Hay que ver lo poco que apreciamos a veces lo que tenemos cerca. Y es que no me puedo creer que aún no conociera mejor Sevilla, en la que solo había estado un día hace tiempo para ir a un congreso. Esta preciosa urbe fue una sorpresa y una delicia a cada paso, incluso a pesar de visitarla con 30 grados, y me vuelvo maravillada, recomendando sin duda una visita a la ciudad, que por otra parte es relativamente barata y asequible para ir desde Madrid.

Destaco especialmente sus callejones y plazas recoquetas, a pares, que hacían permanente la sensación de estar visitando una ciudad de belleza de incomparable, aunque suene a tópico. Pero también sus monumentos, absolutamente apabullantes, la zona del río Guadalquivir o sus ciento y la madre de bares, a cada cual mejor, que hacen que Sevilla, además de gozarse visualmente, se viva (y disfrute, y eso que viajé sola) al máximo. Casi agradecí ir sola, pues si hubiera ido acompañada, quizás me hubiera quedado todo el rato en sus terrazas.

Plazas llenas de encanto

En Sevilla se hace casi incalculable el número de plazas que merece la pena visitar. Destacan especialmente las del barrio de Santa Cruz, cogollo del casco antiguo de la ciudad y uno de los más encantadores que haya podido pasear jamás. Top. A mí ojo hay dos tipos fundamentalmente: las más amplias, con gran ambiente y en ocasiones, monumentos (como la Plaza de San Salvador con monumento y la Plaza de la Alfalfa, sin él) y las más pequeñas y recoquetas, de ambiente más tranquilo, velas encendidas a la noche y flores y colorido por todas partes (véase en este caso Plaza Doña Elvira, Plaza de Rodrigo Caro o Plaza de los Venerables; estas tres, a mí entender, imprescindibles).

Lo que todas tienen en común y podría decirse que el 90% de espacio público en Sevilla es que tienen bares, terrazas, cerveza, vinos y comida. Vamos, buen vivir. A raudales. Si vas a Sevilla, que sea con ganas de este tipo de turismo. O no. Pero si es así, mejor que mejor.

La catedral y los Reales Alcáceres

Los monumentos de Sevilla son bastante impresionantes, así que si eres un enamorado de este tipo de turismo, disfrutarás. Yo solo entré en la catedral, por eso de ahorrar, pero me han hablado muy bien de los Reales Alcáceres. La catedral es la más grande de España y además de imponer por su envergadura, es estéticamente espectacular, tanto por fuera como por dentro. La Giralda es el minarete de la época en la que la catedral fue mezquita y además de ser un edificio singular se puede subir y contemplar las vistas desde lo alto, concretamente después de ascender 34 rampas. Si estás dudando porque tienes algún problema físico o eres un vago, las vistas no son para tanto. Además, hay otro lugar donde poder contemplar Sevilla desde las alturas que sí me pareció especial. Se trata de mi siguiente recomendación.

Las setas de Sevilla

El edificio Metropol Parasol de la Encarnación, conocido popularmente como Las setas, es una obra vanguardista que fue elegida para la remodelación de la Plaza de la Encarnación y que cuenta con locales comerciales, el Museo Antiquarium (arqueológico) y un mirador. Este último tiene un bar donde tomar algo (de hecho, la entrada, de 3 euros incluye la subida y una bebida) y también un recorrido por el monumento que permite ver las vistas de la ciudad a 360 grados. Al margen de las posibles disputas estéticas y de que choque con la línea de la arquitectura de la zona, a mí me parece un lugar muy conseguido, no solo por las vistas, que merecen mucho la pena, sino porque hace en parte amigable la ciudad. Además de permitir a la gente estar al aire libre y moverse –a poco que sea el paseo, algo es algo- a mí me pareció una especie de montaña rusa sin adrenalina. No sé; así, subjetivamente, me gustó.

¿Quieres conocer el resto de bares, plazas y lugares de Sevilla recomendados por Mundo Turístico? Sigue leyendo aquí y conoce Triana, Parque de María Luisa o el Archivo de Indias, entre muchos otros : http://mundoturistico.es/sevilla-especial-que-visitar-fin-semana/