El Presidente electo y su equipo no tienen clara la participación de México en el mundo; no creen en la necesidad de incrementar la presencia mexicana en el orden global y consideran que, para atraer inversiones y empresas a nuestro país, no se requiere un trabajo especializado. Craso error”. En su columna semanal, el ex diplomático y analista Bernardo Graue Toussaint ridiculiza las intenciones de Andrés Manuel López Obrador de suprimir PROMÉXICO.

Por Bernardo Graue Toussaint

Nunca creí que alguien pudiera ganar a Vicente Fox en materia de incontinencia oral. Reconozco mi equivocación. El Presidente electo López ya le ha rebasado y da cuenta de que romperá todos los récords.

Ante una equivocada idea de austeridad gubernamental, AMLO está desarticulando importantes herramientas del Estado mexicano. Nadie en su sano juicio se opone a la austeridad como comportamiento ético esencial en el ejercicio del gasto público. Ahora bien, la austeridad mal comprendida o exagerada, ad infinitum, puede terminar siendo una contradicción para la operatividad del gobierno. Puede, como dice el dicho, “salir más caro el caldo que las albóndigas”.

Que el Presidente electo se quede varado horas a bordo de un avión comercial y haga gala de ello; que el Presidente electo se pavonee de que dormirá en Palacio Nacional en hamaca, en catre o en un petate (da igual); que los legisladores de MORENA pretendan, como símbolo idiota de su “austeridad”, deslumbrarnos comiendo sus alimentos traídos desde casa en sus recién estrenados tupperware; que de manera perversa se reduzca los salarios de miles de funcionarios mexicanos que han hecho una responsable y larga carrera profesional en el servicio público; todas estas babosadas son el síntoma de un gobierno sin pies ni cabeza, pero, eso sí, muyyy parlanchín.

La última rebuznada gubernamental fue el anuncio aldeano sobre la posible desaparición de PROMEXICO, el organismo dependiente de la Secretaría de Economía dedicado a la promoción del comercio y la atracción de la inversión internacional. El equipo de transición afirmó, además, que las funciones de promoción realizadas por PROMEXICO serán asumidas por los embajadores. Esa es una gran tontería, porque la Secretaría de Relaciones Exteriores tiene, en efecto, funcionarios especializados en temas económicos, pero sin experiencia alguna en materia de promoción, marketing o gestión internacional de negocios.

Digo “aldeano” porque es claro que el Presidente electo y su equipo no tienen clara cuál quieren que sea la participación de México en el mundo; no creen en la necesidad de incrementar la presencia mexicana en el orden global y consideran que, para atraer inversiones y empresas a nuestro país, no se requiere un trabajo especializado. Craso error.

Puedo comprender que el Presidente electo no hable ni pío de inglés (y seguramente no le interesa, por considerarlo “poco nacionalista”). Puedo entender que ha viajado poco o casi nada por el mundo. Pero eso no es excusa para documentarse un poco más ante la enorme responsabilidad que enfrentará próximamente.

El argumento lapidario de su equipo de transición para la posible desaparición de las 45 oficinas de PROMEXICO fue brutal: “no hacen nada”.

Suena raro dicho anuncio (por llamarlo de alguna manera) siendo que el arribo de cientos de miles de millones de dólares que llegaron al país desde el 2007 están asociados -en un importante porcentaje- a la labor de PROMEXICO. Y ni qué decir de las labores poco conocidas, pero fundamentales, desarrolladas por PROMEXICO, como la asesoría jurídica o la gestión directa con las autoridades nacionales, estatales o municipales para el establecimiento exitoso de empresas extranjeras en México o del apoyo y asesoría que innumerables pequeñas y medianas empresas han tenido por parte de PROMEXICO para facilitar su incursión como exportadores alrededor del mundo.

Que se pueda reducir el número de representaciones por motivos de ahorro o de conveniencia estratégica, es una cosa. Pero borrar del mapa -sin reparo alguno- a todo un importante organismo para la atracción de inversión y la creación de empleos, es un despropósito.

Por otra parte, todo parece indicar que “Nuestro amado líder nacional, esperanza de los pobres, amigo de los empresarios y azote de la mafia del poder” (NALNEPAMEAMP, por sus siglas) desconoce que muchísimas naciones tienen organismos análogos a PROMEXICO. Ejemplo de ello es que todos los países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos) cuentan con sus propias agencias de promoción para la inversión y el comercio internacional.  Algunos ejemplos: PromPerú, PROCOLOMBIA, PROCHILE, ICEX (España), BUSINESS FRANCE, APEX (Brasil); DIT(Reino Unido), etc. Todas estas agencias están dedicadas a las mismas labores de PROMEXICO, al margen de las responsabilidades y facultades de cada una de sus respectivas embajadas. Así trabajan y compiten las naciones en el mundo. *

El Presidente electo López, aldeano como es, no entiende ni le interesa el mundo. Su mente no ha salido aún de Macuspana, Tabasco. Caras, muy caras, nos van a salir sus fantasías. Qué pena.

graue.cap@gmail.com