“Votar a la derecha, que miente para ocultar su naturaleza, o no votar porque ‘todos los políticos son iguales’ es cavar la propia fosa y pagarlo caro”, afirma el periodista Xavier Caño Tamayo al desglosar las mentiras de las que se sirven Vox, el Partido Popular y Ciudadanos para agitar miedos y amedrentar a los ciudadanos.

 * Por Xavier Caño Tamayo.

La derecha del Reino de España no tiene parangón en la Unión Europea. Si acaso se parece a la de países tan equívocos como Hungría o Polonía, estados cada vez más autoritarios. Esta derecha española es sucesora y heredera de la dictadura franquista. No olvidemos que la primera organización política de la derecha durante la Transición, previa al PP, fue Alianza Popular, un partido fundado por ministros y altos cargos de la dictadura franquista.

En la derecha española destaca Vox por su cerrazón y política reaccionaria. Su última perla ha sido que su presidente dijera en un mitin reciente que los españoles “de bien” tienen derecho a defenderse “con un cuchillo, un palo, un cenicero o un arma” y no pueden estar quietos “cuando les atacan y ven que violan a sus hijas”, y “no deben pasar luego un infierno judicial” sino que se les debe dar “una medalla al mérito civil”.

Más allá de la falsedad de situaciones que Abascal pretende y de la necedad de sus afirmaciones, el dirigente derechista propone que en España sea posible un escenario tan atroz como los de las masacres que azotan a Estados Unidos de modo intermitente. Esto ocurre por culpa del fácil acceso a todo tipo de armas de los ciudadanos en un país permisivo con las armas incluso de guerra. Vox propone volver a la jungla de una violencia armada impune, como la que sufrió Europa en los años treinta del siglo XX.

Cierto que lo de las armas solo lo propone Vox, pero otra característica peligrosa que sí define a las tres derechas españolas es que las tres faltan a la verdad. Tanto es así que se pueden consultar en Internet hasta una veintena de web que exponen documentadamente las mentiras de la derecha hispana, con especial atención a las de Pablo Casado, que falta a la verdad con entusiasmo. Se pueden consultar los enlaces de mentiras y engaños del PP que ha facilitado en su blog Ganas de escribir el economista Juan Torres. También se pueden consultar Julia en la onda o poner en Google Las mentiras del PP, Mentiras de Vox o Mentiras de Ciudadanos.El resultado es abundante y esclarecedor, además de desvelar la catadura moral de la derecha española, campeona del embuste.

La necesidad de votar: no se puede “pasar de la política”

¿Puede la ciudadanía española fiarse de esa derecha que miente? La ciudadanía ha de desconfiar y ser muy consciente de que si esa derecha llega a gobernar, todos lo pagaremos. Votar a la derecha, que miente para ocultar qué es en realidad, o no votar porque “todos los políticos son iguales” es cavar la propia fosa y pagarlo caro. ¿Habría un 15% de asalariados fijos con contrato, pero pobres, si no hubiera gobernado Rajoy durante seis años y medio (cuatro de ellos con mayoría absoluta). ¿Tendría que emigrar la gente joven o soportar el no poder planificar su vida si la derecha no hubiera perpetrado una reforma laboral que ha precarizado el empleo, aumentado el paro juvenil (algo más del 32%) y rebajado los salarios? Tanto es así que la situación del empleo en España a merecido la denuncia de la OCDE y otras organizaciones internacionales.

El remate de este retrato urgente de la derecha española se completa con la comprobación de que defiende de modo inequívoco los intereses de quienes más tienen, llamémosles la minoría rica que Marx denominaba burguesía o clase dominante. Lo demuestra que la primera medida del nuevo gobierno derechista andaluz ha sido suprimir de hecho el impuesto de sucesiones. O, dicho de otro modo, regalar unos 400 millones de euros a los ricos que hayan de heredar en Andalucía. Millones que las arcas públicas regionales dejarán de recaudar. Pero la regulación fiscal de las herencias es estatal y no regional, se dirá, y un gobierno autonómico no puede prescindir de una ley estatal. Cierto, pero la trampa del gobierno conservador andaluz, para servir a los intereses de sus señoritos ricos, ha sido conceder una bonificación a los herederos que han de abonar cantidades importantes porque heredan mucho. Esa bonificación permite descontar el 99% del impuesto a pagar por heredar. En realidad, lo suprime. Una medida que solo beneficiará a unos 20.000 ciudadanos andaluces que hereden, que es la minoría rica poseedora de grandes patrimonios. ¿Y el resto, hasta ocho millones y medio de habitantes?

El filósofo griego Platón decía que el precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores. No se puede pasar de la política. En los años ochenta del pasado siglo se extendió en este país, sobre todo entre jóvenes, esta frase: ¡paso de política! Una frase necia (del latín nescio, nescire: ignorar, no saber) donde las haya. Porque, aunque un individuo pueda pasar de la política, la política nunca pasa de uno. Nunca. Lo que se dice y hace, o se deja de hacer en parlamentos y gobiernos repercute siempre directamente en las vidas de la gente.