La subasta de una botella de whisky por 400.000 pesos (unos 15.000 euros) que al final se vendió en 500.000 vuelve a poner sobre la mesa la desigualdad en México. Una persona que gana el salario mínimo tendría que dedicar todas sus ganancias durante nueve años para poderse permitir esta botella, que multiplica por 44 el precio mensual de un alquiler de vivienda.

Por Andrea Romero Santos *

MADRID, España.- Hace unas semanas se puso a la venta por primera vez en subasta en México un whisky valuado entre 350.000 y 400.000 pesos. Al final se vendió en 500.000 pesos.

Los conocedores consideran a este Macallan 1946 Select Reserve de 52 años el Rolls Royce de los whiskies. El secreto de su precio es que la maduración de 52 años se había hecho en barricas de roble que antes habían contenido jerez, lo que cambia el sabor del whisky. La elaboración de este Macallan coincidió con la Segunda Guerra Mundial y se utilizó “turba”, un combustible ligero, en vez de utilizar carbón. Según el informe de The Wealth Report, el whisky, las monedas, el vino y el arte son los productos de lujo que más se valoran.

La subasta, que tuvo lugar en Lomas de Chapultepec en Ciudad de México, no ha sido la primera ni la más exitosa subasta de la destilería, que en 2014 consiguió 628.000 dólares por una colección en Hong Kong.

Estas pujas muestran el poderío de la economía de México, que contrasta con los eslabones más débiles. El 1% más rico del país acapara el 43% de la riqueza. Mientras una persona puede invertir miles de pesos en una botella de whisky, muchas otras familias viven en niveles de pobreza extrema. Muchos ni siquiera alcanzan los 123 pesos diarios del salario mínimo. Una persona que gana esta cantidad en México tendría que dedicar todas sus ganancias durante nueve años para poderse permitir esta botella.

Muchos expertos cifran en 300 pesos diarios el mínimo para que una familia pudiera tener una vida digna, con precios en los alquileres que promedian casi 9.000 pesos mensuales, según un estudio de Expatistan.

México se encuentra entre el 25% de los países con mayor desigualdad del mundo, además de encontrarse en el continente más azotado por esa brecha entre ricos y pobres.

Esta desigualdad determina la esperanza de vida de las personas, sus expectativas en educación y su potencial laboral. El factor más determinante en esta desigualdad se encuentra en el nivel de ingresos, pero se suman otros como el género, la etnia y el lugar de residencia. A pesar de la subida del salario mínimo, muchos expertos señalan que queda mucho camino por recorrer en la implantación de medidas para reducir desigualdades en aquellos ámbitos mencionados.

Subastas como la de la botella de whisky pone sobre la mesa la desigualdad en México. En 2016, El País entrevistó a los 12 mexicanos más pobres con el objetivo de poner en manifiesto a esas 11,5 millones de personas en situación de pobreza extrema”. Estas personas tienen en común una escolarización insuficiente, sus intentos de emigrar a Estados Unidos y sus orígenes indígenas.

* La autora es participante de Crónicas de México en España, el taller de periodismo de Espacio Méx


Con información de Morton Subastas