“Ni México ni España seríamos lo que somos sin el Fondo de Cultura Económica”, decía el escritor y filósofo Ángel Gabilondo en la celebración del 85 aniversario de la editorial en Madrid en una mesa redonda que compartió con el poeta Luis García Montero, con la jueza y ex alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y con Paco Ignacio Taibo II, director del FCE.

Crónica de Juan Carlos González.

MADRID, España.- Un canto a la memoria y al poder de la literatura como eje vertebrador de naciones y libertades. Así podría resumirse el acto por el 85º aniversario del Fondo de Cultura Económica (FCE) que acogió la sede central en Madrid del Instituto Cervantes.

La mesa redonda, presidida por el director de la institución, Luis García Montero unió en sentimiento y alma a Manuela Carmena, ex alcaldesa de Madrid, a Ángel Gabilondo, ex ministro de Educación español y a Paco Ignacio Taibo, director del FCE.

Como introducción, los más de cien asistentes presenciaron un video sobre la estrategia actual del FCE, marcada por la nueva colección Vientos del pueblo y la edición de géneros narrativos inéditos, como la ciencia ficción, el suspense o el nuevo periodismo.

Para arrancar, García Montero tomó la palabra agradeciendo al Fondo de Cultura Económica la labor de “punto de referencia para los creadores españoles” que ejerció durante el exilio republicano con colecciones como Tezontle. El también poeta reconoció que la editorial es “cómplice con los intereses de los lectores de distintos perfiles” y enumeró físicamente una serie de libros que han “servido en su educación sentimental”, todos ellos editados por el FCE, como ‘El desnudo impecable’ de Pedro Salinas o ‘Las poesías completas’ de Manuel Altolaguirre.

Ángel Gabilondo, ex ministro de educación español, reivindicó la “cultura económica como vertebra sustantiva de una sociedad y un país”. En esa línea, defendió “el enlace extraordinario y a veces descuidado entre literatura y economía” y pidió observar la economía como “ciencia social y humana” y la cultura como “piedra angular de un país y proyecto transformador de la realidad”. Gabilondo confesó que “ni México ni España seríamos lo que somos sin el Fondo de Cultura Económica” ya que “sus libros abrigan nuestras paredes y nuestro espíritu”. Finalmente, el filósofo reconoció que el libro con el que ha pasado más horas en su vida es ‘La fenomenología del espíritu’ de Hegel, traducido por Wenceslao Roces en 1952 y editado por el FCE.

El FCE es “un inmenso invento social” a la altura de la Cruz Roja o la Institución Libre de Enseñanza. Así definió Manuela Carmena, ex alcaldesa de Madrid, a la editorial mexicana. Estos inventos, añadió, son los que “nos permiten el desarrollo y la construcción de unos índices mayores y constantes de felicidad”. Haciendo memoria, Carmena lamentó que durante el franquismo se “quemaban libros con saña” considerados “hijos del demonio y de Caín”.

La jueza recordó un dato: en los primeros días de la primera victoria franquista en Barcelona se quemaron 72 toneladas de libros.

Mi generación estaba destinada a ser un elemento sin pensamiento, visión, ni estética”, dijo Carmena. En esa línea, lanzó una pregunta al público: “¿qué sería de mi misma, de los españoles de mi generación, si no hubiera existido el FCE y toda esa cultura mexicana que nos salvó?”.

Por su parte, Paco Ignacio Taibo II, director del FCE lamentó que en estos años “el Fondo no era el Fondo, sino un rey desnudo repleto de virtudes” con un “catálogo notable a sus espaldas”, pero falto, entre otras cosas, de una “verdadera colección popular”. El responsable editorial confesó que “no puedes lanzar una política de descenso de precios notables en las 117 librerías que tiene el FCE si no sales a la calle, si no vas a hablar con la gente, sino vas a decirle a los adolescentes que un libro es ese instrumento para volarte las neuronas”.

A pesar de ello, Taibo II reconoció que está “creciendo el número de lectores jóvenes en México y en otros países como Perú o Colombia” y llamó a “crear pactos para que la excelente producción de editoriales jóvenes y medianas con mucho talento trascienda”.

Para el escritor, el puente literario México-España está roto y para reconstruirlo hay que hacer una labor de “difusión, distribución, reencuentro y romper los mecanismos liberales y mercantiles que están dominando la industria del libro”. Finalmente, el responsable gubernamental declaró que, en la revolución que está viviendo México, “el libro va por delante” ya que “es el único gran instrumento para construir utopías”.


Juan Carlos González es periodista.