La Fonda Pop Up y la Mezcaloteca Corazón Agavero vendieron 800 tamales a su público en Madrid, mientras la asociación Mexcat vendió 200 en la Casa Mèxic de Barcelona para celebrar el Día de la Candelaria. Españoles, mexicanos, estadounidenses y personas de otras nacionalidades se sumaron a esta fiesta mexicana cada vez más intercultural.

MADRID, España.- Desde que abrieron al público hasta que se terminaron los tamales oaxaqueños poco después de las 20:00, no paró el equipo de la Fonda Pop Up y de la Mezcaloteca Corazón Agavero. Durante esas horas, los comensales que entraban llenaron el lugar hasta que se agotaron los 800 tamales de pollo, de cerdo al chipotle, de cochinita pibil y de queso, y algunos litros de atole de dulce de leche. Pero el lleno absoluto se produjo con la llegada del grupo que amenizó la tarde con fandangos de son jarocho.

En Barcelona, la asociación Mexcat ofreció al público tamales que hizo Isabel Carbajal Ulloa. Vendieron 200 tamales en la Casa Mexic, entre los que había oaxaqueños pero también los clásicos de hoja de maíz, entre ellos algunos dulces.

Día de la Candelaria, una tradición transatlántica

Según la tradición, cada persona que haya sacado uno de los muñequitos blancos introducidos en la Rosca de Reyes paga la tamaliza el Día de la Candelaria, el 2 de febrero. Aunque de origen católico, esta celebración incorpora en México elementos prehispánicos como la utilización del maíz para los tamales y para una de las bebidas que lo suelen acompañar: el atole.

Los tamales se hacen con masa de maíz nixtamalizado cubierta por su hoja o, en el caso de los oaxaqueños, de hoja de plátano, y horneada y rellena de distintos ingredientes y salsas en función de la región del país. También existen los tamales dulces que llevan pasas, canela y otros ingredientes.

 

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Fotos: Carlos Miguélez Monroy