La anécdota en la que José Revueltas dirige un discurso a un grupo de perros en el Parque Hundido deja visible una de las llagas más notorias y lamentables de México: el triunfo del individualismo sobre todo, la apatía e indiferencia sobre la conciencia de clases y la voluntad de lucha que ha seguido vigente en el país.

 

CIUDAD DE MÉXICO.- Un día como cualquier otro en la Ciudad de México entre los años 1959 y 1960, José Revueltas, acompañado de su amigo Héctor Xavier, tras estar en su departamento en la colonia del Valle tomando unas copas de vino sin ningún festejo aparente, salen en busca de algo que comer.

Se decidieron por unas tortas, manjar que degustarían en el jardín Luis G. Urbina, mejor conocido como Parque Hundido. Una vez preparados para devorarlas fueron asaltados por la mirada insistente de un perro callejero. Esto molestó al escritor mexicano, que le aventó una migaja diciendo: “este perro lleva una vida de perro”.

Acto seguido, varios caninos que hicieron del parque su hogar se conglomeraron alrededor de los dos hombres para disputarse el alimento. Tal vez fue el impulso del alcohol o tal vez la oportunidad que siempre buscó para expresarse sin miedo a ser reprimido pero encontró aquí el momento perfecto para recitar un discurso político hacia sus camaradas: los perros. Sobre un montículo, Pepe, como era conocido por amigos cercanos, dirigió a su expectante audiencia, con la pasión política que le caracterizaba, sus ideales marxistas y los deseos más profundos para la sociedad mexicana, a manera de alegoría y en un lenguaje apto para su público.

En Discurso de José Revueltas a los perros en el Parque Hundido, Enrique González Rojo Arthur retoma esta anécdota contada por amigos del círculo y decide transcribir ese día en un poema-discurso. En este libro ilustrado, González Rojo Arthur utiliza frases que su amigo escritor habría dicho en la vida real narra los hechos de manera exquisita. Pero deja visible una de las llagas más notorias y lamentables de México: el triunfo del individualismo sobre todo, la apatía e indiferencia sobre la conciencia de clases y la voluntad de lucha que ha seguido vigente en el país.

Más criticado que leído, el escritor y periodista José Maximiliano Revueltas Sánchez (1914-1976) ingresó en el Partido Comunista Mexicano (PCM) desde los quince años. Sus protestas contra el gobierno le valieron para ser encarcelado en varias ocasiones, lo que impidió que su carrera literaria fuera más prolífica.

Aun así dejó grandes obras como Los muros de agua (1941) o El apando (1969), que le dieron premios internacionales y múltiples traducciones de sus historias.