“Estos días, políticos del Partido Socialista (PSOE) han reivindicado gobernar en solitario, mientras dirigentes de Unidas Podemos han declarado que quieren un gobierno de izquierdas. Con ese telón de fondo, el novelista y periodista Aníbal Malvar ha escrito que Pedro Sánchez tiene miedo de gobernar por cómo reaccionen ante sus propuestas las empresas del Ibex35, la Unión Europea y la vieja guardia del PSOE. Por ese temor, puede no entusiasmar a Sánchez formar un gobierno de izquierdas. Deseando que esta vez Malvar se equivoque, urge abordar y resolver en el Reino de España lo que quedó en al aire al disolverse las Cortes”, sostiene el periodista español Xavier Caño Tamayo.

Por Xavier Caño Tamayo.

Urge derogar la nefasta reforma laboral del gobierno de Mariano Rajoyque no ha conseguido evitar que baje el paro en España, aún del 14,7% cuando la media en la eurozona es solo 7%. Según Eurostat, España sigue a la cabeza de la Unión Europea en desempleo general (de 15 a 74 años) y de jóvenes de 16 a 30 años. A este hecho preocupante hay que añadir los más de cuatro millones de empleos temporalesy la “mala calidad del empleo”, eufemismo para decir que la precariedad y los sueldos impiden llevar una vida digna. Por eso casi un 15% de población tiene empleo fijo, pero malvive en el umbral de la pobreza.

También es preciso deshacer el ataque contra las libertades que ha sido y es la ‘ley mordaza’ del Partido Popular (PP). Y también derogar la autoritaria reforma del Código Penal que perpetró el PP, suprimiendo el delito de injurias a la Corona. Esas medidas han generado un alud de juicios y condenas a tuiteros, raperos o personas que solo han ejercido su derecho a la libertad de expresión.

Otra cuestión esencial es aprobar una reforma fiscal que establezca un sistema de impuestos justo, progresivo y suficiente. Según Eurostat, la suma de impuestos y cotizaciones sociales en España en 2017, la presión fiscal, fue el 34% del PIB, cuando la media de la eurozona es el 42,3%. Demasiados miles de millones de euros menos recaudados que en la Unión Europea. Dato al que añadir que, según Gestha(sindicato de Técnicos de Hacienda) y la universidad Rovira i Virgilide Tarragona, la economía sumergida en España equivale a casi el 25% del PIB, la cuarta parte de la riqueza de un año. Esta actividad económica escapa al control de Hacienda y de la Seguridad Social, unos 290.000 millones de euros anuales, y por eso dejan de recaudarse más de 90.000 millones anuales en impuestos y cotizaciones.

Una fiscalidad justa y progresiva supone que las granes empresas han de pagar más. Sobre todo la banca que tiene una deuda de 60.000 millones de euros con la ciudadanía española: el dinero del rescate de los bancosque, según el Banco de España, no se recuperará. ¿Por qué no? ¿Acaso la banca ha perdonado alguna vez a los ciudadanos corrientes un descubierto o un impago de hipoteca? La gran banca ha de pagar más impuestos porque en los últimos años apenas pagó impuestos por beneficios, aunque los ha tenido y mucho mejores que en años anteriores. Esos beneficios aumentaron un 22% en 2018, el mejor resultado de la gran banca desde antes del rescate financiero.

Y, puestos en fiscalidad, es preciso acabar con los privilegios fiscales y económicos de la Iglesia católica, suprimir sus ventajas, subvenciones, exenciones fiscales y el negocio de la educación concertada. La enseñanza concertada de la Iglesia católica no es gratuita ni universal, es confesional, discriminatoria, machista y cara. Cabe recordar, como muestra, que la enseñanza concertada en la Comunidad de Madrid se lleva el 52% del presupuesto de educación de la región, mientras la pública, solo el 48%.

Y una cuestión que no se puede postergar más: la ordenación territorial y la estructura del Estadoque el conflicto con Cataluña ha puesto en primer término. Y el conflicto es que una parte muy importante de la ciudadanía catalana (48%) dice querer separarse de España. Algo habrá qué hacer. ¿Reprimir a esa casi mitad de ciudadanía catalana? ¿O dialogar lo que haga falta hasta llegar a acuerdos aceptables para todas las partes?

En Irlanda del Norte lo lograron y la situación era allí muchísimo peor y aparentemente más insoluble que el conflicto entre Cataluña y España. Porque descartar el diálogo es la opción de la derecha, heredera directa del franquismo, que propone en plan chulesco aplicar en Cataluña el artículo 155 de la Constitución sine die. Reprimir. Volver al nefando, autoritario e injusto Estado centralista.

Hay que tener muy en cuenta que las elecciones generales han demostrado la asentada realidad plurinacional de España donde los partidos nacionalistas han aumentado mucho en votos, en tanto que los partidos de la derecha han fracasado en Euskadi y Cataluña. Si Pedro Sánchez no pacta con Ciudadanos como le exige la militancia socialista (con Rivera, no; clamaban ante la sede del PSOE), la aritmética electoral indica que ha de entenderse con los partidos vascos y catalanes, además de con Unidas Podemos. No hay que perder de vista que PP, Ciudadanos y Vox no han conseguido ni un diputado en Euskadi y PP y Vox solo sendos diputados en Cataluña. Una realidad política que no se puede obviar ni olvidar.

Otras cuestiones de gobierno inaplazables son cancelar la incompetente y cara gestión privada de hospitales públicos, frenar la privatización de la sanidad y afrontar la injusta y peligrosa burbuja del alquiler de viviendas. Más la erradicación de las cloacas del Estado, con la necesaria exigencia de responsabilidades, el desarrollo con una dotación de presupuestos adecuados la Ley de Memoria Histórica, derogar las condenas de los tribunales franquistas, enjuiciar los crímenes franquistas, ofrecer reparación a las víctimas… De otro modo continuaremos siendo una democracia incompleta.