La posible legalización de la marihuana en México con el nuevo gobierno ha generado controversia y dudas. Octavio Rojas Orduña, analiza la posible implantación de este producto en el mercado y la sociedad mexicanas a partir de la experiencia de Uruguay, pero partiendo de la realidad sociopolítica de México.

Por Octavio Isaac Rojas Orduña

Uno de los temas que más atención está generando en torno a las intenciones del próximo gobierno mexicano es el de la legalización de la marihuana para uso medicinal y lúdico, y el de la amapola, aunque sólo para uso medicinal.

Se trata de una iniciativa audaz que puede generar muchas dudas entre quienes están a favor y los que están en contra, sobre todo porque no hay suficientes experiencias equivalentes para saber qué se puede esperar.

Enseguida repasamos brevemente la experiencia de Uruguay y se reflexionará, aunque con reservas por las notables diferencias entre países, sobre sus posibles extrapolaciones en México.

Algunas experiencias de la legalización de la marihuana en Uruguay

  • Aumento de la seguridad en la compra, ya que se hace en farmacias autorizadas, siembra propia y clubes especializados, y no a través de vendedores ilegales, que realizaban su actividad en la clandestinidad.
  • Mayor calidad de la marihuana y control de su precio, lo que prácticamente ha eliminado el mercado ilegal y aumentado la seguridad en su consumo.
  • Generación de una nueva industria auxiliar de venta de artículos relacionados con el comercio legal de la marihuana.
  • Por otro lado, la legalización ha desatado una ola de violencia entre los cárteles locales y es previsible que auménten otras actividades criminales que la sustituirán como fuente de ingresos.
  • Los bancos no quieren tener cuentas de empresas relacionadas con el mercado de la marihuana, sobre todo las multinacionales, porque no quieren que sus accionistas los penalicen, a pesar de que se trata de una actividad legal en el país. Es probable que eso cambiará conforme avance la legalización en otros países y los inversores reduzcan sus reticencias a estos nuevos clientes.
  • Uruguay ya era un gran destino turístico, pero ahora está atrayendo a personas de otros países que van por la legalización de la marihuana. Una consecuencia de esto es que las personas compran su dosis, seas consumidores o no, y la revenden a turistas. Otra es que, por su pureza, la dosis personal de 10 gramos puede ser adulterada para multiplicarla y revenderla.
  • El impacto económico de la legalización aún está por cuantificar, ya que se puede saber lo que se factura ahora legalmente, pero no se conocía con certeza qué cantidad se generaba, cuánto se lavaba y cuánto entraba al mercado legal del país.

¿Cuáles serían las posibles extrapolaciones de la legalización de la marihuana en México?

  • Dependiendo de los términos de la legalización, su cultivo legal podría generar una nueva industria y esto contribuirá a fijar población en el medio rural por ser una actividad lícita y rentable, sin miedo al asedio de los narcos.
  • Esto revalorizaría los terrenos agrícolas y daría pie a un nuevo dinamismo económico en regiones ahora pobres e inseguras, aunque también cabría la posibilidad de que los cultivos se realizaran en zonas próximas a las ciudades y regiones turísticas, principales centros de consumo, para facilitar su distribución.
  • Según diversas estimaciones, el mercado de la marihuana generaría alrededor de 6.000 millones de dólares en México, aunque, tal como sucede en Uruguay, no se puede conocer con certeza cuánto genera actualmente el mercado ilegal en nuestro país y, por ende, no se puede prever con exactitud el impacto de la medida en la economía mexicana.
  • Se reducirían los delitos menores relacionados con el consumo y portación de marihuana, algo que en principio es positivo, aunque habría que evitar que la picaresca y la corrupción generen infinidad de nuevos grupos de “micro-dealers” de este estupefaciente, sobre todo en las grandes ciudades y los centros turísticos.
  • Existe preocupación en cuanto a que una marihuana accesible podría inducir al consumo de otras drogas más fuertes, sobre todo entre la población más joven, como sucede en países como España.
  • Hace falta un entramado legal que clarifique el alcance de la legalización, aunque esto se antoja como un obstáculo no tan relevante dada la mayoría de la que goza MORENA en el poder legislativo y las grandes capacidades legales que hereda la figura presidencial que asumirá Andrés Manuel López Obrador.
  • Los cárteles de la droga ya se han adelantado a la posible legalización y han diversificado su actividad criminal a los secuestros, extorsiones, venta de armas, trata de blancas, entre otras fechorías, aunque la legalización provocaría un aumento, quizás temporal, de la lucha encarnizada entre cárteles que verán reducido uno de sus mercados.

Con todo, la legalización de la marihuana y de la amapola en México previsiblemente no solucionará el problema del narcotráfico, mientras siga existiendo demanda en otros lugares, especialmente en Estados Unidos, y siga generando un altísimo margen que ha dado para contratar y corromper a millones de personas durante su producción, distribución y venta, tanto localmente como en el extranjero.

Además, se trata de un fenómeno multifactorial y global en el que tienen que involucrarse la mayoría de los países del mundo, o cuando menos para México, los de toda América. Esto difícilmente sucederá, ya que hay intereses de grandes empresas, sobre todo norteamericanas, para poder seguir vendiendo armas a los cárteles mexicanos y de otros sectores, como la banca, los bienes raíces, entre otros, para poder continuar realizando el lavado de dinero generado por esta industria milmillonaria, pero ilegal.