Basado en argumentos y cifras poco convincentes, el Banco de España propone medidas que perjudicarían más a una población ya aquejada por la pobreza y la precariedad, en especial a jubilados a jóvenes con dificultades para pagar el alquiler y a trabajadores con dificultades para llegar a fin de mes.

Por Xavier Caño Tamayo.

En su informe anual, el Banco de España se opone a limitar el precio del alquiler de las viviendas. También propone retrasar la jubilación, rebajar las pensiones según la esperanza de vida y se opone a aumentar el salario mínimo. El responsable final del informe es Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España que cobra más 12.000 euros al mes, por cierto.

El Banco de España es el banco central encargado de supervisar los bancos del país, de vigilar a la banca para garantizar la buena salud financiera. Supervisa para evitar que se hundan bancos y se perpetren irregularidades y delitos financieros, tiene la tarea de asegurar una adecuada y productiva financiación. En teoría, pues no lo hizo hace diez años cuando el hispánico sistema bancario estuvo cerca de hundirse. Aunque ocurrió en el marco de una tremenda crisis mundial, no excluye las responsabilidades patrias en el desastre.

Para deshacer el entuerto financiero y evitar el hundimiento de la banca, el Estado inyectó millones de euros para reflotar los bancos. En realidad, quien pagó fue la ciudadanía con sus IVA, IRPF y otros impuestos, que es buena parte del dinero del que dispone el Estado. De esa ayuda millonaria a la banca, se han perdido 60.000 millones de euros, utilizados en salvarla de la quema, que no se recuperarán.

Contra los pensionistas

El Banco de España no cumplió su función y lo pagó todo el país sin ningún propósito de enmienda. Hace un par de semanas, volvió por sus fueros a proponer medidas que perjudican a la población. El Banco de España propone otra vez “políticas de calado” en el sistema de pensiones públicas. En castellano comprensible, esto significa alargar la edad de jubilación y recurrir a trucos varios maquillados de ciencia económica para rebajar la cuantía de las pensiones. Fiel a sí mismo, el supervisor de la banca pretende que actualizar las pensiones públicas según el Indice de Precios al Consumo supone un gasto extra de decenas de miles de millones de euros y propone “medidas adicionales y nuevos incentivos que favorezcan un mayor alineamiento entre la edad de jubilación efectiva y la referencia legal y que nuestro sistema de pensiones preserve la sostenibilidad intertemporaly la equidad entre las distintas generaciones”. Este lenguaje desvergonzado, oscuro y eufemísticobusca rebajar la cuantía de las futuras pensiones sin reconocer que eso es lo que pretende.

La reciente subida del salario mínimo a 900 euros supondrá la pérdida de 125.000 empleos, según el Banco de España, que no aporta argumentos sólidos ni cuentas convincentes que justifiquen tal desastre laboral. Tampoco hay estudios europeos que confirmen esa relación entre aumento del salario mínimo y pretendida destrucción de empleo, pero lo cierto es que buena parte de los países de nuestro entorno tienen salarios mínimos superiores. El Banco de España hace trampa y para ello se apoya en presuntos estudios de Estados Unidos, cuya realidad laboral, leyes y prácticas nada tienen que ver con la europea o española. Además, al oponerse a aumentar el salario mínimo, el Banco de España olvida una de las convicciones capitalistas, que el aumento de la demanda agregada, posible por la subida de salarios, activa la economía e impulsa el crecimiento.

Contra el control de alquileres

El Banco de España anima también a que haya más oferta de viviendas de alquiler, pero sin limitar los precios. Nada dice de cómo las personas jóvenes, o las no tan jóvenes que soportan empleos precarios mal pagados, pueden organizar su vida con salarios de miseria y desaforados alquileres, especialmente en grandes ciudades.

El vecino gobierno portugués, de izquierdas, ha aprobado un detallado Programa de Arrendamiento Accesible que limita el precio de los alquileres según zona del país y la superficie de la vivienda. Y no se ha hundido el sistema.

Puestos a repasar la situación socioeconómica del país y sus gentes, el Banco de España no propone nada consistente que sea útil contra el aumento de contratos temporales y la precariedad del empleo, los bajos sueldos y el innegable aumento de la pobreza en trabajadores fijos. Una de cada cinco personas, la quinta parte de la población, está en riesgo de pobreza. Son más de 10 millones de personas en esa situación en una población de 47 millones. Comen peor, no ponen la calefacción en invierno, no pueden afrontar gastos imprevistos, no pueden pagar el comedor de los niños en la escuela porque no les alcanzan los ingresos. Eso es pobreza.

Lo confirma y aún más el informe Vulneración del derecho al trabajo decente: empleo y exclusión social, elaborado por la Fundación Foessaa instancias de Cáritas. Según ese informe, el mercado laboral español no puede garantizar una vida digna a la mayoría de asalariados. Los hogares que no pueden cubrir todas sus necesidades ya son en España el 52%. Algo más de la mitad. Tener empleo en España ya no garantiza la suficiencia económica ni una vida digna. Hay demasiados trabajadores pobres desde hace demasiado tiempo. Según Eurostat, una de las causas de esa situación es la gran temporalidad y precariedad laborales de España que encabeza la lista de países de la Unión con más empleo temporal. A fines de 2018, la cruda e innegable realidad era que se puede tener empleo, contrato fijo, horario y nómina… y no llegar a fin de mes.

Si alguien tenía alguna duda sobre al servicio de quien está el Banco de España, ahí tiene datos para averiguarlo.