Jesús, un bartender mexicano conocido en Madrid como Chuy, estará el domingo, 17 de febrero, de 16:00 a 23:00, en la Mezcaloteca Corazón Agavero (C/ Humilladero, 28) para presentar su ‘Cocktail Book’ con 15 recetas de cócteles y sus frases más celebres. Al terminar la presentación, preparará algunas de las bebidas que lo han encumbrado.

MADRID, España.- “No te va a gustar, te va a encantar”, le dijo Jesús Chávez Oregón a una cliente del bar donde trabajaba como bartender en Chicago cuando le preguntó si le iba a gustar la bebida que le estaba sirviendo. Esta frase se hizo famosa y estará en el libro que presenta este domingo Chuy, como conocen a este mexicano que llegó a Madrid hace veinte años después de vivir en Chicago unos 16.

“En realidad no es un libro, sino un catálogo de mis mejores cócteles y frases”, cuenta este mexicano de la colonia Morelos en Guadalajara, Jalisco. Felicia, dueña de la Mezcaloteca Corazón Agavero donde lo presenta, le preguntó porqué no sacaba un libro y de hecho lo produjo.

Después de la presentación de su recetario de 15 cócteles, acompañadas de fotos y de sus frases más celebres, Chuy se colocará detrás de la barra para recordar sus mejores momentos al frente de la barra de distintos bares para que los presentes puedan probar el pepinator o alguna de las recetas del libro que venderá a cinco euros. Chuy creó tres de esas quince recetas.

Nacido en Guadalajara, Jalisco, se fue a hacer cursos de mixología a Chicago, donde vivió hasta que conoció a la profesora de español que lo trajo a España.

Hago cócteles simples. No me gusta adornarlos demasiado”, dice Chuy sobre las bebidas que ha preparado durante años. Así ahorra tiempo y dinero sin perder su toque y su estilo. Además de cursos de coctelería, cuenta con humor sobre los cursos que hizo para no vender alcohol a menores o a personas muy perjudicadas en sus estados de embriaguez.  

“Tenía muchos clientes. A las mujeres les gustaban mis cócteles de fruta porque los hacía y aún los hago con fruta natural”, cuenta con orgullo y cierto deje de nostalgia por los años en que estuvo al frente de la Tarasca, un bar que tuvo con un socio en la zona de Huertas de 2003 a 2011. Tarasca, un nombre español, se asocia a las procesiones en el Sur de España por una especie de dragón, mientras en la zona de Michoacán, de donde eran sus dos abuelas, se les llama así a las mujeres.

He entrenado a mucha gente, en su inmensa mayoría amigos y ex compañeros de trabajo. Son muy buenos cocteleros. Pero una vez me dijo una chica: ‘los tuyos saben distinto’. Ahí entra la mano de cada uno. Tú le das el toque.

Ha pasado muchas horas detrás de las barras, aunque también aprecia los museos. “Chicago es una ciudad muy bonita. Uno de mis lugares favoritos era el Art Institute, al lado del Grand Park. Después del museo de Orsay, es el que más obras impresionistas tiene”, dice este bartender mexicano, tan querido y tan reconocido en Madrid.