Los integrantes de La Manada se encuentran en libertad provisional hasta que un tribunal superior ratifique la condena de nueve años de prisión por abusos sexuales, algo que no ocurre con frecuencia en España para quienes se encuentran en esa situación de “prisión preventiva”. Juristas y movimientos sociales exigen formación en materia de género para jueces y fiscales.

La Audiencia de Navarra, el más alto tribunal de esa comunidad territorial en España, dejó en libertad provisional a los cinco miembros de La Manada, como se conoce a un grupo de jóvenes condenados por abusos sexuales a una joven madrileña. Dos de los tres magistrados votaron por esta puesta en libertad con la oposición del presidente del tribunal, que abogaba por prolongar la prisión provisional de forma incondicional.

Los hechos, juzgados y condenados, sucedieron en julio de 2016 en las fiestas de San Fermín de Pamplona, capital de Navarra.

A pesar de la condena a nueve años de prisión, esta puesta en libertad encuentra su base jurídica en que han recurrido la sentencia tanto el fiscal como por los abogados defensores de los condenados. Mientras la sentencia no sea ratificada o modificada por un tribunal superior, los condenados se encuentran en lo que se conoce como “prisión preventiva”. En España, pocas veces se le concede la libertad provisional a quien se encuentra en esta situación de prisión preventiva.

Indignación por la libertad provisional

Durante casi ocho años, acudí como voluntario a distintas cárceles españolas, sobre todo a la prisión de Soto del Real. Varios días de la semana participé como responsable y organizador de un taller de escritura narrativa y otros aprendizajes culturales diversos para presos y presas. Este cronista no recuerda que dejaran a nadie en libertad provisional porque las sentencias no fueran firmes. Lo que sí sucedía habitualmente era que se prolongara la prisión provisional tanto como la ley permitiera.

La puesta en libertad de los cinco condenados de la Manada bajo fianza de 6.000 euros cada uno ha indignado al movimiento feminista, a los movimientos sociales y a partidos políticos, sin excepción, que han respondido a esa libertad provisional con nutridas concentraciones y manifestaciones de protesta en muchas ciudades españolas. Ya había habido cuantiosas concentraciones y manifestaciones al conocerse la sentencia por abusos y no por violación.

Si ahondamos en las decisiones del tribunal de Navarra a propósito de ‘la Manada’ se comprueba la presencia de una visión machista en partes del mundo judicial o, como denuncian las organizaciones feministas, el asentamiento de estructuras patriarcales en la Justicia. Algo que sin duda viene de lejos si se analiza el lento caminar de la lucha contra la discriminación de la mujer y la consecuente violencia machista desde finales de los años ‘70. No olviden que hasta 1975 las mujeres no podían abrir una cuenta corriente personal, salvo con autorización del marido, ni tampoco podían pedir una línea telefónica personal. Lo contamos como botón de muestra de la situación real de la emancipación femenina en las últimas décadas.

Mejorar la formación de jueces y fiscales en materia de género

En los años 80, las mujeres en España que denunciaban malos tratos de su marido o pareja a menudo tenían que oír de los agentes de policía que procuraran arreglarlo hablando. Tanto fue así que la Dirección General de Policíapublicaba circulares en las que instaba a los agentes a que no se les ocurriera disuadir a las mujeres de denunciar a sus maltratadores.

Desde entonces se ha recorrido bastante camino, aunque no lo suficiente. La presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega, expresó su sorpresa por la decisión de la Audiencia de Navarra de dejar en libertad provisional a La Manada. Para Ortega, la resolución judicial “pone de manifiesto la necesidad de reforzar y mejorar la formación de jueces y fiscales en materia de género”. Forma políticamente correcta de denunciar la cultura machista de muchos integrantes de la Justicia.

La reacción a esa puesta en libertad ha sido tan general que incluso María Dolores de Cospedal, que no se caracteriza por su feminismo progresista, se ha mostrado “profundamente decepcionada” con el auto sobre La Manada y ha pedido reformar el Código Penal.

Por su parte, Amalia Fernández, de Mujeres Juristas Themis, ha calificado de indignante la decisión judicial a la que “no le ve ninguna base jurídica”. Fernández afirma que hay prisión provisional en tanto no se celebre juicio, “pero en este caso hay una sentencia superior a cinco años, por lo que la decisión de la Audiencia no tiene ninguna lógica”.

Tal vez al final sí cambie este país en igualdad de las mujeres. Pero cuesta lo suyo. El Gobierno de Navarra se ha enfadado con la puesta en libertad de la Manada y su presidenta, Uxue Barkos, considera que “la Justicia debe hacer un serio ‘sprint’ para ponerse a la misma altura en que está la sociedad”. Algo que no es nuevo, habida cuenta de que en tantas cuestiones que a todos afectan, la gente, la ciudadanía, suele ser mas avanzada que sus representantes políticos o institucionales.


Fotos de Juan Carlos Rojas, tomadas el día de las manifestaciones feministas en marzo de 2018.