Los más de 7 billones de euros ocultos en las guaridas fiscales podrían utilizarse para financiar la reparación de los estragos provocados por el COVID-19 como piden Oxfam Internacional y otras importantes organizaciones.  

Análisis de Xavier Caño Tamayo.

MADRID, España.- Los trabajadores del mundo pueden perder hasta 3 billones de euros de ingresos, según Oxfam Internacional y, según la Organización Internacional del Trabajo, la mitad de los trabajadores de todos los países pueden perder su empleo en los próximos meses. La crisis económica, laboral y social que genera la pandemia del coronavirus no ha hecho más que empezar.

Con el falaz pretexto de afrontar la crisis de 2008, los gobiernos, con el evidente apoyo de las instituciones internacionales de la economía (FMI, BCE, OCDE, OMC…), recortaron el gasto público, rebajaron los salarios, precarizaron el mercado laboral y recortaron el estado del bienestar para rescatar a la banca, máxima responsable de aquella crisis. Millones de personas en España padecieron terribles consecuencias al tiempo que desaparecían los negocios de millones de autónomos y pymes.

Ante la crisis actual del coronavirus y sus consecuencias socioeconómicas, parece haberse aprendido la lección y en Europa, muchos gobiernos parecen actuar al revés de lo que se hizo en 2008, movilizando recursos públicos para reforzar la sanidad y los servicios sociales, ayudar a los asalariados, a los autónomos y pymes y proteger a la población más vulnerable. Si la mayoría de la gente no puede vivir, este sistema se va al garete.

Con ese nuevo enfoque, que tiene en cuenta a la gente, el gobierno de España ha levantado un escudo social con medidas laborales, de igualdad, de acceso a la vivienda, de crédito, de alivio fiscal y de ayuda y sostenimiento de la actividad económica de empresas y autónomos. Esta respuesta precisa una gran financiación cuando se conocen ya las cantidades billonarias que la Unión Europea dedicará a afrontar esta crisis.

Para reforzar este gran volumen de gasto público, organizaciones internacionales piden que rescate parte del dinero escondido en paraísos fiscales (por difícil que parezca, que lo es) para financiar la lucha contra el coronavirus COVID–19 y sus consecuencias.

La recuperación de parte de los impuestos evadidos por la ocultación de depósitos, operaciones financieras y beneficios en guaridas fiscales podría financiar la lucha contra la pandemia del coronavirus sin caer en una crisis profunda que deje en la miseria a la mayoría de la población. si no se opta por el aumento del gasto público y la expansión para salir de la crisis, habrá un mundo en ruinas. Dinero hay. Según la Comisión Independiente para Reforma de la Fiscalidad Internacional y Oxfam Internacional, y cálculos más o menos conservadores, habría de 7 a 30 billones de euros ocultos en las guaridas fiscales (antes paraísos fiscales).

Intervenir la economía y aumentar el gasto público fue la opción de Franklin Roosevelt en Estados Unidos contra las peores consecuencias de la crisis de 1929: desempleo masivo y brutal caída del consumo. Hoy, el dinero escondido en guaridas fiscales podría financiar la factura de la pandemia y consecuencias. Si hay voluntad política es posible.

¿Cómo conseguir que se utilice el dinero escondido, que se oculta para no pagar impuestos? Presionando y negociando, convenciendo a los poseedores del poder económico y financiero del mundo que, de no superar la crisis múltiple, incluso los totulares del poder financiero pueden correr con la misma suerte que el escorpión en la fábula de Esopo.

El escorpión pidió a la rana que lo ayudara a cruzar un río, que no le haría ningún daño. La rana accedió, subiéndolo a su espalda, pero en mitad del río el escorpión picó con su letal aguijón a la rana, que empezó a agonizar. Antes de fallecer, le preguntó incrédula: “¿Por qué me has picado?, ahora moriremos los dos”, y el escorpión respondió: “Es mi naturaleza”. No habrá salida si los capitalistas lúcidos no recuerdan los avisos de Adam Smith contra el enriquecimiento excesivo ni comprenden que, de no resolver la crisis en beneficio de todos, todos la pagaremos, ellos incluidos.