Solo hay un lugar al que ir los domingos, y no es la iglesia. No existe otra pasión si no es por el equipo. Llueve el sudor sobre las camisetas, la grada se convierte en un arcoíris que no entiende de colores ajenos. En América Latina, para algunos, no hay nada más importante que ganar esta tarde.
El superclásico entre Boca y River ha sido considerado como uno de los espectáculos deportivos que hay que ver antes de morir por el periódico británico The Observer.
El jugador número ’12’
Los límites entre la grada y la cancha empezaron a desdibujarse allá por 1970 cuando los aficionados se olvidaron de la diferencia entre el talento de los jugadores, y su propia pasión por el juego. Nadie imaginó que aquello de que la hinchada es el jugador número doce pudiera cobrar un significado tan literal. Hay hinchas que prefieren que un partido se suspenda antes de ser humillados por el equipo contrario. No hay nada más importante que ganar. Y en las barras bravas también se juega, aunque el juego es más peligroso que el fútbol. Rafa di Zeo, líder de la hinchada de Boca Juniors afirma que la hinchada es uno de los pilares que mantienen un club.
“Nosotros llevamos aquí toda la vida, nos criamos en el club, sin embargo el entrenador o los jugadores van y vienen” dice Rafa di Zeo, líder de la hinchada de Boca Juniors
Por eso, para él los hinchas tienen un papel fundamental.
El trauma del descenso para River
En Argentina, el descenso de River Plate a la categoría B en 2011 provocó una enorme conmoción. Los altercados que se produjeron tras su último partido en primera división fueron muy numerosos. Es difícil encajar el descenso a segunda categoría de un equipo con 110 años de historia, ganador de 33 campeonatos nacionales y más de tres títulos internacionales, entre los que destacan una Copa Intercontinental y dos Libertadores. El club en el que debutó Alfredo Di Stéfano, y según la FIFA, el noveno equipo más importante del siglo XX. En un partido de vuelta contra el Belgrano de Córdoba los hinchas saltaron al terreno de juego para pedir “más huevos”. El árbitro suspendió el partido en el minuto 44 de la segunda parte, cuando comenzaron los altercados.
Este artículo es la primera parte de la trilogía “El fútbol en América”. Si te gustó no te pierdas “Del juego de pelota maya a la violencia por los colores” y “Del ‘Maracanazo’ a Eduardo Galeano”.