“Las propuestas de  Vox harían retroceder al país un siglo o más.”, afirma Xavier Caño Tamayo en este artículo. Entre las propuestas del partido de extrema derecha se encuentran la abolición de las leyes sobre igualdad y la violencia de género, el levantamiento de un muro en Ceuta y Melilla o la deportación de migrantes indocumentados.

Por Xavier Caño Tamayo

Las medidas de Vox merecen meción aparte en cualquier análisis de las propuestas electorales. El partido de Santiago Abascal propone la derogación de las leyes contra  la violencia de género y por la igualdad y apoyo a los derechos de las personas LGTBI. También propone la deportación pura y dura de los inmigrantes sin papeles (en todos los casos) y legales (si cometen algún delito).

En su propuesta ‘Defensa, seguridad y fronteras’, este partido de ultraderecha propone el “cierre de mezquitas fundamentalistas”, también quiere “levantar un muro infranqueable en Ceuta y Melilla”, además de proponer el aumento del presupuesto de Defensa. Muy destacable es el primer punto del programa de Vox donde propone sin más la “suspensión de la autonomía catalana hasta la derrota sin paliativos del golpismo y la depuración de responsabilidades civiles y penales”. Además, pide ilegalizar partidos, asociaciones u ONG que “persigan la destrucción de la unidad territorial de la Nación” y propone suprimir las “televisiones regionales, los defensores del pueblo regionales, los consejos consultivos de las autonomías y las agencias meteorológicas regionales”. También quiere reducir un 50% los alcaldes y concejales.

Vox propone un plan integral para conocimiento, difusión y protección de la identidad nacional y “dotar de máxima protección jurídica a los símbolos de la nación, bandera, himno y Corona”, además de “agravar las penas por ofensas y ultrajes a España, sus símbolos o emblemas”. También pide la “supresión de organismos feministas radicales subvencionados” y la “persecución efectiva de las denuncias falsas”. Vox no considera que el aborto sea un derecho de las mujeres y está contra la actual ley de interrupción del embarazo, que también propone sea derogada. Y, cómo no, propone  la “derogación inmediata de la Ley de Memoria Histórica”.

En impuestos, Vox propone eliminar tasas públicas y aprobar una rebaja radical del impuesto de la renta, con un tipo único fijo del 20% para ingresos de más de 60.000 euros anuales. Otra  medida es eliminar el impuesto de sucesiones y donaciones. Y, en economía, Vox propone la liberalización del suelo; es decir, convertir en suelo urbanizable todo el territorio que no deba estar protegido necesariamente por motivos de interés público bien justificados. Recordando las tremendas consecuencias de las leyes del suelo del gobierno de Aznar, esa medida Vox significa apostar por un nuevo estallido de una enorme  burbuja inmobiliaria de consecuencias imprevisibles y peligrosísimas.

Leer el programa de Vox es como leer el libro histórico del profesor Josep Fontana, De en medio del tiempo, que retrata con rigor y lucidez la ‘década ominosa’ de 1823 a 1833, reinando Fernando VII en España. Tiempo también conocido como la segunda restaración del absolutismo. Una restauración que hizo retroceder más de un siglo a este país, mientras Europa avanzaba.