En su paso por Madrid, el escritor mexicano Juan Pablo Villalobos participó en una de primeras tertulias literarias que organizó la recién estrenada Casa de México. En entrevista con Espacio Méx habló de su obra, de la importancia de leer para hacer literatura, de los pueblos como fuente de visiones cosmopolitas, de su Barcelona como espacio abierto, y de la violencia, la desigualdad y la injusticia en México que tanto le obsesionan.

MADRID, España.- En una conversación con la presentadora Laura Martínez Belli en la Casa de México, el escritor Juan Pablo Villalobos habló de su ascendente trayectoria como escritor, No voy a pedirle a nadie que me crea, y de los retos a los que se enfrentan los autores mexicanos al desarrollar creaciones literarias fuera de su país.

Aunque huye de los consejos, señala a la lectura sesuda y el conocimiento literario como elementos imprescindibles para hacer literatura.

“Sólo sé que el escritor se hace leyendo. No se puede hacer literatura sin un conocimiento de la tradición literaria. Todo depende de la lectura. Me sorprende encontrarme con gente que quiera escribir y que no le guste leer mucho. Me resulta contradictorio. Todo escritor se forma leyendo”, afirma el escritor mexicano. Nació en Guadalajara, Jalisco, una de las grandes ciudades de México. Pero su infancia y juventud en Lagos de Moreno, en el mismo estado, lo han marcado en su forma de entender la vida.

“Hay una mirada que no ha cambiado y que tiene que ver con la infancia, con haber crecido en un pueblo. La mirada pueblerina entre comillas no se pierde. El verdadero cosmopolitismo viene de la periferia, del pueblo. Nosotros llegamos de esos lugares tan particulares, tan folklóricos a habitar las grandes ciudades heterogéneas. Me ha interesado no perder esa mirada”, dice Villalobos, casado con una mujer brasileña. Este encuentro intercultural y su vida en Barcelona también le han dado una nueva identidad.

He perdido una identidad monolítica, una identidad que estaba muy segura de ser lo que era, de estar constituida por un relato homogéneo y nítido de qué era yo y de dónde venía y mezclarlo y convertirlo en un relato más complejo y cosmopolita, más complicado de reducir a pocas palabras”, dice Villalobos.

Sobre la situación en Cataluña, afirma el escritor que le preocupa en especial que Barcelona se mantenga como espacio abierto.

Me preocupa menos en la medida en que Barcelona siga siendo un lugar cosmopolita, un lugar en el que todos los que llegamos afuera y los que son de ahí tengamos un lugar, una oportunidad de vivir con dignidad y de tener acceso a las oportunidades que tienen todos, al margen de lo que suceda con la política de España y Cataluña. Eso lo pondría en segundo término.

La violencia, la desigualdad y la injusticia le preocupan de forma especial, aunque también temas más personales impregnan su prosa: el aburrimiento, el vacío existencial, la angustia y la ansiedad, dice.

Para los que se acercan a su literatura por primera vez no tiene una recomendación única.

“Si es un lector joven, empezaría por Fiesta en la madriguera. Si es un lector adulto, le recomendaría que fuera a Te vendo un perro. Si es un lector al que le gusta la literatura política, el humor y la irreverencia Si viviéramos en un lugar normal. Si es un lector que busca más la actualidad, entender el mundo en el que vivimos, le diría que se acercara a Yo tuve un sueño”, dice Villalobos, que define su literatura como una búsqueda.

Es un intento de encontrar voces narrativas humorísticas para contar historias que no son necesariamente humorísticas, que son más bien, una tragicomedia preocupada de hablar de los temas políticos y sociales que afectan a México y al mundo”, asegura.

Villalobos se distingue de la mayor parte de los escritores en que ha escrito en idiomas ajenos al castellano. Ha escrito en portugués, en catalán y en inglés.

Hay una apropiación de otro mundo, de otra manera de ver el mundo a través de otra lengua. Cada lenguaje tiene una sintaxis, cada sintaxis es una forma de ver el mundo. Cambiar de idioma es cambiar de tono, cambiar de tono es cambiar de temas y desde lugares distintos cuando te apropias de esas lenguas”, sostiene el escritor.

El éxito y los premios tienen importancia para escritores como Villalobos, más allá del prestigio.

“Ha supuesto la oportunidad de que tenga más visibilidad para mi trabajo, de seguir escribiendo, de seguir haciendo lo que más me gusta, que es leer y escribir”, concluye. Porque, como afirmaba, sin lectura no hay escritor.


Imágenes: Casa de México en España