Casa Silvano Maracaibo (Paseo Ezequiel González, 25) ofrece una experiencia gastronómica que va de lo típico de Segovia y la zona de Castilla y León a una cocina creativa con verduras y mariscos. La cocina del chef Óscar Hernando se aleja de la parafernalia que algunos sitios céntricos explotan ante la eclosión del turismo en la zona. Con un patrimonio histórico y arquitectónico de siglos, Segovia se encuentra cerca del Parque Natural de Guadarrama, ideal para los amantes de la montaña y de las actividades al aire libre, y de otras ciudades y pueblos con grandes legados culturales como Pedraza y Sepúlveda.

 

SEGOVIA (Castilla y León), España.- Después de correr la media maratón de Segovia, un español, un holandés y un mexicanonos acercamos a la Casa Silvano Maracaibo para comprobar la calidad asegurada por una recomendación de alguien como Florencio Sanchidrián, embajador mundial del jamón ibérico, cuando me presentó a Óscar Hernando, propietario del local que fundó su padre en 1972, jubilado ahora. Óscar y Jessica Pulido, su esposa, llevan el lugar.  

A seis minutos desde el acueducto y doce desde la catedral de Segovia se encuentra este local, visita obligada para quien quiera una experiencia gastronómica única y evitar convertirse en víctima de una turisteada típica. La falta de mantecas añadidas ofrece como resultado un cochinillo con sabor y textura crujiente, pero con una ligereza que el cuerpo agradece. Su chef, Óscar Hernando, incorpora a su variada carta platos diversos y creativos con marisco y pescado fresco, verdura de su propia huerta y hasta casquería antes de pasar a los exquisitos postres.

Experiencia gastronómica para tres personas

Vino – Evolet (tempranillo)

Sopa Castellana

Judiones del Real Sitio “La Granja”

Cochinillo asado de marca de garantía “cochinillo de Segovia”.

Orejas de cochinillo, hechas al vacío y luego fritas, servidas con salsa de zanahoria y trufa

Yoghurt de leche de oveja con frutas y salsa de vino tinto

Valoración de una experiencia gastronómica

No decepciona la sopa castellana, una delicia típica de Castillo y León que lleva ajos, pan, jamón y huevo, ni tampoco los judiones de mis amigos, un plato típico de Segovia y de la zona de la Granja de San Ildefonso. Este plato de cuchara tiene el toque picante y ahumado que lo distinguen.

De ahí pasamos a los segundos: cochinillo asadoy orejas de cochinillo fritas con salsa de zanahoria y trufa para mí. Bien hecho, considero una delicia este plato de la casquería que a nadie deja indiferente. O la amas o todo lo contrario.

Mis amigos quedan contentos con el sabor y la textura del cochinillo. Hernando nos explica que, a diferencia de muchos de los locales donde los turistas pagan precios desorbitados, no añade manteca al cochinillo, algo que considera una aberración gastronómica.

Cortesía de la casa, un vino Evolet acompaña a la perfección nuestra comida. Este tinto tempranillo proviene de la cosecha de Hernando, que produce unas 23.000 botellas al año que utiliza para su restaurante, que vende a otras regiones de España y que exporta a otros países, Estados Unidos principalmente. Este Evolet, el Sin Vivir y el crianza Vivencias pertenecen a la Denominación de Origen Valtiendas, que colinda con la región de Ribera del Duero. Hernando y Jesica Pulido, su esposa y sumiller, cuentan también con huerto propio que los abastece de judiones, de guisantes y de las verduras que emplean para su cocina.

Terminamos con un yoghurt de leche de oveja con frutas y salsa de vino tinto, acompañado de licores de hierbas, de orujo y de un vino Oporto.

Quedamos satisfechos con esta experiencia en este lugar de nombre exótico que remonta a un lugar del Caribe. Pero Hernando no explica que el nombre Maracaibo no tiene relación con el estado de Zulia, en Venezuela, sino con el afán de distinguir el nombre del lugar como otros lo hacían entonces: California, Barlovento y… Maracaibo. Volveremos a este oasis de gastronomía auténtica que tan bien conservan Óscar y Jessica.


Fotos: Carlos Miguélez Monroy y Casa Silvano