Instituciones académicas, culturales y diplomáticas rindieron homenaje en Madrid a uno de los grandes humanistas mexicanos del siglo XX, considerado “el curador de las letras mexicanas” y el hombre que cambió la percepción sobre Hernán Cortés en México.

MADRID.- El Instituto Cultural de México en España, el Fondo de Cultura Económica, el Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM en España y la Real Academia Española de la Lengua conmemoraron los cien años del nacimiento de José Luis Martínez (1918-2007), uniéndose de esta manera a los coloquios, mesas redondas y presentaciones que tienen lugar en México desde enero de este año.

En un ciclo de dos sesiones, realizadas en las sedes del Instituto de México en España y de la Real Academia de la Lengua Española, personalidades del mundo editorial, académico, diplomático y literario se dieron cita para recordar y dar a conocer al público español las aportaciones del “curador [comisario] de las letras mexicanas”, bautizado así por el crítico literario, poeta y ensayista mexicano Gabriel Zaid.

En videoconferencia, José Carreño Carlón, actual director del Fondo de Cultura Económica, recorrió la trayectoria profesional de José Luis Martínez en el ámbito editorial mexicano, a quien definió como “un editor no de tiempo completo, sino de tiempo total”. De acuerdo con el también académico y periodista, la dimensión de las aportaciones de José Luis Martínez en el sector debe contemplarse en perspectiva, incluyendo el antes y el después de su paso por la dirección del Fondo de Cultura Económica entre 1977 y 1982, periodo que habría dado lugar a una “gestión memorable”.

Carreño Carlón detalló una trayectoria profesional que habría comenzado con la revista Tierra nueva (1940-1942), pero que habría continuado mientras José Luis Martínez ocupaba cargos diplomáticos, públicos y administrativos en instituciones como la Secretaría de Educación Pública, el Congreso de la Unión, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Unesco, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la Academia Mexicana de la Lengua y los Talleres Gráficos de la Nación, en los cuales siempre habría impulsado un importante trabajo editorial como gestor y generador de proyectos pero también como antologador, investigador y autor.

En lo que respecta a su trabajo como director del Fondo de Cultura Económica, Carreño Carlón subrayó que con José Luis Martínez la empresa experimentó un proceso de reestructuración interna y de consolidación, revirtiendo “el frenesí de las empresas paraestatales” que habría caracterizado a la administración anterior y regulando su eficiencia. Durante dicho periodo se habrían creado colecciones decisivas en la historia de la casa editorial, como son Biblioteca Joven, Biblioteca Premios Cervantes (en la filial española), Revistas Literarias Mexicanas Modernas, Educación y Pedagogía, entre otras. Igualmente se habría consolidado la relevancia del Fondo de Cultura Económica en el sistema educativo mexicano.

Impulsor de la educación y la cultura

Por su parte, Nuria Sanz, actual directora y representante de la Unesco en México, también en videoconferencia, recordó la relevancia de la delegación mexicana que en 1945 participó en la Conferencia de Londres. Dicha delegación, encabezada por Jaime Torres Bodet, habría definido el origen de la Unesco, y la cercanía y colaboración de José Luis Martínez habrían sido decisivas durante el proceso de trabajo que se llevó a cabo en esos momentos.

La autora de México y la Unesco señaló que el mismo José Luis Martínez fue embajador de México ante la Unesco (1963-1964) y que durante dicho periodo la institución creó en México centros e institutos cuyas tareas principales fueron mejorar las condiciones educativas y culturales en distintas regiones del país. Para Nuria Sanz, el periodo durante el cual José Luis Martínez estuvo directamente vinculado a la Unesco fue decisivo en su perspectiva de la gestión cultural que llevaría a cabo posteriormente.

José Luis Martínez Hernández, hijo de José Luis Martínez, y el escritor Jorge F. Hernández abundaron igualmente sobre la labor editorial y diplomática de un intelectual que lo es “todo” en el panorama cultural del México del siglo XX.

José Luis Martínez Hernández y Jorge F. Hernández. Instituto de Cultura de México en España. Foto: José Carlos Morales.

El biógrafo de Hernán Cortés

Una de las obras más de mayor trascendencia en el trabajo de José Luis Martínez es la biografía de Hernán Cortés: Hernán Cortés, publicada en 1990 y posteriormente complementada con cuatro volúmenes, los Documentos cortesianos.

