Rafael Lozano-Hemmer es un artista electrónico mexicano cuyas obras han traspasado fronteras. Aunque nació en Ciudad de México en 1967, ha radicado en Canadá desde los 17 años. Posteriormente, se recibió como fisicoquímico, si bien la creación artística siempre lo acompañó.

Según el propio Lozano-Hemmer, el arte electrónico constituye un arte escénico. “ Me interesa lo efímero y lo que ocurre con la participación del público”, comentó en una entrevista. En efecto, la interacción forma parte de las obras del artista mexicano. Una de sus obras donde plasmó esta tendencia fue Elevación Vectorial (1999), en la que invitó a los internautas a diseñar esculturas de luz en la plaza principal de la CDMX.

El trabajo del artista se ha caracterizado por la mediación entre el cuerpo de sus seguidores y los dispositivos tecnológicos. De acuerdo con el autor, la obra muere cuando el cuerpo pierde contacto con el dispositivo, y vuelve a escena cuando llega un nuevo cuerpo. Por tanto, su trabajo adquiere un patrón evocativo.

Lozano-Hammer sostiene que existe un proceso de rehumanización del hombre gracias a la tecnología contemporánea, pues su forma de vida ha cambiado, lo cual ha ocasionado que viva nuevas experiencias a raíz de la vinculación con la máquina, lo cual ha propiciado una especie de ‘vida en forma simultánea’.

Actualmente el artista mexicano se desempeña como docente de la escuela superior de diseño de la Universidad de Harvard. Su trabajo está relacionado al campo del arte electrónico y uso de distintas tecnologías. Además, ha logrado fusionarlas con elementos de la arquitectura y el performance.

Su obra ha recibido diversos reconocimientos. Algunos de los más destacables son dos Premios BFTA, el Golden Nica del Prix Ars Electronica- Austria,  una beca Rockefeller, el premio internacional Bauhaus en Diseño, entre otros.

Para el artista, el uso de la tecnología debe permitirnos “criticar, resistir, dialogar, buscar situaciones poéticas”. Debido a que ya es parte inherente de nuestra vida diaria, no debemos tratar de sacarla de nosotros, sino utilizarla de forma apropiada. “Es como una segunda piel”, sostiene, citando a Marshall McLuhan.

La tecnología ha cambiado nuestros hábitos y continuará marcando las pautas de todo lo que hagamos en el futuro, sostiene Angela Castillejo, encargada de Tecnología de Reviewbox.

“La tecnología ha acelerado la interconectividad y las comunicaciones a una velocidad impresionante. Solo en 2015 había más de 7.000 millones de suscripciones de telefonía móvil, lo cual supone una tasa de penetración del 97% frente al 10% de 2000. Durante el mismo  periodo, el acceso a internet pasó del 7 % al 43 %. Respecto al tema económico y social, ha favorecido el desarrollo del comercio electrónico, la transformación industrial y las relaciones entre gobernantes y gobernantes”, refiere.

Si bien estos avances son destacables, todavía hay una gran brecha digital. En 2015 el  81 % de los hogares de países desarrollados tenía acceso a internet, mientras que en los países en vías de desarrollo apenas alcanzaba el 34 %.