Además de Amancio Ortega, otros ‘supermillonarios’ como Bill Gates, Warren Buffet, Mark Zuckerberg, Carlos Slim y Jeff bezos financian obras benéficas mientras eluden impuestos. La supuesta legalidad de sus diversas técnicas de ingeniería fiscal invita a una reflexión fundamental que afecta los derechos fundamentales de la gente por medio de servicios públicos.

Por Xavier Caño Tamayo.

Actualización.- En la primera edición de este artículo se cambió de la palabra ‘elusión’ del original del autor a ‘evasión’, pero lo hemos editado de nuevo a su forma original.

MADRID, España.- En días pasados se inició una polémica en España porque el empresario y especulador financiero Amancio Ortega donó a la sanidad pública algo más de 310 millones de euros en tecnología contra el cáncer. No es un hecho nuevo. Desde 2001 la fundación de Ortega ha donado 560 millones de euros al Estado de formas diversas.

¿Se trata más de una cantidad importante donada durante años o de ejercicios fiscales? Más allá de posibles desgravaciones fiscales por estas donaciones, ¿cuántos impuestos ha dejado de pagar el señor Ortega en este tiempo? Esa filantropía de estilo anglosajón es la intervención en los servicios públicos de empresas privadas, una realidad que tiene que ver con la fiscalidad y la justicia fiscal, los impuestos. O tal vez con actuaciones de ingeniería fiscal que facilitan la elusión de impuestos. Es decir, aprovechar las lagunas de las leyes fiscales, así como la vergonzosa falta de coordinación de los países de la Unión Europea en materia de impuestos. Lo que deja mucho terreno económico desprotegido fiscalmente para que los poderosos no paguen los impuestos que deberían,

Además de Amancio Ortega, otros supermillonarios como Bill Gates, Warren Buffet, Mark Zuckerberg, Carlos Slimy Jeff Bezos financian obras benéficas diversas con una parte de sus fortunas, que aumentan año tras año. En cualquier caso, la donación del dueño de Inditexa la sanidad pública española ha abierto una caja de Pandora.

Al conocer esa donación, Isa Serra, entonces candidata de Unidas Podemos a la presidencia regional de la Comunidad de Madrid, denunció que la sanidad pública no puede aceptar donaciones de millonarios y a continuación el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, aseguró que en una democracia digna no se ha de aceptar caridad de multimillonarios. Lo que España necesita, insistió, es que los ricos y grandes empresas paguen los impuestos que deberían y acabar con el fraude fiscal y la evasión de impuestos. Si los ricos, grandes fortunas y grandes empresas pagaran lo que deberían, se podrían construir más y mejores hospitales, además de otros muchos servicios públicos.

Las donaciones a la educación, la investigación y la sanidad son una práctica extendida entre las grandes fortunas del mundo. Esta filantropía, aparentemente positiva, se producen al mismo tiempo que la alarmante realidad de que los países europeos dejan de ingresar cada año 825.000 millones de euros en impuestos por evasión fiscal, según la Comisión Europea.

En España se pierden 60.000 millones al año por ese motivo, según el sindicato de Técnicos de Hacienda, que advierte que ese dato no tiene en cuenta los ingresos perdidos por elusión fiscal. Esta evasión fiscal, más difícil de evaluar que el fraude, supone también muchos miles de millones de cantidades no recaudadas por el Estado.

Inditex, propiedad de Amancio Ortega que posee un patrimonio de más de 60.000 millones de euros, eludió el pago de casi 600 millones de euros en impuestos en países de la Unión de 2011 a 2014, según un informe del grupo parlamentario europeo Los Verdes/Alianza Libre Europea. Ese informe revela agresivas técnicas en Holanda, Irlanda y Suiza para no pagar o pagar muy poco del impuesto de sociedades.

Una de las técnicas para pagar menos impuestos consiste en transferir a Holanda una parte de beneficios como pagos de derechos de propiedad intelectual. Estos pagos no tributan o muy poco. Otro truco es facturar comercio electrónico de Inditex a una filial de país como Irlanda donde se pagan impuestos más bajos. O que Inditex en Suiza desvíe beneficios de otros países a sus filiales suizas donde se pierden y, por tanto, no tributan. La investigación de los Verdes estima que el desvío de pagos a Holanda le ha costado a España 220 millones de euros que ha dejado de ingresar.

Además, poderosas multinacionales como Google, Amazon, Microsoft, McDonalds, Apple y muchas grandes dedicadas a la extracción de minerales eluden los impuestos al por mayor. Como botón de muestra, Google montó una sociedad pantalla en las Bermudas, transfirió desde Estados Unidos 10.000 millones de dólares de beneficios a esa empresa ficticia y así evitó pagar 2.000 millones en impuestos.

Estas prácticas perjudican a las arcas públicas y a la ciudadanía, cuyos derechos y servicios básicos ha de financiar y garantizar el Estado. Vulnerar los derechos de la gente es lesionar un bien jurídico y lesionar un bien jurídico ha de considerarse delito.

Los cómplices necesarios para eludir impuestos (gabinetes jurídicos, abogados caros, asesorías fiscales…) insisten en que la evasión es legal. Puede serlo, pero entonces habrá que ahondar más y con mayor profundidad en esa presunta legalidad y ponerle remedio. Cuando se vulneran los derechos de millones de ciudadanas y ciudadanos por retraer ingresos fiscales que financiarían derechos de la ciudadanía, ¿qué valor tiene la legalidad? Como explicaba Martín Luther King,lo que hizo Hitler era legal. Pero la legalidad no puede ser el único criterio para garantizar la justicia fiscal.