El Premio Cervantes de Ida Vitale tiene sabor a México por lo que significaron para su obra literaria los años que pasó ahí. En la conversación que tuvo lugar en el Instituto de México en España días después de obtener uno de los más grandes reconocimientos a la palabra escrita en lengua castellana, recordó esos años tras la huida de la dictadura militar en Uruguay.

Galería de Imágenes: Ida Vitale en el Instituto de México en España

MADRID, España.- Parte de la conversación de Ida Vitale en el Instituto de México en España giró en torno a Shakespeare Palace. Mosaicos de mi vida en México, uno de los tres libros que presentó. Con un manejo de la palabra al alcance de poquísimos, esta mujer de 95 años transportó al público a otros mundos que evocaba con la precisión de su lengua al compás de las preguntas y los comentarios que le hacían los escritores, editores y académicos José María Espinasa, mexicano, y Concha García, española. Cercanos a Ida Vitale, ambos utilizaron como hilo conductor de las preguntas y de la conversación anécdotas que vivieron con la escritora uruguaya, aunque también su poesía y su obra literaria.

Entraron en escena sonidos de la Ciudad de México, paseos por unos jardines en Austin, Texas, donde vivió la escritora, la sabiduría contagiada de maestros como José Bergamín, cuyo mayor legado fue abrirles a sus alumnos un vasto universo de lecturas, según contaba la escritora. Compartió anécdotas desternillantes como la que contó con Juan Rulfo de las que sólo es capaz alguien con un fino sentido del humor, uno de los rasgos de la inteligencia humana. La amistad que desarrolló con Álvaro Mutis ocupó una parte de la conversación, en la que estuvieron presentes también sus años de infancia y de descubrimiento de los libros, muchos de ellos en francés y en italiano, y a aquella tía le encargó limpiar las estanterías, quizá como estrategia oculta para prendarse de los libros.

Roberta Lajous Vargas, embajadora de México en España, dedica unas palabras de bienvenida a Ida Vitale

“¿Cómo pensaste en este mexicano Shakespeare Palace? ¿Qué te llevó a ese mundo?”, le preguntó Espinasa a la escritora uruguaya.

No lo pensé, lo sentí. Uno siempre guarda una enorme gratitud hacia ciertas cosas, la necesidad de pagar una deuda. ¿De qué manera puede uno pagarle una deuda a una ciudad, a un país que ha acogido a tantos?”, respondió Vitale. Antes de tantos americanos a los que México acogió, Vitale recordó a los españoles que huyeron del franquismo y que encontraron un nuevo hogar. Se refirió a la “suerte” que tuvieron de poder retribuir colectivamente con el Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica.

Recuerda como algo “alucinante” que, al cabo de una semana de su llegada a México se encontrara distribuyendo trabajo ante la imposibilidad material de atender tantas ofertas y oportunidades.

“Lo cuento sin ninguna vanidad. Todo eso me llegó a mí primero. México era un país riquísimo en cuanto a posibilidades intelectuales y de trabajo y con una gracia bienaventurada nos lo ofrecía a los que íbamos llegando. México sigue siendo mi segundo país de nacimiento espiritual, además de físico”, dijo la escritora.

José María Espinasa, editor, académico y escritor mexicano

Cuando Concha García le preguntó a Ida Vitale si se acordaba de la vez que coincidieron en un congreso de poetas en Nueva York, la escritora uruguaya respondió que no ante la carcajada del público.

Ida Vitale con Concha García, académica y escritora española

Habló de la vez que Vitale la riñó por llegar una hora antes de la convenida a su casa de Austin. Por la tarde dieron un paseo, en el que la escritora se detenía para hablar de tal o cual especie de pájaros, para contarle cómo los observaba a diario en sus paseos. La conversación a tres bandas con un público cómplice y entregado se convirtió en una anatomía de instantes para la eternidad, en trazos de los impactos que provocó la escritora uruguaya en distintos momentos de su vida por medio del encuentro físico o de la lectura.

Tres libros en un homenaje

María Jesús Such Devesa, de la Universidad de Alcalá, ofreció unas pinceladas de Shakespeare Palacey de los otros dos: De plantas y animales y Resurrecciones y rescates.

María Jesús Such Devesa, de la Universidad de Alcalá de Henares

Such Devesa aludió a 20 láminas originales, expuestas en la exposición homenaje a Ida Vitale en la Universidad de Alcalá, de los naturalistas que formaban parte de las expediciones botánicas de finales del siglo XVIII que viajaron por América. Esas láminas contienen textos de la escritora que forman parte de De Plantas y animales, un libro de ensayos que hace homenaje al mundo animal y vegetal.

Resurrecciones y rescates, editado por la Universidad de Alcalá junto con el Fondo de Cultura explora una faceta menos conocida de Ida Vitale.

Reconocemos a una muy buena lectora, a una magnífica crítica y, como nos comentaba esta mañana, reconocemos a una periodista. Buena parte de ese trabajo está contenido en ese libro”, afirmaba Such Devesa.


Fotos: Carlos Miguélez Monroy