Prístino‘ se consagra desde 2019 como un referente gastronómico en la capital, de la buena cocina madrileña tradicional “de toda la vida”, aderezada con toques contemporáneos.

MADRID, España.- Como bien sugiere su hermoso nombre, la comida que se estila en Prístino es tal y como la hacían nuestras abuelas o madres, manteniéndose pura e inalterable en sus raíces profundas y en sus alimentos de cercanía. Eso sí, con aportaciones modernizadas que la enriquecen sin perder la esencia original y la relevancia de una materia prima de calidad óptima.

Situado en el señorial barrio de Chamberí, Prístino se ubica en un hermoso edificio con solera cuyo interior es sumamente elegante, confortable, cálido y acogedor en la calle de Eduardo Dato. Con bancos corridos de terciopelo en tonos verdes y mesas perfectamente “vestidas”, el restaurante conserva el encanto de los buenos establecimientos burgueses de siempre. Una terraza climatizada de 35 plazas, amplia y bonita en una acera ancha, típica de la zona de Almagro completa la disponibilidad del local.

Prístino - Sala

La cocina de Prístino se basa tanto en la materia prima como en los productos de “kilómetro 0” que provienen de la zona de El Escorial, en la Comunidad de Madrid. Verduras y hortalizas como unos memorables tomates Raff, que “saben de verdad a tomate”, como nos apuntan en el restaurante, se compaginan con los platos de cuchara de siempre, como el magnífico potaje de vigilia con garbanzos, bacalao y espinacas que ofrecen estos días de Semana Santa. La cocina de mercado va variando según los productos de temporada, aunque existen platos que no se mueven de la carta. Todas las semanas hay variaciones.

El equipo de sala, excepcionalmente servicial, profesional y educado, nos cuenta los platos con detalle, aconsejándonos lo que podemos comer según nuestros gustos personales y adaptando los platos, en ocasiones, a nuestras preferencias. La diferencia con una casa de comidas tradicional, de esas de toda la vida, es que aquí no hay bullicio sino un ambiente sosegado y sofisticado a la par que sencillo, lo que es uno de sus aciertos para poder degustar esa comida que te reconforta en lo más profundo. Elegante, con calidad pero sin ínfulas, lo que hace que nos sintamos relajados. Lo exquisito de la oferta no va reñido con una excelente relación precio-calidad, donde el presupuesto está muy ajustado para la propuesta. Tampoco hay un día dedicado a un plato o un menú diario. La carta es extensa sin ser kilométrica, algo que siempre da confianza.

Esta cocina sencilla, casera, de fogones y horas, tan reconocible para todos, se moderniza con elementos como la inclusión de técnicas contemporáneas como el uso del horno Josper o el Roner. El chef Roberto Serrano aporta a estas “recetas tradicionales madrileñas de la abuela” tanto las técnicas más novedosas como una presentación moderna.

Desde los guisos de cuchara, donde brillan las lentejas, los callos o las verdinas, los arroces, o los magníficos platos de carne como el suculento rabo de toro con parmentier de oloroso o los pescados como la clásica lubina a la sal, en todos imperan una materia prima de 10 y un gusto por la cocina tradicional.

Rabo de buey - Prístino

En los entrantes, podemos degustar varios platos que nos abrirán el apetito, como la ensaladilla rusa de “toda la vida” que viene elaborada con una mayonesa casera muy ligera y unos trozos de ventresca de atún o unas croquetas de jamón ibérico de bechamel exquisita y suave. Sin olvidarnos de los deliciosos torreznos con patatas revolconas, en una forma de presentación que no suele ser habitual en Madrid.

Para terminar, los postres llaman la atención por su aspecto más tradicional como la leche frita, la tarta de queso o la originalidad del riquísimo y refrescante helado de violeta. A esto se añade, para los apasionados del chocolate, el ganache de este producto con helado de vainilla y migas de pan Brioche, al que, como nos recomienda el impecable servicio de sala, debemos añadir escamas de sal y aceite de oliva virgen extra (Trilloliva de Jaén de aceituna picual, presente en nuestra mesa para aderezar toda la comida), con el fin de añadirle untuosidad.

Ganache de chocolate - Prístino

Una carta muy correcta de vinos variados, a precios comedidos, completan la oferta gastronómica de Prístino.


Prístino

Dirección: Paseo de Eduardo Dato, 8. Madrid

Teléfono: 917 37 36 40.

Web: restaurantepristino.com.

Servicio de delivery (Mamotreto) por teléfono y online aquí.

Precio medio: 45€/ persona