La Organización Nacional de Trasplante (ONT) acaba de concluir que el trasplante de hígado al exjugador del FC Barcelona, Eric Abidal,  fue realizado siguiendo todos los pasos y conforme a la ley y la práctica clínica. En España, el primer trasplante exitoso, de un riñón, se produjo en 1965 en Barcelona, dos años después del primero en el Centro Médico Nacional de México.

Durante 26 años consecutivos, España ha sido líder mundial en trasplantes y donaciones de órganos, con un total de 2.183 donantes y 5.259 trasplantes en 2017.

El primer paso médico para el desarrollo de los trasplantes de produjo a comienzos del siglo XX, cuando el francés Alexis Carrel desarrolló la técnica de la sutura vascular. Gracias a este aporte, durante los primeros quince años de este siglo se realizan los primeros trasplantes de la historia en animales.

Durante estos primeros años también se intentaron trasplantes en personas, todos ellos con resultado fatal, el primero de ellos en Ucrania, con in riñón. Debido a la incompatibilidad sanguínea entre donante (grupo 0) y receptora (grupo B), el resultado fue la muerte a las 48 horas.

Poco a poco se produjeron avances, diferentes estudios y pruebas mejoraron las técnicas y se descifraron los porqués en el rechazo de los órganos por parte de los receptores. No fue hasta el año 1954, en Boston (Estados Unidos), cuando se produjo el primer trasplante con una supervivencia a largo plazo entre dos gemelos homocigóticos sin rechazo inmunológico. Se continuó la búsqueda de fármacos capaces de suprimir la acción del sistema inmunológico hasta llegar, en la década de los 60, a la administración sistemática de azatioprina y glucocorticoides desde el momento del trasplante.

El trasplante renal abrió las puertas al resto de órganos. En 1967 se realizaron los primeros trasplantes con éxito de hígado y corazón. En España, el primer trasplante exitoso realizado fue un riñón en 1965 en Barcelona, dos años después de México, donde ya en 1963 se había llevado a cabo el primer trasplante renal exitoso en el Centro Médico Nacional.

A día de hoy, se pueden trasplantar riñones, el hígado, el corazón, el páncreas, el estómago, el intestino y los pulmones. Además de éstos, también se pueden realizar donaciones de médula ósea, sangre de cordón umbilical y tejidos.

El trasplante de médula ósea se emplea para la cura de enfermedades que afectan a la sangre como la leucemia, linfomas, aplasia medular y otras. De la médula ósea se extraen las células progenitoras de todas las células sanguíneas, y son éstas las que se trasplantan. Estas células madre se pueden extraer no sólo de la médula sino también de la sangre periférica circulante y de la sangre del cordón umbilical en el momento del parto.

Ser donante, un acto altruista

La legislación española recoge que todos somos potenciales donantes de órganos a no ser que en vida se haya expresado claramente lo contrario. A pesar de esta ley,en España se les pregunta a los familiares de las personas que muere si existe objeción a la extracción de órganos.

En el caso de México, en 2018 se ha aprobado en el Senado la donación de órganos automática. Cualquier mexicano o mexicana mayor de edad será igualmente potencial donador de órganos, a menos que en vida expresará la negativa. Se deroga así la anterior postura en la cual era necesario el consentimiento de los familiares, carnet de donante o carta ante notario.

Las donaciones se hacen sin remuneración y de forma anónima en ambos países. Por ello, cuando el donante está vivo, se necesita comprobar que cumple con las condiciones y los requisitos establecidos en la legislación. Debe ser mayor de edad y gozar de una buena salud física y mental. Además, se debe esclarecer que el acto es altruista, voluntario y que no hay una razón económica detrás.

Para asegurar y coordinar todo el proceso de donación-trasplante existe en España la Organización Nacional de Trasplante (ONT), que acaba de concluir que el trasplante de hígado al exjugador del FC Barcelona Eric Abidal,  fue realizado siguiendo todos los pasos y conforme a la ley y la práctica clínica.

Claves para el futuro

Los pacientes trasplantados deben tomar inmunosupresores a lo largo de toda su vida para evitar que su sistema inmune rechace el nuevo órgano.  El tratamiento a largo plazo con estos inmunosupresores se ha relacionado con el desarrollo de infecciones, consecuencia de la inactividad del sistema inmune, y con casos de cáncer.

Por ello, a los investigadores y equipos médicos se les presenta el reto de mejorar la calidad de vida de las personas trasplantadas, así como reducir al mínimo los efectos secundarios de la medicación y evitar, en todo lo posible, el rechazo.

Las miras a largo plazo señalan la síntesis de órganos en laboratorio, donde las condiciones favorecerían el rechazo cero y las listas de esperas podrían reducirse al no depender de un donante, vivo o muerto.