El Instituto de México en Madrid acogió la presentación de la antología de poemas Sátiras, de Arturo Dávila, una recopilación de tres obras donde impera el humor mexicano pero donde también hay lugar para la crítica y la emoción.
El escritor mexicano Arturo Dávila cuenta que, poco después de llegar a España, encontró a un mariachi en la Puerta del Sol de Madrid que cantaba “a todos les digan que sí, pero no les digan cuando”.
Dávila considera que esta frase no sólo define muy bien la actitud del mexicano si no que cree que es la mejor definición para el proceso que siguió su último libro hasta ser publicado. Tras enviar el texto a varios amigos no terminaba de conseguir un sí definitivo hasta que Jesús Munárriz, poeta y editor de Hiperión, leyó el manuscrito y quedó encantado con él.
“La obra despeja cualquier duda sobre la apuesta poética de Arturo Dávila. Uno se da cuenta que ha escogido un género que ha maestrizado”, dice el editor.
La última vez que estuvo en España fue en 2003, hace 15 años, cuando recibió el premio J. Ramón Jiménez
Imagen: blog de Arturo Dávila
La antología reúne los poemarios: Catulinarias (1998), Poemas para ser leídos en el metro (2003) y La cuerda floja (2016), tres obras galardonadas con los premios Machado, J. Ramón Jimenez y Nicolás Guillén, respectivamente. A la presentación acudieron la embajadora de México en España, Roberta Lajous, Jesús Munárriz, Francisco Castaño, filólogo, poeta y profesor, Anjouli Jauzon, directora del Diploma de Lengua Española, Cultura y Civilización de la Universidad Autónoma de Madrid y Luis Alberto de Cuenca, filólogo, poeta e investigador.
La última vez que estuvo en España fue en 2003, hace 15 años, cuando recibió el premio J. Ramón Jiménez por su segunda obra, Poemas para ser leídos en el metro. Su primer contacto con España fue a través de su primera obra Catulinarias, bajo el seudónimo de Carcharodon Carcharias, el nombre científico del tiburón blanco, con la que consiguió el premio Antonio Machado en 1998. Esta obra abrió el certamen al ámbito internacional, que hasta el momento sólo aceptaba autores españoles.
Anjouli Jauzon define la obra como un texto cargado de humor mexicano, que invita a reflexionar con una sonrisa.
“Ese humor que se ríe de todo, hasta de la propia muerte. En México las desgracias son motivo para sacar el humor”, afirma la catedrática. Jauzon reconoce que los poemas le hicieron recordar su época de estudiante en la que ella y Dávila estudiaban el postgrado en la Universidad de Berkeley, en California. La doctora cuenta cómo se reunían grupos de estudiantes latinoamericanos y anglosajones para hablar de política o historia entre barbacoas y cervezas, remarcando la importancia de la interculturalidad, algo que ha marcado la obra de Dávila.
El autor cuenta que llegaron a crear un equipo de fútbol formado por estudiantes extranjeros al que llamaron “La deuda externa”.
Arturo Dávila es director del Departamento de Lenguas Modernas en Laney College, Oakland, donde también enseña español para estudiantes bilingües. El autor reconoce que para él es un aliciente ayudar a que los jóvenes que están perdiendo su lengua puedan recuperarla. En sus clases trabajan la poesía, “es el lenguaje más alto, aunque sea el que menos se lea”. Cuenta cómo en sus clases muchos alumnos bilingües cometen graves errores ortográficos porque en Estados Unidos el español no se habla con tanta fluidez y sus alumnos corren el riesgo de perderla.
La distancia enriquece. Te quita ciertas cosas pero te añade otras
Dávila hizo gala de este humor mexicano en la lectura de algunos de sus poemas, que arrancaron risas a los asistentes a la presentación.
“Juan quiere casarse con Juana porque es muy inteligente, pero Juana no quiere casarse con Juan porque es muy inteligente” o “Caco vio el auto nuevo de Patricio, Patricio nunca vio su auto de nuevo”. Aunque se trate de un texto satírico también tiene parte líricas. Esta antología hace un recorrido por muchos ámbitos políticos, poemas dedicados a grandes figuras de la literatura como Rubén Darío, poemas llenos de nombres que nos cuentan muchas historias sobre el autor: Claudia, Cecilio, Anubis. También obsequió a los presentes con lecturas de poemas más intimistas que también lograron emocionar, clave de un buen poemario, como dijo Luis Alberto de Cuenca.
Estimado Javier:
Ho había leído tu nota hasta hoy,
pero te la agradzco mucho.
Un abraxzo desde California.
Arturo Dávila