La activista Angela Davis, que está en Madrid para una conferencia sobre feminismo en la Casa Encendida, se solidariza con la caravana de migrantes centroamericanos que avanza hacia Estados Unidos en busca de una vida mejor. “Las decisiones de la gente del sur de venir a Europa o a Estados Unidos no son simples decisiones individuales, sino decisiones marcadas por la presencia histórica del capitalismo, relacionadas con la esclavitud y el colonialismo”, sostiene.

MADRID, España.- La lucha feminista tiene muchos rostros. Como los de las mujeres negras, latinas, trans, trabajadoras y muchos más. Estos tienen otras reivindicaciones que son tan importantes como la lucha contra la opresión de género. Sobre ello ha venido a hablar a Madrid una de las figuras más importantes en la lucha feminista, antirracista, anticarcelaria en Occidente: Angela Davis.

La negra melena de esta filósofa originaria de Alabama, Estados Unidos, ha perdido el color, pero no la contundencia de su discurso.

“¿Cómo es posible defender la justicia solo para un grupo de personas?”, cuestiona la autora de Mujeres, raza y clase (1981).

“El feminismo que no es antirracista ni anticapitalista es una contradicción”, sentencia la exmilitante del movimiento Panteras Negras.

Además de combatir la opresión de género, el feminismo que reivindica Davis es “una estrategia contra el racismo, el fascismo y la explotación económica”, lo que se conoce como feminismo interseccional u holístico. La activista de 74 años imparte este jueves a las 19 horas la conferencia El feminismo será antirracista o no será en La Casa Encendida de Madrid. Su charla se enmarca en el ciclo “Mujeres contra la impunidad” que este centro y la Asociación de Mujeres de Guatemala (AMG) organizan desde 2014.

Los principales problemas de derechos civiles de nuestros tiempos, considera Davis, son los que afectan a los migrantes y refugiados.

Las decisiones de la gente del sur de venir a Europa o a Estados Unidos no son simples decisiones individuales, son decisiones marcadas por la presencia histórica del capitalismo, relacionadas con la esclavitud y el colonialismo

En consonancia con este análisis, Davis se solidariza con la caravana de migrantes centroamericanos que está atravesando México en dirección a Estados Unidos, huyendo de la violencia de sus países, pese a las amenazas de Trump. La autora de La libertad es una batalla constante (2017) asegura que la caravana está llamando la atención sobre la violencia que existe en países como Honduras o Guatemala y sobre cómo el Estado está implicado en la violencia y particularmente en los feminicidios.

La antigua militante del Partido Comunista de Estados Unidos advierte también del auge del fascismo no sólo en Europa, sino también en Brasil con el ultraderechista Jair Bolsonaro, que se impuso en la primera vuelta de las elecciones y se disputa la presidencia este domingo contra Fernando Haddad. Un candidato abiertamente fascista, racista y machista. Para ella, la lucha contra el racismo lo es a también contra el fascismo.

“El racismo siempre ha estado en el centro del fascismo”, afirma Davis.

El feminismo que necesitamos hoy es uno que incluya a las que siguen en la base, las mujeres racializadas, afirma quien en 1971 pasó a formar parte de la lista de “los diez más buscados” del FBI. No aboga por el de aquellas que ya alcanzaron lo más alto en la escala social, las que ya rompieron el “techo de cristal”, como el que, según ella, intentó utilizar a su favor para movilizar electoras en 2016, Hillary Clinton.

Davis no duda en señalar las contradicciones de la historia. Recuerda que en los años sesenta, cuando estudiaba en Alemania, quienes emigraban ahí para trabajar eran españoles, muchos de los que ahora rechazan a los inmigrantes que llegan a su país en busca de una vida mejor.