La delicada situación política en España, provocada por una corrupción generalizada y confirmada judicialmente, deja al desnudo los discursos triunfalistas sobre una supuesta recuperación económica que en realidad oculta un panorama de pobreza y desigualdad que recuerda al de México y Brasil.  

La sentencia del juicio del caso Gürtel en España condena a muchos años de cárcel a casi todos los encausados, varios de ellos vinculados al Partido Popular (PP), condenado como organización política beneficiaria de la corrupción. Esa condena tras el encarcelamiento del que fuera ministro del ex presidente José María Aznar, Eduardo Zaplana, ha sido la gota que ha colmado la copa de la paciencia ciudadana.

Además pone en aprietos a Ciudadanos que ya no puede mirar a otro lado ante una corrupción generalizada y confirmada judicialmente. Además, ha impulsado al Partido Socialista (PSOE) a presentar una moción de censura contra el presidente Mariano Rajoy.  El PSOE ha hecho saber que no busca ningún pacto con Ciudadanos ni con los independentistas, gobernará durante un tiempo para demostrar que son posibles otras políticas y convocará elecciones. Pero está por ver.

La sorprendente respuesta de Rajoy, al conocer la decisión de presentar una moción de censura contra él, ha sido pasmosa. Inenarrable. Rajoy ha osado decir, sin ruborizarse ni que le temblara un párpado, que “la moción de censura del PSOE va contra la estabilidad de España y perjudica la recuperación económica. ¡Cuanto franquismo rezuman tan inauditas palabras! Es franquismo porque para Rajoy (como para Franco), no hay salvación fuera del franquismo. O del Partido Popular.

Los hechos que contradicen los discursos

Pero contra ese discurso soberbio y triunfalista se imponen los hechos. Un 15% de trabajadores asalariados son pobres y viven como pobres.

España tiene el dudoso honor de ser el séptimo país del mundo con mayor proporción de trabajadores pobres, según uno de los últimos informes de la OCDE, la organización que reúne los 37 estados más desarrollados del mundo. Solo tienen más asalariados pobres China (la que más), India, Costa Rica, Brasil, Turquía y México. España es el único país europeo entre los primeros diez puestos de países con trabajadores pobres de la OCDE.

El informe Premiar el trabajo, no la riqueza, elaborado por Oxfam Intermón indica que el 10% de personas más ricas del país posee más riqueza que el 90% restante y que solo un 1% de la población española acapara la cuarta parte de la riqueza nacional. El informe muestra a España como tercer país más desigual de toda la Unión Europea y donde más ha crecido la desigualdad desde 2007.

Hechos también son que la renta nacional se ha reducido un 17% para los más desfavorecidos lo que traduce en una tasa de pobreza del 22% de total de población. Sin embargo los beneficios empresariales se dispararon hasta el 200%. El informe de Oxfam expone también que en España un trabajador con salario medio debería trabajar más de 29 años para lograr el mismo ingreso que consigue en un año alguien del sector más rico y, si la comparación se hace con el salario mínimo vigente, ese trabajador debería trabajar durante 71 años para conseguir lo mismo que alguien que esté en la parte alta de la lista de ingresos en un año.

Niños, jóvenes y mujeres en la pobreza

Más hechos. Los jóvenes que consiguen un empleo cobran un salario 33% menor que el que se percibía en 2008, mientras los contratos a tiempo parcial, con sueldo muy bajo, han crecido un 54% entre la gente joven. Así no hay quien planifique un futuro. En cuanto a las mujeres que trabajan hay que señalar que siete de cada diez personas con los salarios más bajos son mujeres. Y, para rematar un panorama que nada tiene que ver con el triunfalismo del PP, casi dos millones y medio de niños están por debajo del umbral de la pobreza en España, tercer país de la Unión Europea en pobreza infantil, según Unicef, mientras el 38% de jóvenes del país vive por debajo del umbral de la pobreza.

Los datos de la Agencia Tributaria muestran que los asalariados son quienes aportan más al Estado porque el 83% de recaudación fiscal proviene del IVA, del IRPF (impuesto sobre la renta) y otros impuestos pagados por los trabajadores.

Riqueza mal distribuida España, México y Brasil

La OCDE también denuncia la realidad que la cacareada recuperación económica ha favorecido cuatro veces más a los ricos que a los pobres en España, según Oxfam. Y eso recuerda dos casos clásicos en los que el crecimiento en un país no significa que las cosas vayan bien para su gente. Esos casos son Brasil y México.

México creció durante décadas, pero ese crecimiento no supuso la desaparición de la pobreza, ni siquiera una reducción considerable de la misma. Según Unicef, en 2008 (cuando estalló la crisis), en México había casi 51 millones de pobres de una población de 114 millones de habitantes; la mitad. Pobres a los que sus ingresos no alcanzaban ni alcanzan para atender las necesidades básicas.

El caso de Brasil es más escandaloso si cabe, pues creció año tras año durante todo el siglo XX, pero su inmensa población no lo notó y Brasil se mantuvo entre los países con más pobres de América Latina. Hasta 1999, la extrema pobreza en Brasil rondaba el 26% de población y, aunque unos 28 millones de brasileños salieron de la pobreza de 2004 a 2014, en los primeros años de la presidencia de Lula da Silva, en 2016, unos tres millones de personas cayeron de nuevo por debajo del umbral de la pobreza, haciendo buena la expresión de ser Brasil un país rico lleno de pobres. Volviendo al Reino de España.

Obras son amores y no buenas razones

Como asegura el refranero castellano, obras son amores y no buenas razones. No son los discursos ni las palabras sonoras lo que vale y nos sirve, sino lo que se hace de verdad y consigue. Lo que sorprende es que, visto y sufrido el panorama descrito, no hayan sido corridos a gorrazos el PP y el gobierno que sostiene con tanta desigualdad, pobreza, corrupción y opresión. Políticamente hablando.