Addi Serrano lleva diez años en España y, desde hace siete, prepara piñatas mexicanas para eventos. Perfeccionó su técnica al llegar a Sevilla, donde cada año crea las piñatas para la visita de la Asociación Mexicana en Andalucía a los niños del Hospital Virgen del Rocío.

Addi Serrano visitó Sevilla por unas vacaciones y, tras enamorarse de un sevillano, no tardó mucho en mudarse a España. Comenzó a trabajar como cuidadora de niños y al poco tiempo contactó con mexicanos que residían en la ciudad y empezó a organizar reuniones en las que siempre proponían llevar piñatas mexicanas. Pronto una compañera y ella se animaron a hacer piñatas para la Asociación Mexicana en Andalucía.

Las piñatas de siete puntas son una de las tradiciones más típicas de México pero parece que tienen origen en China, aunque algunos españoles le han contado a Addi que en España también se rompían ollas de barro con comida dentro en algunas fiestas. Las siete puntas de las piñatas tradicionales mexicanas representan los siete pecados capitales: pereza, envidia, gula, ira, avaricia, lujuria y soberbia y el acto de romperla a golpes representaba la fuerza de voluntad para vencer al “mal” de nuestro interior.

Las piñatas están ligadas a recuerdos muy valiosos de la infancia de Addi Serrano. En su familia ella es la pequeña de diez hermanos y todas las navidades tenían la tradición de reunirse el 24 de diciembre para un concurso de piñatas. Cada hermano con sus hijos hacía una piñata y al final los niños presentaban la que habían hecho con sus padres.

Serrano afirma que empezó a hacer piñatas por tradición. Se ríe recordando la primera que hizo con sus hijos, una con forma de OVNI que quedó húmeda y pesada. Pero reconoce que ha aprendido mucho desde esta primera. A través de los tutoriales de internet y su propia creatividad fue perfeccionando su técnica.

Piñatas para españoles y mexicanos

Hace unos siete años el dueño de un restaurante mexicano le propuso comprarle unas piñatas: las tres primeras eran las más grandes que había hecho hasta el momento y reconoce que este primer encargo le dio confianza para realizar nuevos proyectos. No se trataba de un negocio consolidado, era esporádico, con la gente que la conocía y a través de los eventos de asociación cada vez más personas se ponían en contacto con ella para ofrecerle encargos.

Es un gusto poder transmitir tu tradición en otro país. Una de las satisfacciones más grandes es cuando tengo clientes españoles. No son muchos, pero los pocos que tengo son fieles y me llaman cada año para los cumpleaños de sus hijos.

Cuenta que los mexicanos que residen en Sevilla piden piñatas duras y difíciles de romper mientras que los españoles prefieren que sean algo más blandas pues no están acostumbrados a romperlas.

Visitas a los niños del Virgen del Rocío

Cada año las piñatas de Serrano son uno de los puntos fuertes de la visita que organiza la asociación a los niños del Hospital Virgen del Rocío. Herminia Canales, presidenta de la asociación, le propuso hacer una piñatas para la primera visita y desde entonces Addi no ha dejado de hacerlas ningún año. Desde entonces también ha aprendido a hacer figuras con globos y a pintar la cara a los niños.

Te deja llena de satisfacción ver que ellos están en un momento doloroso y llevarles un momento de alegría, que distraigan su mente de la enfermedad. Hay niños que se te quedan en el alma.

En una de las primeras ocasiones Addi conoció a un niño que siempre recuerda por la ilusión que le hizo probarse un sombrero mexicano y que le llamaran Speedy González.

Ahora mismo la gente se pone en contacto con ella por su página de Facebook, Piñatas y creaciones Mexicanita Linda. Pero prácticamente oyen hablar de sus piñatas por el boca a oreja o a través del grupo de Mexicanos en Sevilla. Estas piñatas artesanales no usan moldes y requieren más tiempo. Se hacen por encargo y Addi las realiza en su propia casa. Depende de la complejidad del pedido tarda entre una semana y dos en hacerlas.

“Yo empecé con la típica estrella pero la gente empezaba a querer más variedad. Yo no me pongo límite. Me gusta que me pongan retos”, afirma que le gusta dejar volar la imaginación en cuanto le hacen un pedido. Le emociona mucho crearlas desde cero, ver cómo va tomando forma la figura, dar los colores.

“Es gracias a la gente que ha confiado en mí. Addi lo dejo a tu imaginación, me dicen mucho”. Cuenta que uno de los encargos más difíciles fue una piñata con la forma del reloj de Alicia en el País de las Maravillas. Sostiene que en España el material es más caro que en México pero lo que más cuesta es la mano de obra. En ocasiones puede dedicar horas a una sola piñata. Los precios son casi los mismos que cuando empezó hace siete años. Las piñatas sencillas pueden costar entre 20 y 30 y las de figuras entre 30 o 35, piñatas grandes para eventos 40 o 50 euros.