El Circulo de Bellas Artes de Madrid reunió a Fernanda Melchor, a Luis Jorge Boone y a Jorge Valdés Díaz-Vélez en ‘El español mexicano’, una divertida conversación del Festival Eñe sobre diferencias y similitudes del castellano en España y México que moderó el escritor Jorge F. Hernández.

Por Juan Carlos González. Twitter: @juancarlosgp_

En su 11ª edición, el Festival Eñe elige a México como su primer país invitado con una nutrida representación de los mejores escritores del momento. Una forma esencial de entender el castellano escrito, hablado y, por ende, interiorizado por ambos países es escuchar cómo los propios cronistas y autores perciben esas diferencias y similitudes.

Ese fue el punto de partida de El español mexicano, una conversación que reunió a tres primeras espadas de la literatura mexicana actual, de géneros como la prosa y la narrativa. Capitaneados por el director del Instituto Cultural de México en España, Jorge F. Hernández, el Circulo de Bellas Artes de Madrid sentó en un mismo escenario a Fernanda Melchor, Luis Jorge Boone y Jorge Valdés Díaz-Vélez para compartir experiencias sobre lo difícil y a su vez sencillo que resulta entendernos a ambos lados del Atlántico.

Somos dos países separados por una misma lengua”, acentuó Hernández. Para Díaz Vélez, entre ambas variantes del idioma “hay muchas diferencias que, aunque sutiles, son identitarias de cada país”. Para el autor y también diplomático, el español de México “es muy dadivoso”. Por su parte, Fernanda Melchor lamentó que “de este lado del continente no haya tanta curiosidad por las distintas versiones del español” mientras que “en México hay una comprensión global de las distintas variantes de nuestro idioma”. El poeta coahuilense Luis Jorge Boone reivindicó que “a lo que nos dedicamos es a hacer lo más bello posible ese idioma con el que crecimos”.

¿Cómo hacen suyo ese castellano a través de la literatura?

Mi primera novela quise escribirla lo más mexicana posible, con un diccionario de la RAE al lado, pero me di cuenta que era imposible”, confesó Melchor. La escritora reconoce que uno de sus retos como escritora ha sido “encontrar una voz que tome rasgos familiares y locales” de su Veracruz natal.

En esa línea, Bloome aseveró que “lo que menos necesitan las lenguas es un órgano regulador” ya que resulta vital “un mestizaje e intercambio”.

¿Cómo definirían ustedes en una palabra el español mexicano?, preguntó Hernández en un mexicano ya “no tan cantado” como antes, como él mismo definió: Chipocludo para Melchor, Chingüengüenchón para Boone y de poca madre para Vélez.

Hernández utilizó un ejemplo para demostrar que la mejor forma de reconocer que el castellano de México y de España es fruto de un viaje de ida y vuelta, es a través de una simple palabra. Tiza, palabra de origen náhuatl se utiliza en España. Gis, palabra de origen árabe, se utiliza en México. Ambas se refieren a esa arcilla terrosa blanca con la que precisamente el lenguaje se escribe y aprende desde edades tempranas en los colegios de todos los países de habla hispana.