Consulta los puntos, fechas y horarios del Camino a Miktlán que organiza la asociación Ollin Kaos para disfrutar de una experiencia única del Día de los Muertos en Barcelona.

BARCELONA, España.- Con o sin pandemia, ni ellos ni nosotros podemos olvidar. Vienen con antojo de un buen mole y de unos ricos tamales, sedientos de un tequila o un mezcal y con ganas de comer la fruta que más les gustaba. Vienen con alegría y nos acompañarán durante toda una noche. Un año más vienen a visitarnos. Así que, Susana Isunza Vizuet, bailarina y portavoz de la asociación Ollin Kaos, habla en esta entrevista del festejo que se organiza en Barcelona por el Día de los Muertos.

Ollin Kaos - Día de los Muertos

A pesar de la Covid-19 y tomando en cuenta las restricciones sanitarias y de movilidad, varias asociaciones culturales arraigadas en la comunidad mexicana de Barcelona desde hace tiempo, ya han comenzado a celebrar la llegada de los Fieles Difuntos. No ha sido fácil, pero el interés por difundir esta tradición ha pesado más en el ánimo de los organizadores. ¿Será que cada vez crece más la curiosidad de los españoles por conocer nuestra manera de venerar a los muertos?

Desde hace unos días dio inicio en la capital catalana el ‘Camino a Miktlán’, una ruta de ofrendas por el Día de Muertos, organizada por la asociación social Ollin Kaos, y que cuenta con la colaboración de otras entidades culturales y gastronómicas.

Hablamos con Susana Isunza Vizuet, portavoz de la asociación y una entusiasta promotora de la cultura mexicana.

El camino para llegar hasta aquí no ha sido fácil, ha sido casi como la ruta al Miktlán. La pandemia, las restricciones, el cierre temporal de algunos restaurantes ha sido crucial. Y, sin embargo, tendremos festejo. ¿Cuéntanos cómo ha sido la organización y qué entidades participan?

Me parece que precisamente por esta situación de excepción que vivimos en el mundo es importante hacer este festejo, celebrar algo que en este momento podemos percibir muy de cerca y que es la muerte. Ella siempre está presente y a ella vamos. Vida y muerte, una dialéctica en la existencia, lo que ha estado allí y que ahora la sentimos próxima, por una parte. Por otra, está el hecho de poder poner palabras y acciones a nuestro sentimiento en esta circunstancia, el encierro de unos meses antes y luego la sensación de estar vivos y vibrantes tiene que ver con los otros, con el trato. Ahora el contacto ha pasado a tener otra lectura que es el contagio, y hay menos contacto. Entonces, celebrar requiere de organizarnos, de darle forma a todo este sentimiento que brota de una situación incierta, y buscamos saber cómo están los otros, cómo lo viven, cómo se sienten. En este caso, a través de comunicarnos con otras asociaciones y ver que tenemos mucho en común, nos sostenemos a través de acciones como ésta, la iniciativa del encuentro que representa, la colaboración. La idea de que vivos y muertos celebremos la vida juntos, la finitud, la transformación, simbolizamos de alguna manera la muerte que es la única certeza.

Susana Isunza Vizuet

Todo lo anterior generó el impulso de organizar esta ruta de ofrendas en Barcelona, hemos contactado a otras asociaciones y personas interesadas en esta celebración, y así se han unido grupos como La Social Galería y Libros, Revindicacions Culturals Rambla del Barri, Ultramarinos Cultura y Arte, La Bibliomuscineteca, Artefacto, Assamblea de Aturats i Aturades de 9Barris en colaboración con La Lottería, Asociación cultural Mexico Catalunya, La Tiendita de la Reyna, Asociación Cultural Ollin Kaos y hemos contado con la colaboración de Tusitala Project. También se envió el proyecto al Consulado de México en Barcelona y nos apoyaron para realizar este evento en estos difíciles tiempos. Nos reunimos, hablamos e intercambiamos y organizamos esta ruta, siempre desde una solidaridad que se agradece.

No todo mundo sabe que tú, además de bailarina y maestra de danza contemporánea, eres una mujer inquieta y preocupada por la gastronomía y sus ingredientes. ¿De qué manera la fiesta de muertos está vinculada con el calendario agrícola prehispánico, con la recolección o cosecha? ¿Podríamos decir que es como un primer gran banquete?

