Organizaciones como la Cruz Roja y distintos sectores de la sociedad mexicana le han declarado la guerra a la utilización de anafres, como se conoce a unos hornos portátiles que utilizan carbón para calentar hogares en estas épocas de frío, aunque también para cocinar al aire libre.

MADRID y CIUDAD DE MÉXICO.- Además de incendios y quemaduras, la utilización de anafres como método de calefacción dentro de los hogares provocaba cada año numerosas intoxicaciones mortales con monóxido de carbono en lugares que no cuentan con ventilación adecuada. Sin embargo, aún mantiene su uso para cocinar en el exterior.

Historia del anafre

Entre los muchos utensilios de cocina que se adoptaron en México a partir de la conquista se encuentra el anafre. Éste consiste en un hornillo de barro o metal lo suficientemente pequeño para ser portable o móvil. Posee una apertura en la parte inferior para colocar brasas y en arriba tiene canales y orificios por donde pasa el aire que aviva el fuego. El origen de su nombre tiene diversas acepciones, la primera es del árabe hispánico annáfiẖ, y segunda, del latín anaphus.​ Fue usado por la tradición judeoespañola para cocinar la adafina, un plato de garbanzos con carne de cordero especial para el Shabat. Se cuenta que existieron en el México prehispánico y que estaba hechos de barro o piedra.


Texto con la colaboración de Conexión Cultural