Cinco millones de niños desertaron el ciclo escolar anterior en México, según datos del INEGI. De los que continuaron sus clases en línea el 60% tan solo contaba con un móvil para continuar con los estudios, muchas veces compartiéndolo con más miembros de la familia como señala el autor de este artículo sobre pandemia y brecha digital.

Artículo de Ricardo Trejo *

A más de un año de las cuarentenas aplicadas en todas partes del mundo, los que sin duda van a ser objeto de estudio serán los niños y jóvenes escolarizados. La interacción con amigos, profesores y gente durante el trayecto a la escuela, algo de enorme importancia, se vio súbitamente perjudicada. Transcurrieron semanas enteras en casa frente a un móvil, computadora, con los padres y hermanos todo el día, miles de fotos, cientos de videos y millones de mensajes de texto para estar en contacto con aquellos que vivían su drama personal.

Algo tan insignificante como un virus nos hizo aceptar la realidad a la que todo el mundo hacía oídos sordos: Íbamos desnudos por la vida… digitalmente hablando. Esta realidad digital pegó durísimo en los niños y jóvenes. Ciertamente a nivel de padecimientos graves por Covid fue el sector menos dañado, a nivel social y psicológico ha sido cruel. Muchos ya lo consideramos la tragedia a tener en cuenta en el siglo XXI.

El abandono escolar aumentó en todo el mundo. En los países ricos hubo menos deserción por tener más recursos económicos a la hora de comprar equipos de cómputo, internet de banda ancha y servicios de paquetería con una logística robusta. Ha impactado de forma negativa la situación en países en desarrollo con un acceso a internet limitado tanto geográficamente como en la calidad de servicio, equipo de computo caro respecto al salario neto medio y la logística saturada por no haber invertido antes en esta área.

Cinco millones de niños desertaron el ciclo escolar anterior en México, según datos del INEGI. De los que continuaron sus clases en línea el 60% tan solo contaba con un móvil para continuar con los estudios, muchas veces compartiéndolo con más miembros de la familia y la encuesta no recoge el tamaño de la pantalla. Todos esos niños tuvieron que tomar sus videoconferencias y lecturas en un dispositivo pequeño. En España, el año pasado hubo un 1,6% menos de deserción escolar que en el 2019, según la Encuesta de Población Activa. Esto indica que los alumnos pudieron continuar sus estudios y sus padres pudieron afrontar el cambio de escenario.

¿Qué sigue? Hay que continuar por el camino de digitalización de contenidos, certificación de los contenidos para evitar noticias falsas, integrar la digitalización en nuestro entorno real como si se tratase de realidad aumentada. Qué diferente habría sido que el profesor en videoconferencia hablara del tema y el alumno después no sólo buscara más información en Youtube, sino que, además, una entidad de Inteligencia Artificial apoyara de manera personal el entendimiento del tema con actividades, videos y sonido. Qué bueno habría sido que los profesores que tuvieron que trabajar muchísimo más que lo habitual preparando la clase y contestando al WhatsApp tuvieran un asistente que respondiera todas esas dudas en tiempo real. Los nuevos empleos tienen que ver con la digitalización de nuestro entorno y al menos ya nuestros niños y jóvenes saben qué carencias tienen por esta situación de pandemia y podrían brindarnos soluciones innovadoras para afrontarlas.

Lejos quedó la creación de las primeras redes conectadas entre universidades y el gobierno de Estados Unidos con el protocolo TCP/IP inventado en los 70’s por Vinton Cerf y Robert Khan. Este protocolo extensible es el que nos tiene ahora mismo conectados a los servidores de aplicaciones, móviles, ordenadores, internet de las cosas. Gracias a esto al otro lado del mundo un científico del CERN, Tim Berners-Lee, agrego por iniciativa propia una capa al protocolo llamada HTML en 1980 y esto facilitó enormemente el uso de transferencia de datos.

Ahora tenemos compañías como Spacex de Elon Musk, poniendo en órbita cientos de satélites Starlink para llevar internet a todo el mundo y así todos tengan un punto de acceso. Si las grandes fortunas de las tecnológicas han hecho ese capital con tan solo el 45% de la población conectada a internet, imaginemos que harán con el 100% conectado ¿Cuántas nuevas oportunidades saldrán de estas nuevas tecnologías? ¿Cuántos niños dejarán el camino de la pobreza gracias a que pueden conectarse con todo el mundo desde sus casas? El presente nos ha enseñado que el futuro es fascinante.


Ricardo Trejo Ruiz

* Ingeniero electrónico por la UP campus Aguascalientes. Arquitecto de software y divulgador tecnológico @VirtualGenio. Página web personal: www.ricardotrejoruiz.es