Para Christian Duverger, la biografía de Hernán Cortés demostraría, por un lado, la inclinación del autor por la investigación seria, alejada de lo dogmático y, por otro lado, una manifiesta sensibilidad por lo literario.

De acuerdo con el historiador y antropólogo francés, el personaje ejerció sobre José Luis Martínez una fascinación de tal trascendencia que lo impulsó a indagar con detenimiento y diligencia correspondencia, archivos, inventarios y bibliotecas, todo ello con el objetivo de aproximarse a un personaje contradictorio y, en la actualidad, simbólico y mítico.

“Finalmente Cortés se ha convertido en un mito y el autor intenta seguir las huellas de esta metamorfosis. Podemos entender igualmente, bajo los matices de la expresión siempre moderada, que José Luis Martínez manifiesta un discreto cariño por este extremeño que se enamoró de México, [que fue] capaz de mandar a España las joyas de oro ofrecidas por Moctezuma en lugar de transformarlas en lingotes, agregando manuscritos pictográficos para dar a conocer que el pueblo mexicano era gente de alta cultura.”

Según Duverger, el lector de José Luis Martínez descubre a “un Cortés escritor e historiador, amanuense de lo maravilloso y conquistador de la memoria. [A un] padre fundador de un país y de su literatura”.

Por su parte, la académica de la Universidad de Valladolid, Carmen Martínez Martínez, recordó la minuciosidad y la disciplina con la que José Luis Martínez abrió nuevas rutas para la investigación sobre Hernán Cortés a raíz de la publicación de la biografía y los documentos cortesianos. Desde su perspectiva, el erudito mexicano habría planteado las pautas necesarias para abrir nuevas líneas de investigación y así enriquecer la ya de por sí completa biografía del soldado extremeño.

“Sobre Cortés se había escrito antes, y mucho, pero lejos de pensar que era un tema agotado, él demostró todo lo contrario, invitando a seguir progresando en el conocimiento del personaje, proporcionando claves y planteando interrogantes sobre aspectos con más sombras que luces, y apuntando los menos conocidos.”

Carmen Martínez, Darío Villanueva, Susana Pliego y Christian Duverger. Real Academia de la Lengua. Foto: José Carlos Morales

La Academia Mexicana de la lengua

Remontándose a los orígenes de la Academia Mexicana de la Lengua a finales del siglo XIX, Darío Villanueva señaló el germen del panhispanismo que daría lugar, ya a mediados del siglo XX, al impulso de los congresos de la lengua española y al origen de la Asociación de Academias de la Lengua Española. Desde este marco, Villanueva subrayó que la vocación de la diversidad y la unidad se encuentra presente en el pensamiento literario y la actividad académica de José Luis Martínez.

Aunque no tuvo la oportunidad de conocerlo personalmente, el actual director de la Real Academia de la Lengua reconoció que la trascendencia de José Luis Martínez puede reconocerse en su trabajo editorial y crítico, como director del Fondo de Cultura Económica y como autor de obras de referencia en la historia de la literatura mexicana e hispanoamericana, respectivamente.

“El director de la Real Academia Española reconoce lo mucho que le debe intelectualmente, sin haber llegado a conocerlo en persona, al decimocuarto director de la Academia Mexicana de la Lengua, retornando a aquel programa de 1870 para la creación de las academias americanas redactado por otro mexicano de origen, Fermín de la Puente y Apezechea, porque no me cabe ninguna duda de que don José Luis Martínez Rodríguez, cuyo centenario conmemoramos, hizo honor generosamente a lo allí demandado: contribuir mediante la lengua que compartimos a nuestra común inteligencia, aprovechamiento y recreo.”

José Luis Martínez y España

José Luis Martínez fue condecorado dos veces en España merced a la solidez y la trascendencia de sus trabajos históricos y literarios. En 1995 un jurado compuesto por personalidades de la talla de Eulalio Ferrer y Fernando Lázaro Carreter le otorgó el IX Premio Internacional Mendéndez Pelayo, concedido por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, mientras que en 1997 el Gobierno de España lo hizo acreedor, por Real Decreto, de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio.