“Estaba en el aire, volando, libre y sin ataduras. Si sobrevivía, tenía una invitación a Dublín para estudiar y trabajar”, cuenta Laura Aidé de la Fuente al recordar una experiencia límite que le dio luz para iniciar su andadura como coach de vida en Irlanda.

Crónica mestiza de Laura Aidé de la Fuente.

DUBLÍN, Irlanda.- Irlanda existía para mí en un mapa, pero nunca había estado en mis planes. Tampoco tenía muchos planes; solo tenía claro que, al terminar mi curso de inglés en Cambridge (Inglaterra) no quería regresar a México. Sabía dos cosas: quería vivir en una isla y quería hablar el idioma anglosajón. El idioma me gustaba mucho, era un pase a otra vida, una vida diferente o alternativa a la que viviría si regresaba a México. 

Mi nombre es Laura Aidé de La Fuente, socióloga y project mánager de profesión. Soy la actual presidente de la Red Global MX Capítulo Irlanda y una de mis grandes pasiones es el coaching de vida.

Al terminar el curso de inglés, mi nueva amiga colombiana y yo decidimos ir a Mallorca y Egipto para celebrar.

Mientras esperábamos nuestro vuelo de regreso a casa en el aeropuerto de Luxor, nos informaron que nuestro avión había aterrizado de emergencia en Milán debido a una avería y volaríamos al día siguiente. Nos pidieron nuestros pasaportes y nos trasladaron a un hotel de 5 estrellas para descansar. No tenía prisa así que no me afectó la demora. 

Diario de una coach de vida

Al día siguiente, listas para abordar vimos aterrizar al avión que nos llevaría de regreso a Londres. Bajaron todos los pasajeros y en el pasillo (que no era muy amplio) del lado derecho estábamos formados los que abordaríamos y por el lado izquierdo pasaban los que bajaban del avión. Dos chicas que parecían latinoamericanas nos vieron a mi amiga y a mí y de repente se llenó el pasillo y no se movía nadie. Las chicas Latinas quedaron frente a nosotras y comenzamos a platicar, en cuestión de minutos ya tenía sus teléfonos y dirección en Dublín. Solo recuerdo que eran muy simpáticas, alegres y me dijeron: “para que te regresas a México? Vente a Dublín, puedes continuar tus estudios y trabajar; tenemos espacio para una persona en nuestro departamento y te conseguimos trabajo en el restaurante donde trabajamos”.

Al abordar había bastante tensión entre los pasajeros, varios comenzaron a pedir en voz alta que saliera el capitán para informarnos si el avión estaba en buenas condiciones para volar. Salió el capitán y nos aseguró que el problema con el avión había sido arreglado y que, si no estuviera en condiciones de volar, no lo haría. Nos dieron una botella pequeña de champagne y todos quedamos tranquilos.

Al acercarnos al espacio aéreo de Londres, pasamos por una bolsa de aire y el avión se sacudió de tal forma que algunos de los compartimentos de maletas comenzaron a caer, lastimando a algunos pasajeros. Mientras varias personas a mi alrededor gritaban de miedo, para mi sorpresa, yo estaba muy tranquila. Sabía que, si moría, había hecho lo que quería. En ese momento no lo podía percibir, pero lo que me dio paz y tranquilidad es que estaba siendo libre. Era libre de escoger la vida que quería, aunque no tuviera un plan exacto o todas las respuestas, simplemente estaba en el aire, volando, libre y sin ataduras. Si sobrevivía, tenía una invitación a Dublín para estudiar y trabajar.

El avión aterrizó lo mejor que pudo; y cuando todos los pasajeros comenzaron a aplaudir fue la primera vez que experimenté el festejo de seguir viviendo. ¡Bajé de la aeronave emocionada y con la certeza de que tenía un plan! Irlanda me esperaba.

Dos semanas después, con 26 años, estaba llegando a la Isla Esmeralda. “¡Qué verde más precioso!”, me dije, todo era novedad y tenía tan poca información sobre el país. Al abordar el taxi le dije al chofer la dirección, un hombre simpático y con ganas de conversar, me pregunto cuál era el motivo de mi viaje. Yo quería decirle con la sonrisa de oreja a oreja que venía a probar mi suerte, pero le dije que venía a estudiar. Le pregunté si había castillos en Irlanda y soltó una carcajada. “Claro, muchos!”, me dijo. En ese momento supe que estaba en el lugar indicado.

A veces la claridad y la certeza se sienten de manera muy sutil, no vienen con el plan y detalles completos, pero se sienten bien, dan emoción, las cosas se acomodan y todo fluye. Después de 24 años en Dublín, puedo decir que sigue siendo el lugar correcto, porque, aunque no sabía mis valores, o mi propósito y no tenía figurada mi vida, estaba conectada con esa parte sutil, esa voz a que a veces no escuchamos. A mi esa voz me susurraba desde hacía tiempo una palabra: LIBERTAD.


Laura Aidé De La Fuente Rivera

* Presidenta de la Red Global MX Capítulo Irlanda, y Life Coach, la autora cuenta con más de 20 años de experiencia en servicios corporativos financieros y más de 10 años de experiencia en todas las facetas de gestión de proyectos de software financiero (Cascada & Agile). También está especializada en reingeniería de sistemas e infraestructura y modernización de software anticuado (Legacy) dentro de corporaciones financieras globales de alto perfil (Citi, Scotia Bank, Investec Bank, AIG Insurance) y Fintech startups. Es co-fundadora de Fintech startup EasyPay & Latin America Trade Council in Ireland.