Segunda y última parte de este recorrido por los lugares, personajes, hechos históricos clave, y curiosidades, del inicio de la Independencia de México hace 208 años. Hoy viajamos de Dolores a Guanajuato, pasando por Atotonilco y la bella San Miguel de Allende, entre otras ciudades.

DOLORES HIDALGO, Guanajuato.- Justo después de dar El Grito en Dolores, la madrugada del 16 de septiembre de 1810 salieron Miguel Hidalgo y sus hombres hacia la ciudad de San Miguel el Grande, hoy conocida como San Miguel de Allende, uno de los principales destinos turísticos de México en la actualidad y elegida recientemente como Capital Americana de la Cultura 2019.

A mitad de camino pararon en el Santuario de Atotonilco. Un antiguo convento de clausura que, según cuenta la leyenda, Hidalgo solía frecuentar.

Tomó la imagen de la Virgen de Guadalupe que se encontraba en la sacristía del santuario y la puso en manos de sus improvisados soldados para que la tomaran como estandarte.

Todos los regimientos de la independencia acabarían tomando su imagen como símbolo de armas.

 

Con la Virgen de Guadalupe como estandarte, Hidalgo y sus hombres llegaron a San Miguel. Allí, el capitán Allende tenía a 500 milicianos dispuestos a unirse al movimiento independentista.

En esta ciudad colonial, donde hoy el 26% de sus 140.000 habitantes son extranjeros (en su mayoría estadounidenses), permanecieron tres días para incrementar sus arsenales de armas y pólvoras

En su centro histórico, a los pies de la basílica de San Miguel Arcángel, encontramos el bello Jardín Principal de esta ciudad, un coqueto parque rodeado de cafeterías y que al atardecer se llena de músicos.

Cerca están la Plaza Cívica, presidida por una estatua del Capitán Ignacio Allende, y la llamada Casa de las Conspiraciones, que en el siglo XVIII pertenecía a su hermano, Domingo Allende. El lugar donde se producían las reuniones secretas antes de la Independencia, desafortunadamente hoy no está abierto al público.

De San Miguel, el 19 de septiembre los padres de la independencia iniciaron camino hacia Guanajuato. Por el camino fueron parando en Comonfort, Celaya, Salamanca e Irapuato, localidades donde iban sumando hombres y recursos económicos a la causa independentista. Logró reunir un Ejército de 6.000 hombres.

En la ex Hacienda de Burras, Irapuato, el Ejército insurgente se preparó para tomar la ciudad de Guanajuato. Desde allí, Miguel Hidalgo y Costilla envió una carta al Intendente de Guanajuato, Juan Antonio de Riaño, anunciándole sus intenciones y dándole la oportunidad de rendirse para evitar un derramamiento de sangre.

El Intendente se negó y en la mañana del 28 de septiembre, Hidalgo y sus hombres salieron hacia Guanajuato para enfrentarse a los remanentes del gobierno virreinal y del Ejército español que se habían atrincherado en la Alhóndiga de Granaditas, un edificio diseñado como granero pero que utilizaron como fortaleza para intentar evitar lo que acabaría siendo la primera victoria del Movimiento de Independencia.

Guanajuato: El Pípila y la Alhóndiga de Granaditas

Ubicada a 360 kilómetros al noroeste de la Ciudad de México, Guanajuato es una de las ciudades más bellas de México y a la que sigue uniendo con España una amplia tradición cultural. Esta ciudad universitaria es la Capital Cervantina de América, sede del Museo Iconográfico del Quijote y un lugar lleno de estudiantinas (equivalente a la tuna en España), que deleitan con su música y leyendas a los turistas cada noche con divertidas callejoneadas cada noche.

En lo alto de uno de los cerros sobre los que se asienta esta antigua ciudad minera, encontramos un bello mirador de la ciudad en el que hay una enorme estatua de otro de los héroes de la independencia: Juan José de los Reyes Martínez Amaro, mejor conocido como El Pípila.

Las tropas insurgentes de Hidalgo tenían asediados a los españoles que se encontraban atrincherados en la alhóndiga de Granaditas. Pero no conseguían penetrar en la fortaleza. La situación estratégica de este edificio, hacía que los españoles aguantaran los embates de las tropas lideradas por Hidalgo.

Eran incapaces de penetrar sus muros, todos los intentos fueron frustrados hasta que El Pípila, un antiguo barretero de las minas de Guanajuato, aceptó una misión casi suicida. Se ofreció a quemar la puerta principal del edificio, que era de madera. En una mano portaba una antorcha, y en la otra sostenía sobre su espalda una enorme piedra que utilizó como escudo para cubrirse de las balas que los españoles disparaban desde las ventanas de la Alhóndiga.

Lo logró. El fuego derribó la puerta. Los insurgentes entraron a la Alhóndiga y masacraron a todos los realistas que se encontraban allí refugiados. Fue la primera gran victoria de la Independencia.

Hoy la Alhóndiga es uno de los más importantes museos de la ruta de la Independencia de México y una parada obligada para los amantes de la historia. En honor a aquella primera victoria de la Independencia, cada 28 de septiembre se celebra aquí un desfile en el que participan autoridades y estudiantes, así como la ceremonia de renovación del “fuego de la libertad”.

En cada una de las cuatro esquinas de la fachada de la Alhóndiga encontramos los nombres de cuatro de los principales héroes de la independencia: Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez. Los cuatro fueron apresados en Chihuahua un año después, en 1811, por la traición de Ignacio Elizondo.

Después de ser ejecutados y decapitados, en jaulas de hierro, sus cabezas colgaron de las cuatro esquinas de la Alhóndiga como muestra de lo que podía ocurrir a quienes se sublevaran contra la Corona. Allí estuvieron hasta marzo de 1821, cuando acabó triunfando finalmente la Independencia. Hoy, las placas con sus nombres, les rinden tributo. Los padres de una independencia que comenzó aquel 16 de septiembre de 1810 y que consiguió acabar con el mal gobierno de los gachupines.

¿Quieres saber qué significa la palabra gachupín? No te pierdas la primera parte del reportaje: pulsa aquí.