Efectivamente, la fiesta de Día de Muertos tiene que ver con el ciclo agrícola, la cosecha de la milpa, el maíz, los ingredientes que la tierra nos ofrece en este ecosistema llamado milpa y que resultan ser los componentes para la fiesta y para la ofrenda, presentes ya sea en forma de comida preparada o en su estado natural. En el tema de las ofrendas, también existe un sincretismo, una incorporación de la tradición cristiana. De alguna manera, es algo que la universaliza. Y por las fechas, resulta que se puede preparar toda clase de delicias, desde los tamales, el mole, los frijoles, el atole de cacao y maíz, hasta el pan de muerto que originalmente se elaboraba con maíz y piloncillo y se moldeaba en forma de cuerpos, de mazehuales. En la ofrenda que preparamos cada año ponemos chiles, frutos, agua, sal de Tetezkite (de origen prehispánico), cacao, hojas y semillas de maíz, de frijol, de amaranto, entre otros elementos, y usamos la parte cromática de los ingredientes para darle forma. No puede faltar el copal que todo lo limpia, las flores de Xempaxóchitl, el fueguito.

Ya lo reza el dicho, “El muerto al cajón y el vivo al fiestón”. Ustedes en la sede de Ollin Kaos, ¿de qué manera festejarán la llegada de los difuntos? Danos una probadita para que se nos haga agua la boca.

La cena se hace alrededor del Miktlalmanalli u ofrenda y en Ollin Kaos festejamos con tamales de maíz nixtamalizado, que molemos nosotros mismos, más cercano al concepto prehispánico. Estos tamales de frijoles negros y de mole se acompañan de un atole, una bebida de maíz negro elaborado con piloncillo y cacao; es negro como el inframundo y sus nueve niveles debajo de la tierra. También realizamos intervenciones, performance a manera de ofrenda y el tema de la muerte se vuelve infinito con estas visiones de los artistas que ofrendan con el fin de recordar a nuestros muertos, a los que nos preceden y por los que estamos en este mundo. Estamos hechos de la memoria que enlaza el recuerdo de nuestros seres queridos y los sabores memorables y exquisitos.

Vivimos una invasión cultural desde hace años, ¿crees que existe el riesgo de que esta festividad desaparezca por la amenaza de otro tipo de celebraciones como el Halloween?

Es verdad que cada año hay más interés por conocer nuestras tradiciones, no sólo en México, también aquí en España. Nosotros llevamos mucho tiempo difundiendo nuestra cultura aquí en Barcelona. Sin embargo, es preocupante el olvido de nuestras raíces que se genera, creo yo, a través de un mundo de consumo exacerbado que capitaliza el deseo de la gente, le muestra modelos que poco ayudan a que el individuo se valore y reconozca en su raíz cultural. A veces, el exceso de uso de dispositivos que nos hacen olvidar el contacto y la comunicación con los otros, nos impide descubrir un sistema que ha mostrado ser capaz de causar amnesia en la gente y manipular su deseo. Pero mientras existan iniciativas como ésta, y como las que desarrollan otras asociaciones culturales como las ya mencionadas, pondremos todos los diques posibles para que la llegada de otras costumbres no empañe la existencia de las verdaderas tradiciones.

Vale la pena recordar que el Día de Muertos es una festividad mexicana de origen indígena que coincide con las celebraciones católicas del Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos. Para muchos mexicanos, es la ocasión de recordar a nuestros parientes y amigos con alegría honrándolos con aquello que les gustaba comer y beber y venerándolos con una ofrenda de luz, color, aromas y sabores. Somos el único país latinoamericano que lo celebra con tal belleza plástica y contenido entre laico y religioso, que en noviembre del 2003 el Día de Muertos fue declarado Patrimonio de la Humanidad. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, consideró que esta celebración representaba uno de los ejemplos más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, así como una de las expresiones culturales de mayor antigüedad y plenitud de los grupos indígenas del país.

Sólo venimos a dormir, sólo venimos a soñar:
no es verdad, no es verdad que venimos a vivir en la tierra.
En yerba de primavera venimos a convertirnos:
llegan a reverdecer, llegan a abrir sus corolas nuestros corazones,
es una flor nuestro cuerpo: da algunas flores y se seca.


Poema náhuatl


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