La localización de Ceuta la convierte en un lugar único donde uno se encuentra en medio de dos mundos. La ciudad misma es testigo de la historia: el conjunto amurallado es único y en él pueden verse vestigios de los grandes poderes que reinaron en Europa y el norte de África.

CEUTA, España.-A una hora de la península y a media hora de Marruecos esta ciudad siempre ha estado marcado por la mezcla y convivencia entre culturas. Actualmente conviven cuatro religiones: cristiana, musulmana, hindú y judía, por lo que se pueden encontrar mezquitas, sinagogas y templos por toda la ciudad.

La ciudad está envuelta por el mito de Hércules y las leyendas del Mediterráneo además de visitas de personajes ilustres como Julio Verne; pero su mayor atractivo turístico son las Murallas Reales, un conjunto de fortificaciones con más de 1.200 años de historia que recuerda mucho a las Murallas de Veracruz.

 

Fue posesión de Portugal hasta 1668, donde pasó a la corona española con el Tratado de Lisboa, por lo que pueden encontrarse vestigios de arquitectura portuguesa.

La catedral cristiana situada cerca del centro de la ciudad es, junto a la Plaza de África, uno de los puntos de reunión de los jóvenes por su cercanía con la Gran Vía. Una vez recorrida la zona comercial, que continúa siguiendo esta calle, encontramos La Casa de los Dragones.

Se trata de una construcción arquitectónica coronada por las impresionantes figuras de cuatro dragones que custodian la entrada a la Plaza de los Reyes. Las figuras son réplicas de seis dragones que se retiraron del edificio durante la Segunda República y que volvieron a vigilar la ciudad desde las alturas en 2006.

Tapas y “camperos” junto al mar

Gastronómicamente en Ceuta podemos encontrar distintos locales de tapas, en los que se incluye un tentempié con cada bebida. Precios bastante asequibles que permiten que el visitante pueda hacer una ruta por varios establecimientos sin que suponga un gasto excesivo.

Pero lo que toda persona que haya vivido en Ceuta recomienda comer, además del pescado frito que caracteriza al sur de España, son los camperos. Bocadillos de gran tamaño y poco precio que hacen que los novatos se queden con los ojos abiertos. Se pueden encontrar puestos de camperos por toda la ciudad y es muy difícil encontrar el mejor porque a cada ceutí al que le preguntes te dirá cual es su favorito y pocos coincidirán.

Ceuta es una ciudad en la que uno puede encontrar una gran variedad de playas, es difícil no ver el mar sea cual sea el punto en el que te encuentres de la localidad. Dentro de las opciones de ocio veraniegas están los paseos en kayak o en el Barco del Desnarigado recorriendo el foso, el único de agua salada navegable en el mundo.

Además, el Parque Marítimo del Mediterráneo ofrece la posibilidad de deleitarse con baños en agua salada y bonitos paseos nocturnos por sus jardines. El parque consta de tres lagos artificiales de agua salada donde cada verano se puede disfrutar de un baño en un ambiente tropical y mucho más relajado que en las ajetreadas playas.

Conjunto de fortificaciones único en el mundo

Ceuta es una ciudad marcada por la historia donde los grandes poderes de Europa han dejado señales que aún perduran. La ciudad tiene varios yacimientos fenicios, romanos y árabes pero el mayor resto histórico y el mayor icono de la ciudad es el Conjunto Monumental de las Murallas Reales. En este monumento encontramos tres estilos de construcción: italiano, holandés y francés, tres de las grandes escuelas de fortificación entre el siglo IV y el XVIII en un solo monumento que se ha ido reformando y ampliando sin descanso durante más de doce siglos.

Tras las últimas excavaciones, entre 2002 y 2015, se descubrió el conjunto de la Puerta Califal dentro de las murallas portuguesas. Estas murallas son la primera línea del conjunto amurallado y se construyen en 1541, amortizando todo el conjunto de la Puerta Califal, construida en siglo X.

