El arquitecto Benjamín Romano, al frente del despacho mexicano LBR&A, viajará a Chicago para recoger el reconocimiento que obtiene su Torre Reforma como uno de “los 50 rascacielos más influyentes del mundo en los últimos 50 años” por su belleza y funcionalidad al servicio de la estética y del medioambiente a la vez.

CIUDAD DE MÉXICO.- El galardón que lo considera uno de “los 50 rascacielos más influyentes del mundo en los últimos 50 años” lo otorga el Council on Tall Buildings and Urban Habitat (CTBUH), organismo internacional especializado en edificaciones altas y diseño urbano. No será el primer premio que recibe la Torre Reforma, pues el año pasado fue reconocido como El Mejor Rascacielos del mundo por parte del International Highrise Award 2018.

Inaugurado en 2016, este edificio ha puesto en alto la arquitectura de vanguardia mexicana a nivel internacional, codeándose con rascacielos de la talla del Burj Khalifa de Dubai del One World Trade Center de Nueva York, de The Shard en Londres o de las Petronas Twin Towers de Kuala Lumpur.

Emplazado en el sector financiero más importante de Latinoamérica, la Torre Reforma se erige como el edificio más alto de la ciudad con sus 246 metros de altura y se ha convertido, por lo tanto, en una obra fundamental en la memoria del skyline mexicano.

Situado en el Paseo de la Reforma, el edificio se diseñó pensando tanto en el contexto histórico como el actual: está construida sobre una casa catalogada como neogótica de 1929, respetando íntegramente cada parte de ella y los reglamentos vigentes de conservación del patrimonio.

Otra de sus características es el innovador sistema constructivo adecuado para la zona sísmica y carente de columnas, pero conformado por una estructura metálica en forma de zipper o cremallera, permitiendo que los espacios interiores sean abiertos y flexibles.

Aún con todo lo innovador, el arquitecto quiso agregar un toque de arquitectura vernácula con una sólida fachada arquitectónica, reinterpretación propia de las construcciones prehispánicas con estos muros que se despliegan a manera de libro abierto. De hecho, estos muros de concreto expuesto son los más grandes y altos del mundo.

Por si todo esto no fuera suficiente, esta torre cuenta con una Certificación LEED Platino, el máximo reconocimiento de edificaciones sostenibles., con una capacidad de ahorro del 24% en consumo energético, 30% de ahorro en consumo de agua; el 100% de sus aguas residuales son tratadas, 85% de materiales de construcción son regionales, 20% de sus materiales son reciclados, 90% de sus zonas ocupadas tienen vista al exterior, lo que da iluminación natural en alto porcentaje de sus zonas ocupadas; disminuye la emisión de CO² gracias a su estacionamiento robótico y planta de tratamiento con descarga cero. Por lo que consume alrededor de 25% menos energía que los edificios de su tipo.

El arquitecto entiende la estética con la belleza y la funcionalidad, pero sobre todo con la tecnología y el confort. Y él mismo describe su proyecto como “un arduo trabajo que dio como resultado una integración ideal de todos los flujos, el confort humano y el contexto urbano”. Torre Reforma mezcla la tradición e innovación mexicana a la vez, con un enfoque sostenible que dan como resultado un edifico artístico hibrido espectacular.