Las vacunas han salvado millones de vidas por mucho que Miguel Bosé y otras figuras públicas se empeñen en su “moda” de difundir peligrosos bulos que contribuyen a la vuelta de enfermedades que, como el sarampión, parecían superadas y de otra época.

Por Carmen González Rincón *.

CEUTA, España.- Experimentos fallidos en un laboratorio chino, nanorobots, 5G, líderes políticos dignos de una saga de héroes y villanos… son solo algunas de las teorías y bulos que estos días han circulado por las redes sociales. Cuando alguien anónimo promulga estas ideas fácilmente caen en el olvido, pero no cuando lo hacen desde su atalaya figuras como Miguel Bosé.

“La farmacéutica GAVI, para quien no lo sepa, es propiedad de la fundación BILL & MELINDA GATES, los especialistas en vacunas fallidas que tantas víctimas han causado alrededor del mundo. India les ha expulsado y denunciado. África aún acarrea sus consecuencias. Kenia ha destapado”, decía Miguel Bosé hace unos días.

GAVI, esa “farmacéutica” digna del reverso oscuro, es una asociación global que aúna entidades públicas y privadas cuyo principal objetivo es proveer vacunas a países empobrecidos, especialmente a la población infantil. Entre sus principales benefactores encontramos a la Organización Mundial de la Salud, ​ a UNICEF, al Banco Mundial, a agencias de investigación o la Fundación Bill y Melinda Gates.

Twitter - Miguel Bosé

Pero más dañino y peligroso que esa difamación a GAVI, responsable de salvar millones de vida en el Sudeste asiático o África, son los mensajes en contra de las vacunas que Bosé hace en su misma cuenta de Twitter.

“Sólo pretendo informar sobre la situación anunciada hacia la cual, entre otras fechorías, se nos está conduciendo. YO DIGO NO A LA VACUNA, NO AL 5G, NO A LA ALIANZA ESPAÑA/BILL GATES”, concluye el cantante.

La polio, la difteria, la meningitis o el sarampión son solo algunas de las enfermedades que han conseguido parecer de otro tiempo y lugar gracias a las campañas masivas de vacunación. Sin embargo, el sarampión ha vuelto a ganar terreno de nuevo en Europa y Norteamérica.

Solo en 2018, ocho países europeos notificaron más de 20.000 casos. Destaca Ucrania, con más de 53.000. Italia y Francia, donde se podría esperar una alta tasa de vacunación y una población protegida, comunicaron casi 3.000 casos durante ese año.

Al otro lado del Atlántico, en México, el protagonismo del coronavirus en estos meses eclipsa los más de 150 casos de sarampión que se habían registrado hasta abril de 2020.

Detrás de estos rebrotes están las campañas de los movimientos antivacunas, considerados por la Organización Mundial de la Salud como una de las amenazas a la salud pública mundial. Estos grupos suelen apoyar sus ideas en médicos como el doctor Wakefield. Sin licencia para ejercer, este médico fue condenado judicialmente por fraude por publicar en la prestigiosa revista The Lancet que había una relación entre la vacuna de la triple vírica y el autismo. Esta misma revista retiró el artículo cuando se supo que la intención de Wakefield fue, junto con unos abogados, obtener dinero por las denuncias contra la farmacéutica.

Ahora que nos consideramos expertos en salud por leer a diario cifras de fallecidos, contagiados y curados de COVID-19, no olvidemos que la vacuna del sarampión ha salvado 23 millones de vidas en los últimos 18 años.