La llegada del verano ha venido acompañada también por temperaturas de hasta 40ºC en algunas zonas de España. Cruz Roja ha iniciado una campaña con consejos de utilidad para prevenir los efectos negativos de las altas temperaturas sobre nuestra salud.

 

MADRID, España.- Debilidad, fatiga, dolor de cabeza, falta de apetito, insomnio, deshidratación, calambres musculares, insolación o golpes de calor son algunos de los efectos negativos que pueden tener sobre nuestra salud las elevadas temperaturas que registra España en verano.

Problemas que afectan también a los cientos de miles de turistas que visitan este país cada verano y especialmente a la población infantil, a las personas mayores, pacientes con enfermedades crónicas y personas que abusan del consumo de alcohol u otras drogas.

En condiciones normales, cuando hace calor, el termostato interno de nuestro organismo produce sudor, que se evapora con el fin de refrescar el cuerpo. Pero los días de calor intenso obligan a que nuestro cuerpo haga un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura normal, lo que puede acarrear problemas como los anteriormente citados especialmente en la población más vulnerable.

Ante la llegada del verano y de la primera ola de calor a España, Cruz Roja ha iniciado la campaña “Yo me protejo ante el calor”, con la que nos recuerda pautas sencillas para prevenir problemas.

En el exterior (en la calle, en el campo, etc.):

Se recomienda permanecer en la sombra, protegernos del sol (gafas, gorras), hidratarnos con frecuencia y evitar-siempre que sea posible- la realización de actividades en las horas donde se registran las temperaturas más altas. 

En el hogar:

Debemos permanecer en las estancias más frescas y bajar persianas, toldos…, para evitar que el sol entre directamente.

En el automóvil:

Nunca dejar a los niños/as ni a las personas mayores en el interior de un vehículo cerrado. Se recomienda llevar líquidos para la hidratación y prestar especial atención a los cambios bruscos de temperatura al entrar y salir del vehículo.

A nivel personal:

Debemos refrescarnos e hidratarnos de forma continua, usar ropa ligera y de colores claros y calzado cómodo y fresco.

En las comidas:

Se aconseja realizar comidas ligeras (frutas, ensaladas, verduras…) y beber líquidos en abundancia (agua, zumos…), siempre que no exista contraindicación médica.

Si tiene algún problema de salud:

Consulte con su médico acerca de las medidas suplementarias que debe adoptar si padece alguna enfermedad de riesgo. Siga tomando sus medicamentos. No se automedique.

Si va a exponerse al sol:

Se debe utilizar protección solar adecuada y aplicarla 30 minutos antes de salir de casa, de forma generosa; renovarla regularmente. Proteger la cabeza y cuello (gorro, sombrero) y usar gafas de sol con protección frente a los rayos ultravioleta y radiación azul visible. Evitar el uso de productos sensibilizantes (perfumes alcohólicos).

En cualquier caso, si se encuentra mal por el calor, pare la actividad que esté haciendo, intente situarse en un sitio fresco y pida ayuda. 

Antes de lanzarse al agua:

 Se debe comprobar la profundidad de la zona, lanzarnos con los brazos extendidos, tomar precauciones extras en ríos, pantanos y embalses, evitar zonas de desagües, vigilar a los más pequeños y evitar consumir alcohol y drogas.