartar enfermedades infecciosas como la hepatitis o el SIDA, convirtiéndose así en un proceso totalmente seguro tanto para el donante como para el receptor. Se estima que con cada donación es posible salvar 3 vidas. En algunos casos, como un paciente oncológico se puede llegar a necesitar unas 200 bolsas  y un paciente de accidente de tráfico aproximadamente 30.
A pesar de tratarse de un proceso seguro, sencillo y sin dolor capaz de salvar vidas, la tasa de donación de sangre en México ronda el 3%. Se realizan campañas en todo el país para concienciar sobre la importancia de este gesto y para conseguir nuevos donantes. Para ser donante, los requisitos mínimos son ser mayor de 18 años, tener un peso superior a 50 kilogramos y tener un buen estado de salud general; en el caso de las mujeres, no deben estar embarazadas o en periodo de lactancia.