Nuestro colaborador Gonzalo Estrada les dedica a los mexicanos en España  una calavera literaria o calaverita, unos versos que nacieron en el siglo XIX a modo de epitafio burlesco, y que se caracterizan por su humor y por su irreverencia.

 

Los que a brincar el charco se atrevieron

huyendo de la feroz guadaña

“a mí me pelas los dientes”, le dijeron

Y aterrizaron con lo puesto, en Madrid, España.

 

Buscaron refugio en Lavapiés, Chueca y Malasaña

Pero la pelona no les perdió de vista

Cambiando hasta de look, a de portada de revista

Pero en Facebook e Instagram la huesuda pasa lista.

 

Mientras para lograr unos billetes

Camuflaron-se  de camareros, colgando toga y birretes

Y siendo oficiantes de todos los oficios

Contando los céntimos y cortando los vicios.

 

La pelona y cabezona los agarra de bajada

En un rincón de consulado o en una recepción de la embajada

Y si en un bareto los pilla

Tratan de engañarla, ceceando hazta meza y cilla!

 

Y así, a los jubilosos mexicanos por España

Se los cargó la chingada (fregada)

Cebaditos de bocatas, pincho, cubatas, tinto y caña!

Y de epitafio les dijo: ¡Aquí si no hay plan con maña!