Además de un libro de condolencias abierto en la librería Martín Luis Guzmán del FCE, el escritor mexicano recibirá un homenaje póstumo en Madrid el miércoles 21 de noviembre en la Casa de México, con la presencia del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y otros escritores y personalidades de la cultura.

MADRID, España.- La Embajada de México en España ha abierto un libro de condolencias en Madrid con motivo del fallecimiento del escritor mexicano Fernando del Paso, ganador del Premio Cervantes de literatura en 2015, en la librería Martín Luis Guzmán del Fondo de Cultura Económica, ubicada en la Casa de México en España (calle Alberto Aguilera, 20).

Todas las personas que quieran escribir un mensaje de despedida al autor de ‘Palinuro de México’, ‘Sin noticias del Imperio’ o ‘Viaje alrededor de El Quijote’, podrán hacerlo hasta la próxima semana en horario de 11:00 a 14:00 de lunes a sábado y también de 16:00 a 19:00 horas de lunes a viernes.

Además, la Embajada de México en España informó que el próximo miércoles, 21 de noviembre, a las 19:00 horas, se realizará un homenaje póstumo a Del Paso en la Casa de México.

Un acto en el que está confirmada la presencia del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, escritores españoles como Juan Cruz, y representantes de instituciones mexicanas como la embajadora Roberta Lajous y el director del Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM en España, Andrés Ordóñez.

Fernando del Paso, uno de los más reconocidos autores de la literatura mexicana contemporánea, falleció el pasado miércoles a los 83 años de edad en su casa de Guadalajara, Jalisco.

Escritor, periodista, diplomático y dibujante, en 2015 fue anunciado como ganador del Premio Cervantes –el galardón más importante de las letras en español—“por su aportación al desarrollo de la novela aunando tradición y modernidad”. Un hombre que hasta sus últimos días mantuvo además un marcado compromiso social y una incansable mirada crítica.

En 2016, pocos meses después de gritar ‘Todos somos Ayotzinapa’ desde su silla de ruedas en un acto público celebrado en México, usó su discurso durante la ceremonia de recepción del Premio Cervantes en Alcalá de Henares para denunciar el deterioro de la violencia, la corrupción y la impunidad en su país.

“Las cosas no han cambiado en México sino para empeorar. Continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, los abusos de poder, la corrupción, la impunidad y el cinismo. Criticar a mi país en un país extranjero me da vergüenza”, indicó Del Paso ante la atenta mirada del Rey Felipe VI al recibir el Premio Cervantes.

“Pues bien, me trago esa vergüenza y aprovecho este foro internacional para denunciar a los cuatro vientos la aprobación en el Estado de México de la bautizada como Ley Atenco, una ley opresora que habilita a la policía a apresar e incluso disparar en manifestaciones públicas a quienes atenten, según su criterio, contra la seguridad, el orden público, la integridad, la vida y los bienes, tanto públicos como de las personas”, señaló en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.

“Esto pareciera tan solo el principio de un estado totalitario que no podemos permitir. No denunciarlo, eso sí que me daría aún más vergüenza”, añadió el último escritor mexicano en ser galardonado con el Premio Cervantes.

El legado de Del Paso en España y la camisa de José Carlos Becerra

En la llamada Caja de las Letras del Instituto Cervantes, donde todos los galardonados con el Cervantes dejan guardado bajo llave algún legado personal, Del Paso depositó en 2016 dos ejemplares de sus dos primeras novelas (‘José Trigo’ y ‘Palinuro de México’), un disco con su propia voz grabada y una camisa que perteneció al fallecido poeta mexicano José Carlos Becerra.

Aque día, explicó que esa camisa la dejó olvidada el poeta en Londres y que él la ‘heredó’ cuando se mudó a esa ciudad para cursar una beca Guggenheim. A partir de ese momento, la utilizó como fuente de inspiración. “Cada vez que yo sentía pereza de escribir, desánimo o escepticismo, me ponía la camisa y comenzaba a trabajar”, explicó.

En silla de ruedas y rodeado por decenas de amigos, familiares y periodistas, aclaró que a pesar de dejarla guardada por cien años en la Caja de las Letras, seguiría poniéndose metafóricamente esa camisa para crear. “Así sea metafóricamente, una y otra vez hasta que se acabe, no la camisa, sino mi vida”.

Fotografías: Juan Carlos Rojas.