Las piñatas mexicanas con la cara de Donald Trump aprovechan la cultura mexicana que tanto desprecia el presidente para enfrentarse a la xenofobia. Conforme aumentaban las políticas racistas del presidente estadounidense, los productos de merchandaising con su cara han crecido en popularidad. 

MADRID, España.- Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017, el presidente de Estados Unidos ha conseguir polarizar aún más el mundo. También ha dividido a su país, que tiene a quienes lo siguen a ciegas y quienes repudian sus ideas y su gestión. Para la comunidad mexicana, con una enorme presencia en el país norteamericano, la cultura mexicana ha decidido darle la vuelta a su discurso racista por medio de piñatas con el rostro del presidente.

Las políticas Trump, junto con la crisis de refugiados en Europa y el ascenso de la ultraderecha en  países como Brasil ha desencadenado una de las crisis migratorias y de derechos humanos más importantes del siglo XX. Pero es en este tipo de momentos cuando mucha gente transforma su miedo y dolor en sentido del humor. En este caso se han plasmado en toda una gama de productos de merchandising con la cara del presidente.

La gran cantidad de polémicas levantadas por Trump en lo que lleva de legislatura van desde el machismo más categórico, con alusiones directas a abusos sexuales como el tristemente famoso “grab her by the pussy” o las políticas arancelarias que han enfrentado al país con China. Pero una de las bases de la política Trump es el racismo y el rechazo a todo lo relacionado con la migración, especialmente la que proviene de su vecino más cercano, México.

En poco más de dos años, Donald Trump se ha convertido en uno de los mayores defensores de las políticas antiinmigración: ha separado a padres e hijos migrantes, ha ordenado el uso de la fuerza en la frontera de Estados Unidos con México y la deportación directa de migrantes ilegales. Conforme aparecían titulares con este tipo de políticas y comentarios, Trump seguía aumentando su popularidad, tan aclamado como defensor de los estadounidenses como odiado símbolo de la ‘cultura pop’. Pronto comenzaron a aparecer toda una serie de productos con el nombre o el rostro de Trump destinados a que la gente desahogara su rabia con las injusticias del presidente: desde escobillas de váter hasta papel higiénico.

La originalidad y la crítica han encontrado su máxima expresión en un símbolo festivo mexicano reconocido en el mundo entero: la piñata.

De esta manera los mexicanos se enfrentan al odio que el presidente profesa a su cultura dando una doble dosis de ella. Las piñatas están ligadas tradicionalmente a acontecimientos importantes o familiares en la cultura mexicana como cumpleaños o posadas navideñas. Gracias a la empresa Amazon, la “Trumpiñata” se ha popularizado y se pueden adquirir en casi todo el mundo.

Cada vez es más común que las piñatas mexicanas se preparen con la imagen de algún personaje que levante polémica para desahogarse al golpearlo. En España hay varios casos parecidos con figuras públicas: la figura de ninot del rey que se vendió en ARCO y la quema de muñecos de políticos.

Aunque ya se ha vuelto popular las piñatas con formas, la más tradicional de la cultura mexicana es la piñata de siete puntas. Estas piñatas tienen su origen en China y llegaron a México a través de los españoles. Las siete puntas de las piñatas tradicionales representan los siete pecados capitales: pereza, envidia, gula, ira, avaricia, lujuria y soberbia y el acto de romperla a golpes representaba la fuerza de voluntad para vencer al “mal” de nuestro interior. Ahora las piñatas intentar eliminar otros males, como el que intenta acabar con la multiculturalidad y favorece la xenofobia.