Hartazgo por la corrupción y la inseguridad, el papel de los llamados Millenials y otros están entre los factores que decidieron unos resultados electorales tan contundentes según los ponentes de las jornadas México decidió: los retos de un nuevo gobierno. En la Fundación José Ortega y Gasset – Gregorio Marañón analizaron la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador, que toma posesión este sábado, 1 de diciembre.

MADRID, España.- “No sabemos si va a tomar posesión o a rendir su primer informe de gobierno”, decía Saúl Mandujano Rubio, consejero del Instituto Electoral del Estado de México en las jornadas México decidió: los retos de un nuevo gobierno que organizó la Fundación Ortega Marañón.

El consejero hacía referencia a quien se convertirá en presidente de México este sábado y a la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) por medio de una consulta realizada antes de la toma de posesión. Calificó la victoria de Andrés Manuel López Obrador como “tsunami electoral” con un claro mensaje ciudadano contundente” contra un PRI que habría quedado en la irrelevancia si México tuviera un sistema proporcional y no de mayorías. Coincidía con el resto de ponentes en que acabábamos de asistir a una victoria incontestable en la que tuvieron un papel fundamental los jóvenes votantes y los llamados Millenials.

Contrario a lo que se cree, los Millenials actúan, como quedó demostrado en el segundo terremoto que devastó a México el año pasado. Movidos por sus emociones, toman decisiones”, afirmaría más adelante Laura Durán Ceja, consejera del Instituto Electoral del Estado de México.

José Pablo Ferrándiz, analista de la empresa encuestadora Metroscopia, recordó que acabábamos de presenciar las elecciones con mayor participación de mexicanos dentro y fuera de México, con mayor debate público en medio de un ambiente mundial de desafección política.

Hubo una clara pulsión de cambio en la sociedad mexicana. La disputa estaba por quién quedaba segundo para poder formar coalición y competir con Morena. Los partidos tradicionales cometieron grandes errores y provocaron una desafección ciudadana con la forma de liderar y de gobernar, como ocurre en España.

Considera que la ciudadanía mexicana parece haber castigado más la desigualdad social que unos resultados macroeconómicos que no han sido de los peores en las últimas décadas.

El analista Andrés Medina aseguraba que no hay nada que decir con semejantes resultados, “como cuando un equipo gana 6-0”.

Después de analizar y comparar encuestas de las últimas elecciones con otras anteriores, encontró que más del 60% de los encuestados de elecciones anteriores había afirmado que siempre votaba al mismo partido. Esta cifra que se redujo al 13% en 2018. Afirmaba que dos de cada tres personas decidieron su voto una vez comenzada la campaña.

Hizo referencia a la escalada de popularidad de López Obrador, pues en 2007 tenía una valoración negativa que se ha levantado de forma notable en diez años.

Algo bien habrá hecho, aunque esto también es el producto final de procesos en diez años. La gente no sólo votó por desencanto, sino por ilusión y esperanza.

“Se puede perder 6-0 con el Barcelona, pero Morena no es el Barcelona. El PRI no imaginó que perdería de esa manera”, respondía Mandujano Rubio, que alertaba la mayoría de Morena para controlar cambios constitucionales.

México necesitaba un cambio. ¿Pero es éste el cambio que necesitábamos?

Mandujano Rubio se refirió después a las consultas ciudadanas de López Obrador. Asegura que las dirigía sobre todo a las bases de Morena, pero que ya tuvo la primera llamada de atención de las bolsas y de los mercados cuando intentó acabar con las comisiones bancarias. Finalmente, el consejero advirtió de un peligroso avasallamiento de las minorías en el congreso.

También Durán Ceja opinaba que no son consultas ciudadanas formales las que ha realizado López Obrador y cuestiona su legitimidad y honestidad.

No sabemos si estas consultas ciudadanas buscan más conocer la opinión del pueblo que legitimar decisiones ya tomadas.

Añadía que, a la hora de votar, los ciudadanos se mueven más por lo emotivo que por lo racional, por lo que conviene no soslayar la importancia de campaña como la de Morena, tan fundamental como la coyuntura del país.

Detectaron a grandes grupos de mujeres y hombres dolidos. Abordaron como propuestasde campaña temas que les llegaban a lo más profundo para ilusionar con un cambio.

Coincidía con esta visión Andrés Medina, quien considera fundamental para los políticos en la actualidad tener la capacidad de explicar un proyecto político desde lo emocional.

Este especialista en encuestas aseguraba que dos de cada tres personas encuestadas espera cambios en menos de un año, lo que puede generar frustración y decepción.

En cuanto a Morena, Durán Teja coincide con varios analistas en su definición de Morena como movimiento ideológico convertido en partido político.

Se permiten nuevas figuras, candidaturas independientes, y se genera una nueva forma de entender la participación de las mujeres. Las tecnologías han conseguido una apertura, lo que permite conocer otras perspectivas. Cambian las campañas políticas.

Sin embargo, advierte de que este nuevo movimiento está dirigido por genta de la vieja política. Como Mandujano Rubio, teme que queden en manos de un grupo decisiones fundamentales y de reformas constitucionales integrales que requerían esta mayoría conseguida en las elecciones.


Fotos: Carlos Miguélez Monroy