Además, tras estas excavaciones se llegó a la conclusión de que igual que los portugueses habían tapado las murallas califales, el califato tapó fortificaciones anteriores, fortificaciones del período tardo antiguo, al final del Imperio Romano.

La parte portuguesa es un sistema abaluartado que se inventa en Italia y los portugueses importan con los diseños de los maestros de fortificaciones Benedicto de Ravenna y Miguel Arrudar, autor del Monasterio de Batalla en Portugal. Fueron las primeras murallas de estilo italiano que se realizaron fuera de Italia, en pleno Renacimiento.

La segunda línea, formada en el periodo de los Austrias y terminada en 1699, está compuesta de dos semibaluartas que corresponden a la escuela holandesa de fortificación.

A partir de 1715 se levantó una nueva línea de fortificación que finalizó su construcción en 1727. Esta línea está hecha al estilo francés y corresponde al ingeniero militar Jorge Próspero de Verboom, el mejor ingeniero de España en ese momento.

“Cada vez que se hacían reformas aquí se estaba importando la mejor tecnología”, sostiene Gabriel María Fernández Ahumada, técnico de la sección de Patrimonio Cultural de Ceuta.

El estilo de las murallas recuerda a las Murallas de Veracruz y al Fuerte San Juan de Ulua, en México, construcciones del siglo XVI, misma fecha que las actuales murallas de Ceuta. “En estas fortificaciones se ensayaron todas las propuestas que más tarde se exportan a América”, afirma Ahumada.

Una de las características más impresionantes del conjunto monumental es que la mayor parte se encuentra abierta al público gratuitamente y se puede pasear por él y observar el foso a casi cualquier hora del día. Durante el verano esta zona turística también se utiliza para celebrar conciertos y pequeños festivales al aire libre. La Muralla Califal se visita a través de reservas gratuitas llamando al 856 100 560.

Hércules, Julio Verne y demás leyendas

La mezcla cultural y la posición estratégica de Ceuta como entrada al Mediterráneo, el mar que los griegos pensaban que conducía al fin del Mundo, ha rodeado siempre a la ciudad de magia y misticismo. No es de extrañar que muchas leyendas nombren a Ceuta como la ciudad en la que Hércules posó uno de sus pies para partir la tierra en dos.

La figura gigantesca de este semidios es uno de los símbolos de la ciudad y se le puede ver sujetando dos grandes columnas de piedra en el paseo cerca del puerto. Uno de los más importantes durante el siglo XVII que llamó la atención de celebridades como Julio Verne. El escritor registró en su cuaderno de bitácora la visita a la ciudad en 1878 y que se basó en ella para el menos dos novelas: Matías Sandor y Héctor Cerbarac, que se ambienta en el antiguo penal del Monte Hacho.

La visita no puede concluir sin pasar por el barrio de Benzú, al oeste de la ciudad y cerca de la frontera. Allí puede verse la montaña de La Mujer Muerta, como la conocimos todos los niños ceutíes en el colegio cuando escuchamos su historia, que pocos recordamos.

Esto no es extraño porque la montaña con forma de mujer dormida o petrificada ha sido objeto de leyendas durante siglos. Pertenece al territorio marroquí de Bellones y Los árabes la llaman Yebel Musa, nombre que proviene de dos caudillos musulmanes que iniciaron la conquista de la Península Ibérica.

Pero sólo desde Ceuta se puede apreciar con plenitud la figura de la mujer que algunas leyendas cuentan que se trataba de la diosa Calipso, que retuvo al héroe Odiseo; otras cuentan que fue uno de las amantes de Hércules y que el desamor fue la razón por la que el hijo de Zeus separó ambos continentes.

Muchos turistas han asegurado que al alcanzar su cima han oído un sonido metálico, provocado por las piedras calizas, que les ha dado la sensación de que la montaña respiraba.

Imágenes de Fabio Albarracín