El Instituto de México en España acoge 20 obras de la artista mexicana Marcela Lobo. La exposición llamada ‘Cuerpos vibrantes’ recoge las obras de lo que considera su época roja, entre las que se encuentran collages y ensamblajes de objetos cotidianos.

MADRID, España.- La artista mexicana Marcela Lobo expone por primera vez en España varias obras de la colección ‘Cuerpos vibrantes’. Esta colección, la última este año del Instituto de México y abierta al público hasta el 7 de diciembre, se caracteriza por su color rojo y por la abundancia de collages y ensamblajes con objetos propios del mundo de la costura.

De una manera o de otra quiero reflejar el maniquí que todos llevamos dentro

En muchos de sus cuadros, la figura principal es el maniquí, ya sea en dibujo, con fotos o incluso con uno de verdad adherido a la propia obra. Suele combinarlos con objetos del mundo de la moda y la costura como máquinas de coser, planchas, tijeras o metros que también pueden estar pintados o pegados.

Otro de los objetos estrella que muestra en sus obras son las bicicletas y los sillones que en varias ocasiones también aparecen junto a maniquíes combinados con más objetos superpuestos. El verde predomina en algunas ocasiones para romper con una línea en la que destacan los colores cálidos.

Mujeres y maniquíes

Donde Marcela Lobo más refleja este conjunto de composiciones es en cuatro obras concretas de esta muestra. Los protagonistas son fotografías o recortes antiguos de revistas que posiciona en el cuadro como cuerpo principal de los maniquíes, excepto en Personajes de vestimentas, donde algunas de las fotos son meras representaciones de la vestimenta de otra época.

Hermana de la Monalisa es otra de las creaciones que reflejan este empoderamiento, pues hasta la supuesta hermana lleva una corona en la cabeza declarándola reina de la obra a pesar del busto que hay a su lado.

El cuadro que demuestra que la mujer no es solo un maniquí es Animal, cuya protagonista tiene una mirada dura, de desafío y de poder. Los colores de esta obra recuerdan a Vampiro de Edvard Munch, donde una mujer desafía con sus actos en vez de con su mirada.

El marcado estilo de Lobo refleja lo complejo que puede llegar a ser el mundo cotidiano y los objetos diarios además de los distintos sentidos que puede cobrar un mismo elemento bajo su punto de vista cambiando su color o incluso la forma. Gracias a la tonalidad cálida de sus creaciones y a la composición de cada obra se puede ver la libertad creativa que ha caracterizado a la artista a lo largo de su trayectoria.