Arte transgresor, delirante y lleno de color con elementos surrealistas atrajo a cientos de visitantes a la Tabacalera (Madrid) durante tres días. Los artistas mexicanos José Teniente Torres, Manuel Ramírez Valle y Ernesto Muñiz presentaron su trabajo en la exposición Mama Testa poco tiempo después de crear ‘Pachucos’, su colectivo artístico.

MADRID, España.- “Manu tiene más lo intelectual y espiritual, Ernesto la complejidad y también lo intelectual, y yo la emoción y la pasión, pero todos de algún modo reunimos los tres elementos y nos complementamos”, dice José Teniente Torres, uno de los tres artistas mexicanos que exhibieron su trabajo en la Tabacalera el fin de semana pasado. Ernesto Muñiz y Manuel Ramírez Valle completan este trío que atrajo a cientos de espectadores con su carisma, con el nombre de la exposición que aparecía en un colorido cartel.

El mismo nombre de la exposición, Mama Testa, prepara al espectador para obras transgresoras de estos artistas de estirpe provocadora que los tres comparten y que los llevó a crear el colectivo Pachucos, que ellos definen así:

Obras delirantes, y sabrosas habitan los márgenes con un eclecticismo barroco, ya sea en el alucinógeno y laberíntico universo de Teniente Torres, transitando por el surrealismo mágico de Ramírez Valle, hasta la complejidad satírica de Muñiz. Rebeldes, críticos, vitalistas desde estilos y técnicas muy distintas ofrecen el auténtico semblante de la polimórfica identidad mexicana…de ese carácter híbrido que Bartra representó con el axolote.

Esta ficha profundiza en los conceptos, influencias y estilos de los artistas con los que se pudo conversar el día del cierre de la exposición.

José Teniente Torres

La abstracción no le resta emotividad ni emoción a la prolífica obra de este artista que ilustra el primer poemario de Acoyani Guzmán, presentado hace unos días.

Las obras que presentó en la exposición de la Tabacalera consisten en diseños con el colorido de pinturas de óleo que, según el propio autor, brillan en la oscuridad.

Las emociones fuertes, las incongruencias, los miedos, las alegrías, día a día… eso es lo que va formando la estructura que hace mi trabajo. Son elementos que nacen en base a reminiscencias”, dice Teniente Torres en referencia a los momentos asociados a los sentidos. Cada vez que encuentran el mismo estímulo, los sentidos remiten a esos recuerdos que el autor representa con su obra y con los que “viola la retina del espectador”.

Asegura que su obra no tiene sentido, al menos en lo que se refiere a buscarle un significado, eso al menos me es completamente indiferente.

Es la búsqueda de la estructura, de la creación y del sentimiento. Busco crear algo. ¿Qué? No me importa, algo en base a un sentimiento”, dice este artista, que utiliza para ello el color, la forma y la percepción.

Asegura haber encontrado sus referencias en el expresionismo abstracto, constructivismo, arte prehispánico y étnico.

La búsqueda de efectos visuales a través de la pintura al óleo están inspirados por psicodelia recreativa y viajes inertes en la percepción de la persona, el urbanismo y la naturaleza”, concluye este cercano y afable artista, que aún habla la lengua de su Monterrey, Nuevo León, con frases como “está con madre”, “se mamó”, “está curado” y otras expresiones y ese acento del norte que mantiene con orgullo diez años después de llegar a España.

Manuel Ramírez Valle

El arte de Manu combina con esa intensa mirada tras sus gafas amarillas. Su obra transporta al espectador al inframundo, quizá a El Diablo, una delirante y surrealista canción del grupo Fobia.

Al pedirle que eligiera una de sus obras para una foto se pone junto el lienzo con una calavera roja sobre fondo negro. En la parte de abajo se lee: “México mágico” y, debajo del cuadro, se posaba una bandera de México bicolor: los lados negros y el centro blanco con el águila. Explica el artista que dedica esta obra a Julio César Mondragón, uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa cuyo cuerpo sí apareció con terribles signos de violencia.

Ramírez Valle maneja una gran amplitud de registros y estilos. Además de pinturas de distintos estilos, coloridos y temas con tendencia a lo femenino, ocupó los espacios de la exposición con esculturas demoniacas.

El repertorio del artista ofrece dibujos en tinta negra sobre tablas de madera: seres animales que a veces se combinan con humanos y otros elementos de la naturaleza forjan figuras totémicas con claras influencias prehispánicas, aunque en ocasiones crean otro tipo de figuras que consiguen una variedad de sensaciones.

Ernesto Muñiz

Aunque todos sus cuadros producen un fuerte impacto en la retina, el que tiene la imagen de Frida Kahlo en el centro con una pistola de oro sobre la sien impresiona más que el resto. El suicidio simbólico de Frida que representa esta obra se produce como resultado de un cansancio de haberse convertido en un personaje tan gastado y tan cliché en la cultura de México, explica el autor.

Life and Lamb, otra de sus impactantes obras, hace referencia al cordero de Dios, aunque ambas figuras tienen cabeza de cordero mientras los leones acechan alrededor. Fragmentos de obras de Dalí y de otros artistas se combinan con otros recortes para producir un desconcertante efecto en el espectador.

La experiencia vital y profesional como fotoperiodista y diseñador gráfico de este artista se refleja en la complejidad de la obra presentada en la exposición de La Tabacalera. Sus collages de técnica mista con poderosas imágenes arquetípicas de México como la virgen de Guadalupe, Frida Kahlo, aunque también personajes de ficción y de la cultura popular mexicana. Su sensibilidad estética complementa su propensión a coleccionar materiales e imágenes para juntarlos y darles una nueva vida; su trayectoria como fotoperiodista le ha dado profundidad a su mirada del mundo.


Fotogalería principal de la exposición: Colectivo Pachucos

Fotos de las obras: Fotos: Carlos Miguélez Monroy