México compensa parte de la disminución de capturas de pulpo en España, según recoge el diario El País. En los últimos años, el país europeo ha tenido que importar este molusco para poder seguir ofreciéndoselo como manjar típico a miles de turistas, sobre todo en la región de Galicia.

El cambio climático podría estar entre las causas en la disminución de capturas en España y en la necesidad de aumentar las importaciones de otros países, junto con la creciente demanda de un turismo que conoce cada vez más este manjar. Un aumento en la temperatura en las aguas incrementaría la salinidad del agua, lo que repercute en las especies marinas, el pulpo entre ellas.

“Comprobamos que están cambiando los ciclos de desove y esto tiene mucho que ver con la elevada salinidad del agua, porque los ríos ya no bajan con el caudal necesario y esto hace que especies como el pulpo, que ya es muy difícil de controlar, se comporten de forma diferente”, explica José Antonio Pérez, el patrón mayor del puerto que más pulpo captura en Galicia.

Foto: Oscar Corral, diario El País

Marruecos, Portugal, Mauritania, Senegal, Perú y Chile se suman a la lista de países que exportan el molusco para cubrir la demanda gastronómica. Hasta 26.000 toneladas se importaron en 2016, según fuentes de la Secretaría de Estado de Comercio en España.

El 90% del pulpo mexicano exportado a España y al resto de la Unión Europea proviene de la costa de Yucatán, según el diario El Milenio. Más de 19.000 pescadores en este estado viven de la captura del pulpo, según fuentes de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno mexicano.

La mayor parte del pulpo capturado, sobre todo en Yucatán, es de la especie Octopus maya, llamado pulpo rojo, aunque también se pesca el Octopus vulgaris o pulpo patón, que se encuentran en los litorales del Golfo de México y el Caribe, y su producción proviene sobre todo de Yucatán, Campeche y Baja California.

México se convirtió en 2016 en el tercer principal productor de pulpo en el mundo, con 38 mil 885 toneladas registradas, según fuentes oficiales. Las autoridades españolas, junto con sus científicos, tendrán que conocer a fondo las causas de la disminución de pulpos en los litorales españoles para tomar medidas que garanticen la sostenibilidad de la pesca y protejan una especie que puede peligrar por la actividad humana y por un modelo económico carente de equilibrio. Por su parte, las capturas en México seguirán sosteniendo a decenas de miles de familias que viven de la pesca siempre que estas capturas no superen los límites de la naturaleza. Peligraría entonces la subsistencia a largo plazo de las propias familias y de las especies capturadas.