El positivo de un tigre en un zoo de Nueva York, contagiado por su cuidador, plantea nuevas preguntas sobre la posibilidad de contagio del COVID-19 entre animales domésticos y seres humanos, una idea que sembraba muchas dudas hasta el momento.

Por Carmen González Rincón *.

Cada mañana despertamos con nuevas noticias sobre el coronavirus, conocido científicamente como SARS-CoV-2, y de entre ellas destaca la de un tigre infectado por su cuidador en el Zoo de Brooklyn. Esta noticia parece derrumbar uno de los pilares que más se repitió a comienzos de año: el virus no afecta a animales. ¿Resulta el SARS-CoV-2 una amenaza para nuestras mascotas? ¿Pueden convertirse en nuevos agentes de transmisión del virus?

La familia Coronaviridae se compone de un grupo de virus con capacidad infectiva reconocida en mamíferos y aves, denominados así por su aspecto bajo el microscopio. Estos conocidos patógenos presentan diferentes cuadros de enfermedad respiratoria o gastrointestinal. Esa gran diversificación en cuanto a los posibles huéspedes sumada a la gran capacidad de recombinación y mutación que presenta esta familia de virus parece responder al fenómeno ante el que nos encontramos, el salto de una especie animal al humano, un fenómeno que recibe el nombre de zoonosis. La rabia y la toxoplasmosis, tan temida por madres embarazadas, son algunos de los ejemplos más comunes.

En un primer momento se señaló al murciélago como posible transmisor. Sin embargo, estudios posteriores parecen rechazar esta teoría porque la fecha en que el virus comenzó a transmitirse coincide con la época en que hibernan estos animales. Surge entonces la hipótesis de la presencia de un nuevo agente intermediario que habría transmitido el virus desde un murciélago hasta el ser humano. Se ha hablado del pangolín, tan presente en muchos de los mercados con animales salvajes en la ciudad de Wuhan, aunque no se descartan otras especies.

Puede fallarnos la memoria, pero en el año 2002 sucedió algo muy similar con el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave). En ese caso el huésped intermediario fue la civeta, un gato salvaje.

Entender el papel que los animales, tanto salvajes como domésticos, cumplen en la transmisión del SARS-CoV-2 es fundamental para estudiar al completo su epidemiología, desde cómo se ha generado hasta todas sus posibilidades de contagio entre distintas especies.

A pesar de los casos hasta el momento recogidos en la bibliografía científica de animales que han dado positivo, la comunidad científica no tiene una respuesta clara a si las mascotas son capaces de transmitir este patógeno. Sí se tiene claro, o al menos hasta el momento eso parece, que las personas son capaces de transmitir este nuevo agente infeccioso a perros, gatos y hurones, según se apunta desde el Ministerio de Sanidad español en un documento fechado el 4 de abril.

Gatos, más susceptibles al contagio de coronavirus

Son los felinos los que se han mostrado, hasta ahora, más susceptibles a la infección, como recoge un estudio realizado por el centro chino Harbin Veterinary Research Institute. Tras la inoculación del virus a varios gatos, dos de ellos presentaban restos del material genético de éste en las vías respiratorias. Los otros tres restantes mostraron anticuerpos contra el patógeno y no mostraron síntoma alguno.

¿Puede mi mascota contagiarme el coronavirus?

Foto: Manuel Meza (Unsplash)

Junto a este hallazgo también se pudo comprobar la transmisión entre gatos mediante microgotas, algo que no se ha podido observar en los perros. De la misma forma se ha estimado como posibilidad muy remota que este patógeno afecte a otros animales cercanos al humano como los cerdos o las gallinas.

Las principales autoridades sanitarias, con la OMS a la cabeza, han llamado a la calma y, por el momento, solo recomiendan lavarse las manos tras tocar a los animales y desinfectar las almohadillas y cola de perro tras su paseo con jabón y agua templada o productos destinados a esto.

El desconocimiento del mecanismo de transmisión animal-humano y la falta de certeza sobre si los animales domésticos son capaces de infectar a los humanos ha llevado a múltiples asociaciones y colegios veterinarios a calmar a la población mediante las redes sociales para evitar el abandono de mascotas.

 

* La autora es participante de Crónicas de México en España, el taller de periodismo de Espacio Méx.