En esta nueva carta abierta a Andrés Manuel López Obrador, el analista y ex diplomático Bernardo Graue Toussaint señala los paralelismos que ve entre lo que ocurría a principios de siglo en Venezuela, con Hugo Chávez en los orígenes de la crisis venezolana, con lo que ocurre en México.

Por Bernardo Graue Toussaint.

Sr. Presidente López

Presente

Las comparaciones son, efectivamente, odiosas y, no por ello, dejan de ser necesarias e indispensables para la didáctica que se requiere para la toma de decisiones. Al margen de la tremenda situación política en Venezuela, la profunda crisis económica de ese país parece decirnos: ¡CÓMO ME VES, TE VERÁS!

Me explico.

Muchos son los mitos y falsedades sobre las causas del desastre económico venezolano, pero igualmente existen certezas que confirman el origen de tal situación.

Con el arribo del “socialismo del siglo XXI”, decretado por Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro, Venezuela pasó de tener “políticas de Estado” en materia económica, a tener “políticas del Jefe de Estado” es decir, políticas de un sólo hombre que decidía y controlaba todos los aspectos de la vida nacional, incluida la economía. Ambos hipotecaron, con sus irresponsables decisiones políticas y económicas, el presente y el futuro de Venezuela.

¿No está usted intentando -absurdamente- hacer lo mismo en México, Presidente López?

Por otra parte, Presidente López, los análisis más serios sobre la realidad económica de aquel país han demostrado que la caída de los precios del petróleo no fueron la causa-origen de las actuales penurias económicas venezolanas. La incapacidad de Petróleos de Venezuela (PDVSA) para contrarrestar CON PRODUCTIVIDAD los efectos de las caídas en los precios del crudo fueron gravísimos en este sentido. No todos los países productores de petróleo padecieron esos efectos ante la caída de los precios petroleros. Estados Unidos, por ejemplo, utilizó nuevas técnicas de extracción, lo cual hizo que aumentara la oferta y se cayera el precio, afectando los ingresos del Gobierno venezolano. ¿No le suena parecida, Presidente López, esta enferma dependencia a los ingresos petroleros venezolana a la realidad actual de PEMEX, su improductividad y sus mafias sindicales?

A la enorme dependencia del régimen venezolano de los ingresos de PDVSA, se sumó una raquítica recaudación fiscal, lo que subrayó aún más el peso de la renta petrolera sobre las finanzas gubernamentales. Pero lo que más agravó la situación económica venezolana fue el DISPENDIO IRRESPONSABLE que, disfrazado de “política social” para atender la pobreza, encubría una estrategia de control y disponibilidad masiva de los pobres con fines políticos y de preservación del poder público. Chávez y Maduro utilizaron toda la renta petrolera para destinar recursos a dichos programas, lo cual no era sostenible en el tiempo porque el Estado se fue quedando sin fondos para sustentarlos. Repartieron dinero de manera clientelar a diestra y siniestra. ¿No suena parecido a lo que usted está haciendo en México, Presidente López?

Le comento, Presidente López, que una característica de los gobiernos de Chávez y Maduro fue su distanciamiento, y posterior encono y duro enfrentamiento, con el sector privado venezolano. La obsesión por controlarlo todo (precios de los productos básicos, control de divisas, entre otros) propició una grave crisis de confianza en la economía de las empresas, muchas de las cuales optaron por cerrar e irse de Venezuela. Vino luego una hiperinflación descontrolada, escasez de productos (comida, enseres, entre otros) propiciando un mercado negro de divisas y productos básicos que hace que los precios aumenten cada día de manera estrepitosa.

En México, Presidente López, usted mantiene una frívola agenda, por decirlo de alguna manera, con el sector empresarial, el cual es un vital generador de empleos y de riqueza nacional. El serial de escandalosas decisiones tomadas por usted desde el inicio de su gobierno, como la cancelación del NAIM, por citar un sólo ejemplo de sus despropósitos, ha dejado una marca imborrable de desconfianza entre el empresariado nacional e internacional. Mientras, usted sigue enfrascado en sus programas de repartición de dinero, como si los recursos del Estado fueran infinitos. En diversos medios financieros y calificadoras internacionales ya empiezan a sonar algunas alarmas sobre la viabilidad o riesgos de su política económica, ante lo cual sus respuestas, en las conferencias de prensa mañaneras, han sido de desdén y de burla.

Mientras estuvo vivo Hugo Chávez la gente confiaba en él y lograba cierta estabilidad y apoyo popular debido a sus programas de reparto irresponsable de dinero cuando los precios del crudo estaban altísimos. Actualmente, Maduro ya no tiene cómo estabilizarse, no tiene carisma alguno, no tiene dinero para redistribuir, la economía está destrozada y ha tenido que recurrir a la represión y al apoyo de las Fuerzas Armadas para sostenerse en el cargo.

Presidente López, ¿pretende llevarnos por la misma senda venezolana?

ESO ES UNA BARBARIDAD, por decir lo menos. Entiéndalo, Presidente, entiéndalo.

graue.cap@gmail.com